2007/06/28

> Erreportajea: Ekainak 28 > PAIS VASCO: TRANSEXUALES REIVINDICAN QUE SU IDENTIDAD NO LA FIJE LA PSIQUIATRIA

  • Día Internacional de la Liberación Gay y Lesbiana
  • Los transexuales vascos reivindican que su identidad de género no la fije un psiquiatra
  • El clamor de los colectivos es que la Sanidad pública incluya entre sus prestaciones la reasignación de sexo.
  • Deia, 2007-06-28 # Nekane Lauzirika · Bilbao

El día del llamado orgullo gay es banderín de enganche no sólo para poner altavoz a las reclamaciones de homosexuales gays y lesbianas, sino también para plantear las demandas de travestidos y transexuales.


Aunque la recientemente aprobada Ley de Identidad de Género sea la más avanzada y progresista de Europa (que en esta materia es como decir del mundo), travestidos y transexuales ven en ella un quiero y no llego a las demandas que ellos consideran básicas en su camino hacia la normal aceptación social de su propio ser.


Hoy, el clamor más potente de los colectivos y de cuantos transexuales hemos contactado, es contra la psiquiatrización de su identidad. "La identidad de género no existe como tal, ya que el género no confiere identidad", explica Andrea Muñoz, de Transexualidad-Euskadi.


Es su base argumental, defendiendo el derecho a existir de todas las identidades de género, más allá de las dos médicamente impuestas. "Impuestas precisamente por los evaluaciones psiquiátricas, que les reasigna forzosamente dentro de la dicotomía hombre-mujer sin aceptar ninguna otra posibilidad", apostilla Nerea, transexual de Donostia, en tratamiento hormonal y a la espera de tener acceso a una intervención de cambio de sexo.


Así, admitiendo que la Ley de Identidad de Género les libera de muchas trabas anteriores y les permite una identificación con su propio ser, les reconoce que les siga haciendo pasar por las terapias de grupo, los análisis clínicos, los test de la vida real, los exámenes psiquiátricos y, según su opinión, les mantenga bajo la sospecha permanente de que, como personas transexuales o transgénero, deben ser tratadas como enfermos mentales. "No, no somos enfermos mentales, ni todos somos de la farándula, ni nos dedicamos al espectáculo, ni mantenemos relaciones sexuales promiscuas, en absoluto", subrayan. "Entre nosotros/as hay de todo y lo que deseamos es que se nos trate con la misma naturalidad que a los demás: ni éramos antes delincuentes pervertidos ni ahora enfermos de tratamiento psiquiátrico", dice contundente Nerea, quien al igual que Andrea, aguardan con ansiedad el día que su carné de identidad no desentone con su aspecto físico. "Sí. La ley es un triunfo; vamos a poder cambiar nuestro DNI aunque no nos hayamos sometido a una operación de reasignación de sexo. Es un gran logro para todos y todas las activistas que llevamos años luchando por equiparar los derechos de los transexuales al resto de la ciudadanía".


El cambio de nombre en el registro le da a Nerea un respeto en el trato con la administración nada desdeñable. A sus 24 primaveras nunca se sintió varón, pero no fue consciente de su género hasta pasada la adolescencia. "De mayor vas cambiando y cada vez te sientes peor con tu sexualidad. Mis aitas me apoyaron en todo momento, aunque hubo momentos muy fuertes, de desarraigo. Ellos veían que no era un tema de homosexualidad pero que había un problema. Sin embargo, el tiempo lo cura todo".


Nerea inició su tratamiento de feminización hace poco más de un año. "Mi voz siempre ha sido la de una chica y mi imagen andrógina, por lo que mi aspecto exterior no me ha dado problema alguno".


Su tratamiento comenzó cuando decidió acudir al médico de cabecera. "Antes me había informado sobre los pasos que tenía que seguir. El médico me derivó al psiquiatra y ahora estoy con un psicólogo. El tratamiento hormonal es para toda la vida", apostilla esta estudiante que acaba de concluir la carrera y que está a la búsqueda de trabajo. El tratamiento que sigue concluirá en dos años y será entonces cuando decida si se somete a una reasignación de sexo. "Espero que para entonces Osakidetza ya haya incluido en sus prestaciones la intervención".

  • "Las lesbianas somos invisibles"

Koldobike Mujika reconoce el reconocimiento social de las mujeres lesbianas se encuentra a años luz del de los homosexuales. Desde la asociación Gehitu trabaja por dar visibilidad a este colectivo de mujeres, "que continúa denostado entre la sociedad y también entre las propias mujeres. Nosotras somos las primeras, y lo digo por propia experiencia, en autocensurarnos. A las mujeres nos han repetido tantas veces que no teníamos sexualidad que al final nos lo creímos". Pasada la barrera de los cincuenta, Koldobike reivindica desde Gehitu, en Donostia, los derechos de las lesbianas. "Un término que no es tan glamuroso como el de gay. Estamos en inferioridad de condiciones con los homosexuales". El mensaje de esta mujer luchadora es claro: "No tenemos que pregonar nuestra sexualidad a viento y marea, pero tampoco tenemos que ocultarla. Adolecemos de referentes públicos. Sería bueno tenerlos".

  • "Hace sólo cinco años el matrimonio entre homosexuales era una utopía"
  • Estos colectivos muestran su apoyo a los gays polacos, que padecen la persecución y la cárcel

"Los logros que el colectivo homosexual han conseguido arrancar a los poderes públicos son espectaculares. Si hace cinco años me hubieran dicho que tendríamos la posibilidad de contraer matrimonio, adoptar niños y disponer de una Ley de Identidad de Género, entre otros derechos, hubiera pensado que se trataba de una broma", reconoce Sergio Iñiguez, de Gehitu, asociación de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales del País Vasco, que al igual que EHGAM son la avanzadilla de los derechos de estos colectivos.


Activista desde hace nueve años, Sergio se siente feliz por trabajar desde hace tres en Gehitu y de contribuir a la normalización del colectivo al que representa. "Es una satisfacción comprobar que el apoyo social a las leyes del matrimonio entre homosexuales y también a leyes como la Identidad de Género cada vez cuentan con más apoyo. Es cierto que existe lo que denominamos homofobia de baja intensidad y que queda aún muchos pasos por dar, pero me considero una persona afortunada por haber visto hechas realidad muchas de nuestras reivindicaciones. Es una enorme satisfacción saber que en los dos años que lleva en marcha la ley de matrimonios entre homosexuales, casi tres mil quinientas personas han podido realizar su sueño de casarse", apostilla Sergio.


Desde esta Asociación al igual que desde EHGAM saben que mucho de lo conseguido se debe al vuelco electoral del 11-M que desterró del poder a la derecha del PP. "En Euskadi también hemos sido la avanzadilla, pero no podemos dormirnos en los laureles ya que los neocon del Partido Popular siguen al acecho intentando tumbar lo conseguido", dice con vehemencia Xabier Jiménez, de EHGAM, quien se muestra crítico con celebraciones como la que tendrá lugar mañana en Madrid donde se concentrarán miles de homosexuales en el Día del Orgullo Gay.


Xabier critica que el día haya dejado gran parte del componente reivindicativo, para convertirse "en un carnaval repleto de estereotipos que a muchas personas no nos gusta y en los cuales no nos reflejamos. El espectáculo en lugar de beneficiarnos perjudica nuestra imagen".


En lo que coinciden los dos activistas por los derechos de los homosexuales es en la necesidad de reclamar su identidad de género más allá de la dicotomía social impuesta hombre-mujer. "Lucho por la liberación del deseo sexual y, por supuesto que cambien los roles y que no se nos asigne una sexualidad en base a ese rol", dice Xabier.


Mientras, Sergio apoya convocatorias como la que tendrá lugar el sábado en Madrid. "Este año más que nunca ya que tenemos que mostrar nuestro apoyo a los homosexuales que por su condición están siendo perseguidos y encarcelados en países como Polonia".

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