- Polonia: una ley de educación homófoba
- «Hablar de homosexualidad a nuestros jóvenes y adolescentes no les 'contagia', simplemente permite hacer ver a esas personas que ser gay o lesbiana no es malo, que es algo normal».
- El Diario Vasco, 2007-04-18 # Koldobike Mujika · Sergio Iñiguez · Coordinadores de Gehitu
En caso de aprobarse esta ley, Polonia, un país de
La actitud homófoba del gobierno polaco no es nueva. Desde que el partido Ley y Justicia ganara las elecciones generales, en octubre de 2005, con el voto conservador y tradicionalista, no han cesado los ataques a la comunidad homosexual, insultos, humillaciones e incluso amenazas a gays, lesbianas y transexuales, y les prohíben y reprimen las marchas por sus derechos.
Ante esto, el Parlamento Europeo aprobó el 18 de enero de 2006 una resolución «sobre la homofobia en Europa» en la que rechaza las actitudes de discriminación basadas en la orientación sexual y pidió a los Estados miembros que garanticen la protección de la comunidad homosexual frente al lenguaje de odio y violencia homofóbica y aseguren que las parejas del mismo sexo disfruten del mismo «respeto, dignidad y protección» que el resto de la sociedad.
A pesar de todo, la ley que está preparando el gobierno de Polonia es el último episodio en su escalada intolerante y antidemocrática. Advertimos del peligro que supone que en Polonia, miembro de
Sabemos la importancia que tiene la educación en el desarrollo de la persona. Somos muy conscientes también de la importancia que tienen los valores que se transmiten en la escuela, puesto que ello condiciona, en gran parte, el comportamiento que luego tenemos a lo largo de nuestra vida. Si ocultamos la realidad homosexual, la denostamos, negamos su existencia y, además, a los profesores y profesoras que la revelen se les pone en la calle, el resultado es actitudes intolerantes, de odio, de desprecio, de acoso, de burla a todo aquel o aquella que se sienta diferente. Esto es lo que la ley polaca va a conseguir, en caso de aprobarse. Además gays y lesbianas se verán condenados a vivir su afectividad y su sexualidad en la clandestinidad por algo tan humano como es amar a una persona del mismo sexo.
Seguimos insistiendo que la educación tiene que dar a conocer la realidad plural en la que vivimos, tiene que transmitir el principio de respeto profundo a lo diferente. Esto es algo a lo que una sociedad democrática no puede renunciar; al contrario, tiene que hacer de ello uno de sus pilares.
La homosexualidad es algo consustancial a la existencia de la humanidad, aun en los regímenes más represivos y agresivos contra las personas homosexuales (nazismo, países árabes donde se condena a muerte a las personas homosexuales...) existen personas homosexuales, si bien su vida es condenada a la oscuridad, la culpabilidad y el medio a ser descubiertos. Además los homosexuales en nuestro proceso de maduración, como cualquier persona, necesitamos de referentes positivos que nos sirvan para vivir con plenitud y normalidad todos los aspectos de nuestra vida. El intento de erradicar cualquier información sobre la homosexualidad en las aulas no es más que un ataque directo a los jóvenes gays y lesbianas que en importantes momentos de su vida necesitan de ese referente para evitar sentimientos como la soledad, el miedo y la inseguridad. Hablar de homosexualidad a nuestros jóvenes y adolescentes no les «contagia», simplemente permite hacer ver a esas personas que ser gay o lesbiana no es malo, que es algo normal. Que lo malo y lo anormal es imponer un único modo de vida, un único modelo de vivencia de amor y sexualidad para toda la sociedad.
Por suerte
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