- Carmen Machi: "Que Aída sea un icono gay me da placer"
- La actriz compagina el teatro con la grabación de los capítulos de la serie.
- Diario Córdoba, 2007-09-24 # Elena Hevia
Quien se acerque al Teatre Borrás de Barcelona para ver a Carmen Machi, es decir, a Aída en vivo y en directo, puede llevarse un chasco. Porque la intérprete madrileña está embarcada durante este mes en la representación de Auto, una obra de Ernesto Caballero, que toma su título y estructura de un ¡auto sacramental!, sin dejar por ello de ser una comedia, eso sí, fina e irónica.
A Machi, actriz bregada en mil escenarios, solo le gustan los equívocos en la ficción: "Hay gente que cree que los personajes que salen en televisión son así. Creen que Aída es una señora a quien un buen día cogieron por la calle y le dijeron: vamos a hacer una serie". Cargar en el día a día con un personaje tan real como ése podría ser una cruz para cualquiera, pero ella lleva con filosofía eso de que la risa floja acompañe sus paseos por la calle. "Por suerte, en esta Barcelona atestada de guiris me reconocen mucho menos", dice.
Un efecto buscado
Ya puestos, el efecto Aída fue utilizado por Lluís Pasqual en el terrible drama Roberto Zucco. "Mi papel era de puro sufrimiento, pero nada más aparecer en escena la gente se partía de risa. Eso le gustaba mucho a Pasqual, era un efecto buscado, pero el trabajo era mío para devolver a los espectadores a la dureza de la obra". Y es que para ella es esencial que haya vida, especialmente teatral, más allá de la televisión: "Aída, la serie, es muy buena, está muy bien hecha y estoy muy agradecida, pero para mí es también esencial hacer otras cosas". Y entre esas cosas se encuentra hacer en el futuro en el madrileño teatro de
Este va a ser un mes intenso para la actriz, que empezó el pasado día
Esto ha hecho que Machi profundice en un personaje que es ya un fenómeno social. "Me gusta que una mujer que no tiene atractivo físico, que es una desgraciada, que ha sido maltratada, que no le llega el dinero a fin de mes y con unos hijos que no le hacen puñetero caso, provoque tanto cariño y, ojo, tanto respeto. Eso a mí me dice mucho y me da qué pensar".