- La prevención es la clave
- El autor estima que incrementar las medidas para frenar el VIH podría evitar dos de cada tres infecciones en una década.
- El País, 2007-06-06 # Bill Gates · Fundación Bill & Melinda Gates · Traducción de Pilar Vázquez
En una reciente visita a una clínica africana nos mostraron, a Melinda, mi esposa, y a mí, una foto que nos estremeció. Era la de un paciente que parecía completamente consumido por el sida. Se llamaba Jean. Mientras mirábamos la foto, entró en la clínica y nos saludó un hombre sonriente. Nos llevó un momento darnos cuenta de que se trataba de Jean, vivo y, por su aspecto, en buen estado de salud.
Jean no es el único. Conforme a los datos ofrecidos en un informe reciente, el año pasado se duplicó el número de enfermos de sida que ha empezado a recibir tratamiento en los países en vías de desarrollo. Esto se ha podido llevar a cabo en gran medida gracias a la generosidad de ciertos países, entre los que se incluye España, que se ha comprometido a pagar 297 millones de dólares [220 millones de euros] al Fondo Global para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. Cualquiera que tenga esta experiencia, la de conocer personalmente a alguno de estos africanos a quienes el tratamiento les ha salvado la vida, se sentirá profundamente orgulloso de lo que se ha conseguido hasta ahora y exigirá a sus dirigentes políticos que lo continúen y lo incrementen.
Pero el tratamiento es sólo una parte de la ecuación. Si queremos salvaguardar el futuro de África, hemos de trabajar más y mejor en la prevención de la enfermedad, especialmente entre las mujeres.
Las severas matemáticas del sida demuestran la importancia de la prevención. Por cada persona que accedió al tratamiento el año pasado, se infectaron seis más. Si no disminuimos el número de infecciones, no habrá manera de hacer frente a la creciente demanda de tratamiento. Los escépticos opinan que no es posible cambiar las pautas de comportamiento que ponen a la gente en peligro de contraer el VIH. Los reto a todos ellos a que les digan esto mismo a las trabajadoras del sexo que hemos conocido en nuestros viajes a África, quienes son conscientes de la importancia de insistir a sus clientes para que usen el preservativo.
Años de investigación han demostrado que la información, los preservativos, las agujas limpias y la prueba de detección del VIH pueden ser muy eficaces para prevenir la transmisión del virus. Un informe que hará público el mes que viene el Grupo de Trabajo Global para la prevención de VIH estima que un incremento de las medidas preventivas podría reducir en dos tercios el número de infecciones en los próximos diez años.
Pero sorprende qué poca gente tiene acceso a estas medidas preventivas, ni siquiera entre los grupos más vulnerables. La mayoría de los escolares del mundo no recibe información sobre el sida. En África, sólo a uno de cada diez adultos se le ha efectuado la prueba para saber si ha contraído el virus. Y sólo una de cada diez mujeres embarazadas tiene acceso a una medicación que proteja al recién nacido de la infección, pese a tratarse de una medicación de bajo coste. De máxima prioridad son los programas de prevención dirigidos a las mujeres y las niñas, especialmente en África. Por razones biológicas, las mujeres tienen el doble de posibilidades que los hombres de contraer el virus. Y pocas mujeres, ni siquiera las casadas, pueden estar seguras de que sus parejas sexuales les son fieles o de que quieran utilizar el preservativo.
Las mujeres no deberían necesitar el permiso de sus parejas para poner a salvo sus vidas. No pierdo la esperanza de que la ciencia y la tecnología pongan en manos de las mujeres los medios para prevenir el contagio del VIH. En la actualidad se están investigando nuevos microbicidas en forma de gel que podrán ser utilizados por las mujeres para prevenir la transmisión. También es posible que ciertas drogas empleadas para tratar a los seropositivos resulten eficaces en la prevención de la infección. Y, por supuesto, el desarrollo de la vacuna del sida supondría el avance definitivo.
Además de desarrollar nuevos métodos de prevención, es fundamental llegar a las causas que ponen a las mujeres y las niñas en peligro de contagio, causas tales como la violencia sexual y las desigualdades sociales y económicas. No es una coincidencia que las chicas que tienen más acceso a la educación son también las que menos probabilidades tienen de contraer la enfermedad. Tampoco podemos olvidarnos de la importancia que tiene la realización de la prueba de detección del VIH, que es esencial para el éxito tanto del tratamiento como de la prevención. Hemos de elogiar la labor de
La lucha contra el sida en África será uno de los temas prioritarios en la cumbre del G-8 que tendrá lugar esta semana. Los países donantes deberían aprovechar esta oportunidad para comprometerse a ofrecer nuevos recursos destinados a la prevención efectiva de la enfermedad y a los programas de tratamiento, así como a ayudar a acelerar la investigación de nuevos métodos preventivos. El control del sida, y su futura eliminación, es la prioridad de