- Un crucero gay de lujo
- Levante, 2007-08-27 # Mónica Ros · Valencia
Una de las embarcaciones más grandes que ha atracado en Valencia en los últimos meses llegó ayer al puerto para que 2.500 turistas americanos que viajaban en ella visitaran la ciudad en apenas cuatro horas. Sin embargo, todos los pasajeros cumplían unos requisitos mínimos: todos eran gays, con inquietud por descubrir nuevas ciudades y con un alto poder adquisitivo, o al menos el suficiente para poder emplear 6.000 euros en hacer un crucero de 8 días por el Mediterráneo, parada en Valencia incluida.
Eduard tiene 43 años y vive en Orlando. Es diseñador y un admirador de Santiago Calatrava, quien ha supuesto una inspiración para su obra. Pero, además, Eduard es gay, requisito indispensable para participar en el primer crucero por el Mediterráneo que organiza uno de los mayores especialistas en travesías para homosexuales de Estados Unidos. El transatlántico de lujo Brilliance of the Sea atracó ayer en Valencia para que los 2.500 turistas americanos que viajaban a bordo visitaran la ciudad. Eduard fue uno de los pocos que eligió este viaje porque quería descubrir la capital del Turia y ver de cerca una de las mayores obras de su ídolo:
Los primeros pasajeros comenzaron a descender del barco poco antes de las 9 horas. En grupos de 40 personas ya habían decidido en la embarcación qué deseaban ver de la ciudad de Valencia. La agencia de turismo que les mostró el cap i casal los distribuyó en 24 autobuses. Los guías lo repetían ayer una y otra vez: la celebración de
Pero, además, los turistas americanos que desembarcaron ayer en Valencia contaban con el handicap de ignorar completamente las características de la ciudad que iban a visitar. «La mayoría conoce Madrid y Barcelona. Y Sevilla, pero por las castañuelas», comenta una de las guías de la excursión. Por ello el tiempo es oro en este tipo de viajes.
Los americanos visitaron el puerto,
Los turistas estaban encantados. Descubrieron «una ciudad de grandes contrastes» donde destacaron la «belleza» del centro histórico y la «impresionante» Ciudad de las Artes y las Ciencias. «Y entre ambas zonas apenas hay unos minutos en autobús», añadían sorprendidos. Y es que visitar la ciudad en domingo tiene sus pros y sus contras. No hay tráfico pero la ciudad está dormida.
A las 13 horas, los 2.500 pasajeros regresaron más que satisfechos al transatlántico de lujo rumbo a Ibiza. El viaje -que se inició en Barcelona- continuará por Florencia, Roma, Santorini y Atenas. En la embarcación no les falta de nada. Desde una pista de tenis, baloncesto, rocódromo, spa y solarium hasta una casino o una biblioteca. «Vemos diferentes ciudades mientras viajamos a cuerpo de rey con personas con las que, además, te sientes cómodo. La mayoría somos parejas, pero también hay muchos solteros. Nadie te mira raro», añade Edwin mientras lanza una última mirada a la Ópera, suspira, y afirma: «es impresionante».