- La telebasura devora a los niños
- Peleas conyugales, infidelidades e insultos dominan la programación televisiva en horario infantil. Crecen las voces que exigen sanciones y un consejo supervisor
- El País, 2007-11-26 # María R. Sahuquillo · Rosario G. Gómez
Viernes, 23 de noviembre. 14.00. Horario de protección infantil. "Quiero que sepas que pienso en ti cuando me lo hago con mi mujer". El que habla es Peter Griffin, protagonista de la serie de dibujos animados Padre de familia, emitida a diario por La Sexta. Otra: "A las mujeres hay que darles caña". Un rápido zapeo por los canales de televisión revelan ésta y muchas otras perlas, a las que los niños se exponen cada día. Programas de cotilleo, telenovelas, series para adultos, formatos de telerrealidad, tertulias... Los contenidos infantiles son prácticamente invisibles en las pantallas españolas y los niños terminan por consumir formatos para adultos.
Un niño, de entre cuatro y 12 años, ve una media de 140 minutos de televisión a diario, según la empresa de medición de audiencias Sofres. Son 20 minutos menos que en 1995. Los operadores no producen prácticamente programas para niños y ante la ausencia de contenidos infantiles, su dieta televisiva es la misma que la de los adultos. Deportes, culebrones y sobre todo teleseries de horario nocturno son sus favoritos. "Parejas peleándose, infidelidades, pruebas de ADN para ver la paternidad. Es una locura. Los niños se enfrentan a contenidos inadecuados que pueden influir negativamente en su desarrollo", sostiene Arturo Canalda, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid.
Las medidas promovidas hace tres años por el Gobierno para intentar expulsar la telebasura de los horarios infantiles se han revelado insuficientes. Los operadores estatales (públicos y privados) firmaron en diciembre de 2004 un código ético y establecieron franjas de protección para los menores en línea con la normativa comunitaria (de seis de la mañana a diez de la noche). Además, el Código de autorregulación sobre contenidos televisivos e infancia fijaba dos tramos superprotegidos: de 8.00 a 9.00 y de 17.00 a 20.00, de lunes a viernes.
Este documento fue una respuesta a las señales de alarma que se hacían oír desde distintos ámbitos de la sociedad. El Ministerio de Industria, competente en la materia, había abierto ese año expedientes a los operadores por incluir programas perjudiciales para los menores (12 infracciones, sancionadas con 461.000 euros) y por difundir publicidad nociva (32 infracciones y multas de 363.000 euros). Al año siguiente, Industria no percibió incumplimientos en estos capítulos. Sin embargo, en 2006 abrió tres expedientes, cuyos resultados no han sido hechos públicos. El departamento del que actualmente es titular Joan Clos lleva meses sin actualizar las acciones emprendidas contra las cadenas que quebrantan la normativa en materia de emisión publicitaria, contraprogramación o inversiones.
Lo que los operadores tienen claro es que los niños no salen rentables. El consejero delegado de Publiespaña, la empresa que gestiona la publicidad de Tele-5, Giuseppe Tringali, afirmaba la semana pasada que este canal "hace audiencia para la publicidad". El público infantil no cuenta en los resultados anuales de los canales comerciales y parece que los menores no tienen derecho a una programación específica. Existen, sin embargo, remiendos. No hay prácticamente ninguna producción española que no tenga un niño entre sus personajes. "Se ha introducido un fenómeno de infantilización de algunas series de ficción nacional para adultos, con objeto de convertirlas en seudoproductos familiares", explicaba Jesús Bermejo, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Valladolid, al analizar el binomio televisión e infancia.
La tarde avanza y los contenidos infantiles casi no han aparecido en pantalla. Sólo Pocoyó, con su trajecito azul y sus amigos de colores, asoma a través de La 2. Las alternativas animadas, Los Simpson (Antena 3) o Futurama (La Sexta), son para adultos. Eso sí, muñecas, coches, cocinitas y videojuegos saltan cada dos por tres para reclamar al público menudo su atención ante las Navidades. Una dinámica que se mantiene durante toda la sobremesa, cuando la única programación para niños son los anuncios. Y muchos.
Marina A. tiene 11 años. Le encanta la televisión. Confiesa que lo que más le gustan son las series. "Escenas de matrimonio, Hermanos y detectives, Hospital Central...", enumera. A sus padres no les hace mucha gracia que vea según qué cosas pero al final, como dice Francisco, su padre, "siempre se sale con la suya". "Lo importante es que haga los deberes, después puede ver la tele si quiere", asegura su madre. Marina está al día de muchos de los cotilleos de los famosos de turno porque, a veces, ve "un ratito de los programas de por la tarde". También le gustan las telenovelas. "Veía Pasión de gavilanes, pero se ha acabado", recuerda.
"¿Cómo terminó para Aída Nizar la noche? Solo les diremos que ha habido sexo, mucho sexo y del sucio. Alcohol, sexo [imágenes súbidas de tono] y además... A continuación en Aquí hay tomate". A las cuatro de la tarde, el programa de cotilleos por excelencia de la sobremesa abruma a los telespectadores con la vida y obra de una ex concursante de Gran Hermano. Es horario protegido y falta poco para que comience el de "protección reforzada". Si los niños quieren ver contenidos infantiles tendrán que emigrar a las plataformas digitales de pago o a los nuevos canales temáticos que empiezan a despuntar en la televisión digital terrestre, gratuita con el descodificador pero que sólo recibe el 19% de los hogares, según Industria.
"El grave problema es que para encontrar programas para niños tienes que ir a las televisiones de pago. Lo que no tiene mucho sentido, porque las públicas tendrían que hacer un esfuerzo para poner programas infantiles de calidad. Lamentablemente ni siquiera las grandes cadenas lo hacen", critica Canalda.
Es el caso de José y Ana, de nueve y cuatro años. Su padre, José Manuel Zoilo, asegura que sólo ven los canales para niños de la televisión por cable. "Los programas de dibujos y como mucho alguna serie, pero infantil", dice. Cuida mucho lo que ven sus hijos, incluso cuando van a casa de sus abuelos, donde captan los canales para niños en TDT. "Eso y DVD de películas infantiles", explica José Manuel. Las plataformas por satélite y los operadores de cable tienen un sistema de control parental que permite, a través del mando a distancia, restringir canales que pueden verse con sólo introducir una contraseña.
A las 17.00 empieza el horario de protección máxima. No se nota. En Cuatro, Channel nº 4 emite varias secuencias de El diario de Patricia, el programa que la semana pasada despertó la polémica después de que un hombre asesinara en Alicante a su ex novia, que cinco días antes rechazó en antena recomponer la relación. En Channel nº 4 hablan de violencia doméstica. Un rápido zapeo desemboca en La Sexta. "Tu estrechez respecto a las fornicadoras profesionales me está poniendo de los nervios". Es la serie Cómo conocí a vuestra madre. En este capítulo el protagonista sigue el consejo de un amigo y concierta una cita con la que piensa que es una prostituta. "Tu eres mi cabrón, ¿crees que voy a llamar a un putón sin dientes del puerto?", sigue el diálogo de la serie.
A la vista de estos ejemplos, pocos dudan de que el código de autorregulación -ratificado con gran ceremonial en el palacio de La Moncloa el 9 de diciembre de 2004- es hoy papel mojado. La propia vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, solicitó hace dos semanas a los directivos de las televisiones "el máximo compromiso en la defensa de un colectivo que sigue requiriendo de nuestra mayor atención, el de los niños". Y aprovechó la ocasión para pedirles "un nuevo impulso" y "una renovada atención" al documento ratificado por todas las televisiones. Fernández de la Vega recibirá esta semana a las televisiones para buscar fórmulas que intenten frenar la proliferación de programas de testimonios que, como ha ocurrido con El diario de Patricia, den voz a presuntos maltratadores.
También los consumidores exigen al Gobierno que fuerce la retirada de programas nocivos para los niños como Los Simpson, Padre de Familia o Shin-Chan. Son series animadas pero dirigidas a adultos. "Deberían cambiarlas de horario", sostiene Ruben Sánchez, portavoz de Facua. Precisamente sobre el controvertido Shin-Chan (que ahora emite Antena 3), un equipo universitario, liderado por el catedrático Manuel Núñez Encabo, elaboró en 2003 un informe demoledor. Concluía que esta producción japonesa -que entonces ofrecía Telemadrid- puede "perjudicar el desarrollo mental y moral de los menores", tiene connotaciones "muy negativas" en relación con la discriminación sexual de la mujer y destila "modelos inadecuados de conducta tanto para los menores como para lo mayores".
Si el horario de protección se respeta a duras penas en la Península y Baleares, el problema se agrava en Canarias. El horario insular y la falta de una programación regional de las grandes cadenas hace que los menores de esa comunidad autónoma queden "desprotegidos", según los sindicatos Alternativa RTVE-STC, CGT y USO. El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ha admitido a trámite una queja sobre la programación infantil de TVE en Canarias. El ejemplo de los tres sindicatos es revelador: A las nueve de la noche, horario de protección infantil, se emitía en Canarias la película para mayores de 18 años Kill Bill 2. "En su primera secuencia, la protagonista relataba cómo había asesinado a numerosas personas y el placer que había sentido al hacerlo".
18.40 horas. "Junior da el último adiós a su padre". Una música melancólica y las imágenes del cantante de Los Brincos lloroso en el entierro de su padre llaman la atención en Tele 5. En España directo (TVE-1) muestran imágenes del desalojo de un barrio. "¡Que derriben la casa conmigo dentro!" En pleno horario infantil, lo que no hay son programas para niños.
El código de autorregulación no obligaba a los operadores a cambiar su programación. "El hecho de que sea voluntario no quiere decir que sus principios no puedan imponerse", matiza Núñez Encabo, que forma parte del consejo asesor de RTVE y antes de su disolución fue uno de los integrantes del Consejo Audiovisual de la Comunidad de Madrid. "Que las televisiones digan que lo cumplen no es suficiente. Hace falta que se sometan al veredicto de una comisión independiente de autocontrol y a una autosanción". Más que por una multa, se inclina por obligar a las cadenas a hacer públicas las resoluciones en el caso de que vulneren el código ético. Se trata de que los ciudadanos sepan "qué empresarios desarrollan contenidos que van en contra de los derechos de las personas".
20.58 horas. "¿Tienes un condón. Bah!, no importa, tengo este papel de chocolatina", la serie de animación para adultos Padre de familia vuelve a la pantalla de La Sexta. Todavía queda una hora para que termine el horario protegido. "Hola tarta, te vi en aquella película, zorra, cerda, puta, tendré que comerte para no tener que acostarme contigo". El protagonista, Peter Griffin, tiene serias dificultades para hacer dieta. "Son bolas de sebo, seguro que no se encuentran el pene".
"El problema es que las televisiones son juez y parte", clama Núnez Encabo. De hecho, el Comité de Autorregulación que vigila el cumplimiento del código está compuesto por operadores, productoras y periodistas. "Los empresarios de los medios no están por la autorregulación", dice. Aunque a la hora de repartir responsabilidades también acusa a los poderes públicos de no hacer los deberes. Y pone como ejemplo el caso de la Comunidad de Madrid, que aparece "en el Libro Guinnes de los Récords por ser la única administración en toda Europa que tuvo un Consejo Audiovisual y lo disolvió".
"No sé para que me acuesto contigo, si te mueves menos que Don Pimpón en una cama de velcro". Uno de los protagonistas de Escenas de matrimonio (Tele 5), una de las series favoritas de los niños, recrimina a su esposa. "Idiota", le contesta ella. Son las 21.50. Esta producción ha sido duramente criticada por la Federación de Mujeres Progresistas, que solicitó su retirada al entender que "fomenta la violencia y atenta contra la convivencia".
Para muchos, la solución a los desmanes de las cadenas está en la creación de un Consejo Audiovisual de ámbito estatal. Núnez Encabo recuerda que el Consejo de Europa ha instado a España -el único país de la UE que carece de una autoridad independiente- a su creación. Facua también reclama un organismo que imponga sanciones estrictas a las cadenas que incumplan la normativa. "Un consejo al que pertenezcan también organizaciónes sociales y de consumidores y con capacidad de multar". Canalda se decanta por obligar a las cadenas a cumplir la normativa y que se aplicasen las multas. Pero, hasta ahora a las cadenas les resulta más rentable pagar las multas que cumplir la ley.