- El hijo de Gadafi reconoce que Libia torturó a las enfermeras búlgaras
- Las profesionales, junto con un médicopalestino, fueron vejadas tras ser condenadas por contagiar de sida a más de 400 niños
- El Diario Vasco, 2007-08-11 # Paula Rosas · DV · El Cairo
Nadie puede permitirse en su país hablar tan claro y tan alto como Seif al Islam. Haciendo gala de su nombre, que significa Espada del Islam, el hijo del líder libio Muamar Gadafi se ha convertido en el supuesto azote de todo -o casi todo- lo que va mal en Libia. La corrupción. El estancamiento de las instituciones. Las violaciones de los derechos humanos. Y ahora, la tortura.
Lo ha hecho en una sorprendente entrevista con la cadena de televisión Al Jazeera. Se presentó impecablemente vestido, tal y como acostumbra, y con la imperturbable expresión de quien está acostumbrado a los focos y los flashes. A Seif al Islam no le tembló la voz al reconocer que las cinco enfermeras y el médico búlgaros, liberados el pasado 24 de julio, fueron torturados en Libia. «Sí, fueron torturados con electricidad y amenazados con que los miembros de sus familias se convertirían en objetivos. Pero gran parte de lo que afirma el doctor palestino son simples mentiras», reconoció. Los sanitarios, que pasaron ocho años en prisión en Libia acusados de contagiar el virus del sida deliberadamente a más de 400 niños, habían denunciado que las autoridades los torturaron para extraer de ellos una confesión de culpabilidad. Al llegar a Sofía, las enfermeras, pero especialmente el médico, revelaron a los medios de comunicación las vejaciones a las que habían sido sometidos, entre ellas violaciones, descargas eléctricas en los genitales y palizas. Pero Trípoli siempre ha negado esta versión, y sus tribunales absolvieron a los nueve policías y al médico que habían sido acusados formalmente.
Ante la insólita revelación, muchos se preguntan cuánta manga ancha posee el hijo del Guía de
Según apuntan tanto analistas como políticos, Gadafi prepara así a su hijo para que tome las riendas del país cuando él mismo ya no pueda hacerlo. Con porte de galán de cine -de hecho se le ha relacionado sentimentalmente con una estrella del celuloide israelí-, una privilegiada educación y maneras suaves, las diferencias entre Seif el Islam y su padre difícilmente podrían ser mayores.
Atrás, venden ellos, ha quedado
La feliz resolución del caso de los sanitarios lo ha presentado ante la opinión pública internacional como un héroe de la negociación, un líder de acción. Laureles que ha compartido con el presidente francés Nicolás Sarkozy, que no ha desaprovechado la ocasión para asegurar a su país unos cuantos contratos millonarios. «Todo el mundo ha querido jugar esta carta para barrer hacia su propia casa», señalaba esta semana el hijo de Gadafi en una entrevista con la revista «Newsweek». Seif reconocía que, tanto Libia como