- No provoquen a los obispos
- El País, 2007-12-29 # Editorial
Pero si la homosexualidad les trae a los señores obispos por la calle de la amargura, el problema de la pederastia les obsesiona. Razones tienen: a lo nefando del pecado se une lo caro de su reparación. Sólo la diócesis de Chicago, es un ejemplo, tuvo que pagar casi siete millones de dólares en indemnizaciones por el poco piadoso comportamiento de algunos de sus clérigos.
En éstas estábamos cuando aparece por la esquina canaria Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife. Tras afirmar que la homosexualidad "perjudica a las personas y a la sociedad" y que "la persona practica (la homosexualidad) como puede practicar el abuso de menores", el bueno del obispo dijo lo siguiente: "Puede haber menores que lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores (sic) y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan. Esto de la sexualidad es algo más complejo de lo que parece".
Desde luego que es complejo. Es muy difícil entender qué actuación, palabra o gesto considera el señor obispo de Tenerife una "provocación" de un chaval de 13 años. Dada la gravedad del tema, no parece muy oportuno hacer demasiadas gracias con estas opiniones del prelado que tiene a su cargo a los feligreses tinerfeños, niños incluidos.
No consta que Bernardo Álvarez vaya a acudir a la concentración de mañana. Si así fuera, le recomendaríamos que se protegiera, no fuera a ser que se descuide y le provoque algún chaval que por allí pasee en compañía de su familia, tan atacada por Zapatero.
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