- El sexo y la pena de muerte
- El Mundo, 2007-08-16 # M. Pérez · J.J. Borrás · X. Zubieta
Es realmente penoso que en pleno siglo XXI encontremos noticias como la siguiente en los diarios y telediarios:
"Doce personas han sido ahorcadas en Irán tras ser acusadas de adulterio, secuestro y homosexualidad. Las autoridades iraníes también han anunciado la ejecución la pasada semana de otros cuatro condenados por las mismas razones... Con los nuevos arrestos en Mashad, son ya 125 personas detenidas en esta ciudad bajo acusaciones similares."
Es muy triste y lamentable que a estas alturas de la historia de la humanidad se cometan atrocidades bajo el amparo de la ley. La homosexualidad es la práctica sexual libre entre personas del mismo sexo. Y no se entiende cual es su crimen y por qué tienen que ser castigados. Desde nuestra perspectiva resulta terrible que alguna persona pague con su vida por esto o por haber mantenido relaciones fuera del matrimonio.
La fidelidad matrimonial debe ser abordada en el ámbito de la pareja, el estado no debe inmiscuirse, máxime cuando los castigos no son en absoluto igualitarios y son las mujeres las que se llevan la peor parte. Cuando escuchamos noticias sobre mujeres que esperan para ser lapidadas, incluso cuando el adulterio ha sido producto de la violación, nuestra fe en la humanidad se tambalea. Desde nuestra confortable butaca no podemos comprender cómo, en el siglo XXI, todavía puede ser tan terrible y poco habitable nuestro planeta para muchas personas.
Según las palabras del filósofo Maurice Merleau Ponty, formuladas hace 30 años, "hablar de sexualidad humana es hablar de la esencia misma del ser humano". La sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser humano. Su desarrollo personal pleno depende de la satisfacción de necesidades humanas básicas, como el deseo de contacto, de intimidad, la expresión emocional, la búsqueda del placer, la ternura y el amor. Es aconsejable tener presente que la sexualidad se construye a través de la interacción entre el individuo y las estructuras sociales. El desarrollo pleno de la sexualidad es esencial para el bienestar individual, interpersonal y social.
A lo largo de la historia reciente se han puesto de manifiesto diferentes modelos de educación sexual que conviven con nuestros días. Muchos de ellos suelen estar llenos de contradicciones y sus fuentes no son claras. Lo que debía ser una disciplina tiende a convertirse en un discurso con trasfondo ideológico represor. ¡Ojo, que no estamos abogando por el todo vale! Para nosotros hay límites muy claros: fundamentalmente el respeto a los demás y muy especialmente a los niños. Pero, desde luego, abogamos por un ejercicio libre y responsable del placer sexual.
¿Qué te parece la aplicación de esos castigos? ¿Has realizado algunas prácticas sexuales por las que en otro país podrías ser castigado? ¿Cómo crees que podemos evitar la persecución de esas prácticas? ¿Qué sentido tienen estos castigos? ¿Para qué sirven?
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