- Comienza cuarta edición de festival gay en Bucarest bajo protección policial
- Terra, 2007-06-04
La comunidad homosexual de Rumanía celebró hoy en Bucarest el inicio de la cuarta edición de su Festival de
La comunidad homosexual de Rumanía celebró hoy en Bucarest el inicio de la cuarta edición de su Festival de
La queja de aquella anciana de ochenta y pico tenía regusto amargo y salitroso. Me impresionó su lamento en el vacío de aquella aula de colegio electoral jesuítico: «¿cómo es posible que en el 2005 un crucifijo presida mi votación?». Su queja la hice escrito y reclamación con fecha 11 de abril de 2005. Y
La votación de este 27 de mayo fue en la misma aula, 06-021-U, del mismo colegio de jesuitas de Indautxu y con el mismo crucifijo de marras presidiendo el aula. A la señora no la vi, quizá haya muerto en el interin. En estos 24 meses han ocurrido muchas cosas. El alcalde Azkuna, médico otrora, ha operado en Bilbao: ha trepanado aparcamientos de cuatro pisos, licenciado construcciones, remodelado y acementado plazas, ha mutilado a Calatrava, ha declarado la guerra al navajero, ha lanzado su anatema contra los «parásitos y garrapatas» de su amigo Imaz y anda con problemas en la revisión de su ITV vital. En Bilbao se han hecho esfuerzos, pero no en el libre ejercicio del derecho de sufragio o, en frase del alcalde, «¡a estos que les den morcilla!».
En 1926 los jesuitas nos plantaron un «sagrado corazón de Jesús-reinaré en España», que dividió agriamente a los ciudadanos de Bilbao. En palabras del concejal de entonces Laiseca su erección en la plaza de Bélgica «es una bofetada a los elementos que profesan otras ideas religiosas o no tienen ninguna». Tampoco entonces encontró acomodo la súplica de otro alcalde del Botxo de talante más respetuoso, de Justo Diego de Somonte, en el pleno del 9 de noviembre de 1923 al tratarse este punto: «en la visita hecha a los asilos he visto muchas calamidades. Estimo... que la cantidad de
La homofobia, como la definen en www.hartza.com, es una enfermedad psicosocial que pertenece al mismo grupo que otras enfermedades parecidas, como el racismo, la xenofobia o el machismo. Este grupo de enfermedades se fundamenta en el odio/miedo al otro, entendido éste como una entidad ajena y peligrosa, con valores particulares y extraños, amenazadores para la sociedad y -lo que es peor- contagiosos.
Lo grave es que esta enfermedad -más bien una epidemia arraigada en nuestra sociedad- puede llevar a quien la padece a hacer cualquier barbaridad. Ejemplo de ello es la acción urgente a que llamaba la pasada semana Amnistía Internacional, que pide que nos dirijamos a las autoridades de Kosovo para que protejan al hombre que dirige una organización que defiende los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (LGBT). Este ha recibido una amenaza de muerte relacionada con su trabajo y, aunque ha informado a
Sin ir tan lejos, pero grave en cualquier caso, en Polonia el ultracatólico Gobierno de los gemelos Kaczinski ha decidido convertirse en cruzado de la homofobia más recalcitrante pretendiendo borrar a gays y lesbianas de la vida pública. El ministro de Educación ha propuesto una ley para prohibir que en las escuelas y universidades se pueda hablar sobre homosexualidad, sin importarle crear un clima de intolerancia ni pisar los derechos civiles y políticos del profesorado y de lesbianas y gays en las escuelas. La defensora del Menor se dedica a la censura de programas televisivos que «puedan promover la homosexualidad». Ha investigado al teletubbie Tinky Winky por si es homosexual. Tinky se ha salvado de la quema según la susodicha «gracias a la opinión emitida por un gran sexólogo, que ha excluido la posibilidad de que este espacio tenga un efecto perjudicial sobre la psicología de los niños».
El problema es que lo de Polonia es tan burdo que parece un hecho aislado -que no deja de ser preocupante para los otros estados de
El 17 de mayo fue el día internacional contra la homofobia y el 28 de junio será el del orgullo gay. Mi propuesta es que no se queden en dos fechas simbólicas, sino que sirvan para reafirmar nuestro compromiso con los derechos de LGBT.
A mediados de los 90 fallecían en Gipuzkoa 140 pacientes de sida al año, con un alarmante promedio de tres muertes por semana. En una década esta situación ha revertido de tal manera que hoy se trata de una dolencia "controlable", aunque comienzan a surgir otros retos, como combatir el virus de la hepatitis C. El problema, según apunta José Antonio Iribarren, jefe de
¿Por qué un congreso sobre sida?
Es habitual celebrar congresos en todas las disciplinas científicas y el sida no es una excepción. El encuentro va a permitir la actualización de conocimientos. Se trata de un congreso multidisciplinar en el que intervendrán médicos, enfermeras, afectados... Se van a tratar muchos aspectos del sida desde perspectivas muy diferentes.
¿Sigue siendo un motivo de preocupación en Gipuzkoa?
El lema del congreso es Sida: un nuevo escenario . Es verdad que durante los últimos años han cambiado muchas las cosas y que se ha producido un avance innegable en la investigación de tratamientos, pero nos colocamos ante un nuevo escenario del que surgen otro tipo de problemas que requieren una respuesta inmediata.
¿Que clase de problemas?
Cuantitativamente, los casos de infección por VIH no son excesivos, pero el mayor problema es que el diagnóstico está siendo muy tardío. De cada diez pacientes en Gipuzkoa, cuatro vienen muy tarde, y es una pena porque si el paciente llega a tiempo la probabilidad de seguir vivo y estar bien a pesar del sida es enorme. Conviene aclarar que un infectado por VIH es una persona que ha adquirido la infección a través de las prácticas de riesgo habituales. Pero un enfermo con sida es un paciente que estando infectado de VIH, de alguna forma, tiene unas defensas tan bajas que acaba contrayendo algún tipo de infección que llamamos oportunista.
Hecha la aclaración, lo cierto es que, en realidad, una persona infectada no nota ningún síntoma que le alarme como para hacerse la prueba...
Así es, sólo a partir del momento en el que las defensas bajan tanto como para padecer alguna de esas enfermedades oportunistas. El problema es que desde que uno se infecta hasta que le bajan las defensas suelen pasar muchos años. Como hablamos de una enfermedad que no duele, que no da la cara, los afectados han podido tener muchas relaciones desde entonces. Es uno de los aldabonazos que hay que pegar porque es una pena que haya tantos diagnósticos tardíos. Tanto es así que en Estados Unidos recomiendan encarecidamente a la población de entre 15 y 64 años que se haga la prueba de VIH, a pesar de no haber tenido ningún problema.
¿No es una medida un tanto exagerada?
Sí, pero entre no hacer nada para atajar el problema y lo que están ensayando los americanos hay un camino intermedio muy importante por recorrer.
¿Cuál?
Ir educando a la población de que estamos ante una enfermedad en la que el diagnóstico precoz es importante.
Infinidad de campañas no han conseguido el resultado deseado.
Las campañas tienen un problema: inciden mucho en la prevención, que es fundamental, pero luego se produce una especie de vacío. La gente no sabe cuándo se tiene que hacer la analítica. Por eso es importante convencer también a nuestros compañeros de Atención Primaria, que tienen un conocimiento mucho más cercano del paciente, de que incidan en este tema.
Es una lástima no detectar a tiempo estos casos, teniendo en cuenta los tratamientos existentes...
Sin duda, porque estamos ante una enfermedad controlable. El primer caso de sida en Gipuzkoa lo vimos en
¿En qué contexto temporal ubicaría el mayor hito que vivido en la investigación de esta enfermedad?
A mediados de los 90 se produjeron dos avances fundamentales. En primer lugar, se descubrieron nuevas familias de fármacos contra el virus. Se pudo comprobar que combinando varios de ellos era posible hacer desaparecer la carga viral del VIH en la sangre. Por primera vez podían recuperarse esas defensas que tanto habían bajado, y las personas afectadas podían comenzar a llevar una vida relativamente normal. Tanto es así que la mortalidad de pacientes con sida en el Hospital Donostia entre 1995 y 1998 disminuyó un 90%, un cambio jamás vivido en la historia de la medicina.
¿Cómo describiría hoy ese nuevo escenario?
Hoy día tenemos fármacos antirretrovirales como para pensar que la mayor parte de los pacientes que toman la medicación pueden vivir con la infección por VIH como una enfermedad crónica y manejable. Pero nos encontramos con un problema. Actualmente atendemos en el Hospital Donostia a 1.200 personas infectadas por VIH de las que el 85% sigue actualmente un tratamiento antirretroviral. El 60% de estos pacientes se infectó mediante compartición de jeringuillas, personas que vienen de antiguo y se infectaron también en aquella época del virus de la hepatitis C. Este virus puede ir deteriorando el hígado a lo largo de los años y se ha convertido el problema que nos estamos encontrando ahora. Son personas que pueden estar bien del VIH pero necesitan tratamiento para la hepatitis.
¿Los fármacos para atajar esa hepatitis son eficaces?
Tienen menos éxito del que nos gustaría, pero sí consiguen ser eficaces en una proporción importante de pacientes. Con quienes no resulta eficaz, hacemos un seguimiento estrecho porque si surgen complicaciones importantes del hígado existe la posibilidad de trasplante. De hecho, ocho pacientes de nuestro hospital ya lo han recibido.
¿Qué efectos adversos tienen los tratamientos a largo plazo?
Estamos comprobando en algunos pacientes cómo surgen trastornos en la distribución de la grasa corporal. No se conoce cuál es su causa, pero para los pacientes resulta estigmatizante. Desde hace un año, para aquellos pacientes que tienen una marcada pérdida de grasa en la cara estamos intentando resolver el problema mediante cirugía plástica. Se trata de un impacto estético solventable.
¿Existe algún síntoma no deseado de los tratamientos?
Otro de los problemas que están surgiendo es la posibilidad de que aparezcan problemas cardiovasculares. Pero hay que situarlo es su contexto. El riesgo es muy pequeño teniendo en cuenta el beneficio que reportan los tratamientos. No conviene olvidar que el paciente, además, suele ser muy proclive a fumar, por lo que si consiguiéramos que dejara este hábito se rebajaría enormemente el riesgo.
¿Un guipuzcoano enfermo de sida tiene calidad de vida actualmente?
La calidad de vida es, a grandes rasgos, muy buena y la mayor parte de la gente sigue en sus puestos de trabajo sin mayor contratiempo. También es verdad que hay quienes sufrieron problemas de inserción laboral, y no es de extrañar. Pasaron de una enfermedad mortal a otra que les permitió salir de ese túnel y todos ellos han tenido que replantear su vida.
Hace años hubo alarma en
Uno es jefe de Estado, y el otro, jefe de Gobierno. Son gemelos. Dos gotas de agua, pero de agua bendita: son tan meapilas que a su lado el difunto Papa Wojtyla podría pasar por militante de
Primero la emprendieron contra los antiguos comunistas, obligados a declarar sus pecados para no perder el trabajo de profesores, funcionarios o periodistas. Luego retiraron las pagas y honores a los viejecitos que habían luchado en
Las sospechas recaen en uno de los muñecos, Tinky-Winky, de color morado, que lleva bolso y adorna su cabeza con un triángulo como el que los nazis usaban para marcar a los homosexuales. Las obsesiones de
El ministro de Educación y viceprimer ministro del Gobierno polaco, Roman Giertych, fiel a su cruzada para imponer lo que él considera la renovación moral de Polonia, y después de arremeter contra los presuntos agentes del ex régimen comunista y contra los homosexuales, propone ahora limpiar la lista de autores de libros de lectura obligatoria en el programa escolar.
A su juicio, de la lista se deben eliminar escritores de renombre mundial como Witold Gombrowicz, Fiodor Dostoievski, Stanislaw Witkacy, Franz Kafka, Johann Wolfgang Goethe y Joseph Conrad, y reemplazarlos por autores nacionalistas polacos.
En una entrevista publicada el fin de semana pasado por el cotidiano «Nasz Dziennik», argumenta su propuesta afirmando que se «trata de autores incomprensibles para los menores» y que, por lo demás, «la situación histórica ha cambiado en Polonia». En su opinión, quienes no están de acuerdo con la propuesta no comprenden que hoy «es necesario centrar la atención en el pasado y dar a las figuras del siglo XX la significación que les compete».
Reacción de Szymborska
Una de las primeras figuras de la literatura polaca que ha reaccionado ha sido la poetisa y premio Nobel de Literatura Wislawa Szymborska, calificando la idea del ministro de «ridícula». En su opinión, todo indica que Giertych «tiene un gran sentido del humor», cuando en lugar de los mencionados escritores, propone la lectura de tres libros de Jan Dobraczynski, ex activista del movimiento Patriótico de Renovación Nacional (PRON), sobre el que se apoyó el general Wojciech Jaruselski para aplicar la ley marcial impuesta entre 1981 y 1982 para reprimir al movimiento sindical Solidaridad.
La propuesta también ha dejado perplejo a su colega, el ministro de
Giertych es el promotor de la propuesta de expulsar de los colegios a cualquier maestro con inclinaciones homosexuales o a todo director de escuela que permita en las clases que se hable de seguridad en las relaciones entre homosexuales, porque en su opinión ello significaría hacer propaganda a favor de tal inclinación.
La Asociación