- Blázquez arremete contra el aborto y el 'divorcio exprés' en su mensaje navideño
- «Hemos conocido la realidad de niños literalmente destrozados para sacarlos del seno materno», dice el obispo de Bilbao
- El Correo, 2007-12-25
El obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, aprovechó ayer su felicitación de Navidad para arremeter contra la interrupción voluntaria del embarazo y el 'divorcio exprés', dos realidades que, en su opinión, «han adquirido las dimensiones de fenómenos socialmente preocupantes». «Si la familia es un pilar básico de la sociedad, su quiebra nos llena de inquietud de cara al futuro; y en las últimas semanas hemos recibido con estupor noticias estremecedoras sobre el aborto», dijo a sus fieles el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
A cinco días de la celebración de una manifestación 'Por la familia cristiana' organizada por la Archidiócesis de Madrid, Blázquez aprovechó el escándalo de las clínicas que practicaban interrupciones del embarazo ilegales para alertar de la «peligrosa crisis moral» de la que es señal «la aceptación del aborto». «Hemos conocido la realidad de niños literalmente destrozados para sacarlos del seno materno y posteriormente triturados para eliminarlos sin levantar sospechas ni dejar huellas. ¿Cuánto nos cuesta mirar de frente esta realidad macabra y hasta llamar a las cosas por su nombre! La interrupción voluntaria del embarazo es un eufemismo encubridor de una acción horrible y nefanda. El aborto procurado es la eliminación deliberada y directa de un ser humano en la fase inicial de su existencia; a un inocente se le corta intencionadamente el hilo de la vida», sentenció el obispo.
«Pretendido derecho»
Blázquez se pregunta, entre otras cosas, cómo se explica que el amor de la madre se haya degradado «hasta convertir el aborto en un pretendido derecho de la mujer a su cuerpo para disponer según su arbitrio del hijo que está gestando», por qué los padres que recurren a la interrupción del embarazo no buscan para su hijo «una casa de acogida o un hogar de adopción», y «cómo es posible que se convierta en negocio económico el sufrimiento de la mujer embarazada y la vida del niño en gestación». El obispo de Bilbao reivindica las fiestas navideñas como «un aldabonazo a nuestro sentido moral para respetar la vida de todo ser humano» y añade que «todos los hombres y mujeres de buena voluntad están llamados a cuidar la vida del niño todavía no nacido, del enfermo incurable, del anciano decrépito, de la persona discapacitada física y mentalmente, de los que se excluyen a sí mismo o son relegados en la miseria».
El presidente de la CEE alerta, en la segunda parte de su mensaje, de la «fragilidad creciente de la estabilidad y de la fidelidad de los matrimonios» en Europa occidental, y de la «aceptación y multiplicación del divorcio como si fuera una fatalidad a la que deberíamos resignarnos porque sería imposible cambiar el curso de los acontecimientos. ¿No tocamos aquí otra realidad preocupante de nuestro tiempo y de nuestra sociedad?», se pregunta el prelado, para quien las últimas modificaciones legales han agravado esa situación en España.
«Con la ley llamada del 'divorcio exprés', la proporción de matrimonios que han llegado a la ruptura a través de la separación temporal y a través del divorcio se ha invertido drásticamente en un par de años, el tiempo para una posible reflexión antes de pasar al divorcio se está eliminando». El obispo de Bilbao sostiene que «esta ley ha inferido un terrible golpe a la estabilidad del matrimonio» y considera «preocupante el altísimo porcentaje de matrimonios que se rompen y la proporción creciente; si no cambia el signo, en poco tiempo de dos matrimonios contraídos uno fracasará».
Ricardo Blázquez aprovecha la oportunidad para recordar que «en el nacimiento de Jesús fue anunciada la paz a los hombre en la Tierra; esta paz que continúa siendo siendo una aspiración profunda entre nosotros y un grito en algunos lugares de la Tierra».