- El otro aniversario del 77
- El movimiento gay celebra la primera manifestación del colectivo homosexual en España combatiendo la homofobia en el Este
Es inadmisible que países de
"En Letonia, el Código Penal todavía no castiga como agravantes las discriminaciones por causa de homofobia y el 35% de la población aún cree que la homosexualidad es una enfermedad. Hay un gran rechazo social contra todo el colectivo, que tiene miedo a salir del armario", denunció Petit, quien instó a la solidaridad con esos países que sufren la herencia del régimen soviético y donde aún se persigue la homosexualidad.
"Además de seguir trabajando por la igualdad social, que no está plenamente conseguida en nuestro país, tenemos que denunciar que en Latinoamérica hay un asesinato por homofobia cada dos días", dijo. Recién llegado de Riga, donde se ha celebrado la primera manifestación del colectivo homosexual en medio de fuertes medidas de protección policial, Petit comparó la situación con la que se vivía hace 30 años en Barcelona. "Es el mundo al revés: hace 30 años la policía nos perseguía y ahora nos protege de los fascistas en Riga", afirma.
Militantes de siempre como Armand de Fluvià - pionero de la lucha contra la homofobia-, Pere Traveria, Colita o Empar Pineda, así como jóvenes que no vivieron aquel hito, asistieron a la celebración que tuvo lugar esta semana en el Palau de
Los tiempos cambiaron y por fin se pudo ir a las discotecas sin miedo a represalias. La fotógrafa Colita, otra de las presentes en el acto, recordó aquella manifestación que inmortalizó con la cámara como "un revulsivo en el que la izquierda de repente se planteó que esto era una reivindicación seria".
Empar Pineda, activista y luchadora, entonó una disculpa hacia los transexuales y los travestis, los más marginados del colectivo, y que en aquella época eran vistos con recelo por parte de quienes pensaban que daban mala imagen. Pineda dijo echar en falta a más lesbianas en la conmemoración y recordó que lo del orgullo "llegó después": hace 30 años se luchaba por la liberación, lo que dio pie al nacimiento de muchas asociaciones.
El contexto, sin duda, ha cambiado. En aquellos tiempos, recordó Petit, un homosexual no podía acudir a un plató de televisión o de radio sin la compañía de un médico que certificara que no estaba enfermo. Caer detenido en una manifestación podía implicar ser víctima de torturas y abusos sexuales con objetos.
El portavoz del Front d´Alliberament Gai, Eugeni Rodríguez, no dudó en afirmar que la organización sigue luchando por lo que luchó aquel día; por los derechos y las libertades de los gays, lesbianas y transexuales.
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