- Los sectores progresistas católicos de Girona se oponen a la llegada de un obispo integrista
- El prelado de Ibiza, del sector más conservador, suena como sustituto de Carles Soler
- El País, 2007-05-28 # Natalia Iglesias · Girona
El Vaticano busca relevo al obispo de Girona, Carles Soler Perdigó, que el 12 de septiembre cumple 75 años, edad de jubilación para los prelados. Se trata de un cambio confirmado esta semana por el nuncio del Papa en España, Manuel Monteiro, y que ha desatado un clima de inquietud en los sectores progresistas católicos en Girona. Estos creyentes se oponen a la llegada de un obispo "ultramontano, reaccionario y autoritario" para "poner orden" en una diócesis considerada difícil desde la jerarquía eclesiástica que dirige el conservador cardenal Antonio María Rouco Varela.
Desde el obispado se asegura que el proceso de renovación se está llevando a cabo por el camino "teórico" y que Soler no ha presentado aún la carta de renuncia, aunque lo hará en septiembre.
Uno de los nombres que han trascendido para sustituir a Soler es el del obispo de Ibiza y Formentera, el valenciano Vicente Juan Segura, al que el colectivo de cristianos de base Església Plural califica de "personaje curioso, oscuro y muy españolista". El nombre de Vicente Juan ya sonó en 2001 para Girona antes de que Soler accediera al obispado.
Fòrum Joan Alsina
El prelado de Ibiza está considerado una persona fiel al cardenal Rouco Varela y cercano a posiciones del PP en temas tan polémicos como la autovía de Ibiza o el mismo Plan Hidrológico Nacional, que impulsó el PP cuando gobernaba y que canceló el PSOE al llegar al poder. Pertenece al conservador lobby clerical valenciano, liderado por el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares. Su vinculación con
Entre los objetivos de este giro conservador en el Obispado de Girona, figuraría "enmudecer" al Fòrum Joan Alsina, un colectivo de curas progresistas que ha levantado ampollas entre determinados círculos eclesiásticos por sus opiniones favorables al sacerdocio femenino, a la acogida de los homosexuales en el seno de
El Fòrum, que lleva el nombre de un sacerdote de Girona misionero en Chile y fusilado por Pinochet tras el sangriento golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, mantuvo buenas relaciones con el anterior obispo, Jaume Camprodon, pero Carles Soler ha intentado mantener mayor distancia con el colectivo para no empeorar las relaciones, ya tensas, con el Vaticano. Como reconoce uno de sus miembros, Fèlix Mussoll, rector de la parroquia de Sant Miquel de Anglès, las relaciones actuales con el obispo son "cordiales pero nada más". Mussoll no apunta nombres en el cambio de obispado, pero recuerda que desde el Fòrum piden tres cosas para el futuro obispo: "que sea dialogante, evangélico y catalán". Este colectivo cree que se produciría una gran grieta si el relevo lo toma un prelado "ultraconservador", porque, argumentan, no gustaría "a las bases".
Según Jaume Rocabert, de Església Plural, la consigna de
Denuncia a
El propio Carles Soler es visto desde Roma como un obispo "poco ortodoxo" y "consentidor", que ha tenido que dar más de una explicación ante las autoridades vaticanas a causa de sus sacerdotes críticos. Determinadas actitudes como la carta que envió hace un año a los medios de comunicación denunciando a
Sectores conservadores
La pregunta que flota en los círculos cristianos es si en Girona hay capacidad para condicionar este cambio de orientación en la dirección de la diócesis, máxime cuando existe dentro de la misma algún sector partidario de este giro conservador. "Se están produciendo en Girona fuertes presiones de grupos integristas que están organizados y que están buscando este giro", afirma Josep Torrens, presidente de Església Plural.
Rocabert coincide en este punto y recuerda que dentro de la misma Curia hay personas cercanas al Opus Dei de un perfil muy distinto al de Soler. "No veo a Girona capacitada para frenar la llegada de un obispo ultramontano" y, además, los nombramientos se suelen hacer desde el Vaticano, sin tener en cuenta la opinión de la diócesis".
Entre los colectivos más críticos con el ala progresista de