2007/12/16

> Erreportajea: Hezkuntza > HOMOSEXUALES EN EL INSTITUTO

  • Homosexuales en el instituto
  • Educación. El acoso homófobo en la escuela contra gays, lesbianas, transexuales y bisexuales
  • Público, 2007-12-16 # Arturo Díaz · Madrid


Soy homosexual y lo he pasado muy mal estos años. ¿Alguien quiere preguntarme algo?". Álex tiene ahora 16 años pero cuando se plantó delante de su clase en un centro de la periferia barcelonesa, frente a los acosadores de su clase que llevaban años martirizándole, sólo tenía 14. La situación de acoso y hasta terror que viven las lesbianas y gays en los institutos pasa a menudo inadvertida a pesar de los informes que indican que "no son lugares seguros para los adolescentes homosexuales".


Si se extrapolan los datos de toda la sociedad a la adolescencia (se calcula que entre un 7% y un 10% de la población no es heterosexual), hay miles de chicas y chicos en España que sufren largos años de soledad y llanto desde el momento en que sospechan que les atraen personas del mismo sexo. Al menos eso prueban los pocos estudios realizados sobre el asunto. Álex tuvo suerte con sus padres, Cati y José, que le apoyaron desde que supieron del maltrato que sufría en clase. También contó con su profesora, que le animó a enfrentarse a los acosadores en una sesión que organizó sobre el bullying. Desde entonces tuvo muchos menos problemas en el instituto, asegura el chico.


Un estudio sobre la homofobia en el ámbito educativo publicado la semana pasada concluía que el 31% de los varones se cambiaría de pupitre si supiera que su compañero es homosexual. El trabajo, realizado con encuestas a 4.636 alumnos de Coslada (Madrid) y San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), descubre también que el 30% de los varones siente un "fuerte rechazo" a la diversidad sexual. Álex recuerda así las peores fases de su calvario: "Era en el vestuario, antes de gimnasia, cuando los compañeros empezaban a insultarme nada más quitarme los pantalones".


Ellos son más homófobos que ellas
Silvia Morell, psicóloga de Casal Lambda, una asociación homosexual de Barcelona, afirma que el rechazo de los iguales es un tormento en estas edades: "Que te aprecie tu grupo de pares es casi más importante que la aceptación de los padres, y si se añade el rechazo de la religión entre los chicos católicos, el desamparo es total". Morell señala que es "clave" que los adolescentes gays "encuentren referentes positivos de edades similares".


El informe aludido, elaborado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, asegura que las chicas son más respetuosas. El varón configura su masculinidad por oposición, mostrando desprecio a todo lo que considera femenino. Sólo un 10% de las chicas cambiaría de sitio en clase al saberse junto a un homosexual. Ese rechazo, a pesar de la amistad, es lo que se denomina "miedo al contagio del estigma". Tino Brugos, profesor desde hace 14 años en Pravia (Asturias), confirma que las chicas lo llevan mejor. "Muchos chavales tienen un concepto erróneo de su sexualidad porque creen que ser homófobo y bruto es una manera de ser hombre que les permite ligar con chicas", explica Brugos, que dirige Xente Gai Astur, asociación homosexual del Principado.


La muestra concluye que el 65% de los adolescentes gays que salen del armario ha sufrido violencia en la escuela; en un 2,6% de los casos se ha tratado de palizas. La consecuencia de esta homofobia sin ambages es que estos chicos tienen tres veces más riesgo de suicidio que sus compañeros, según otro estudio realizado por Cogam (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid). Álex llegó a pensar "que la vida no valía la pena", y cuando Cati le socorrió, "ya había pensado en el suicidio". Morell ha tratado las secuelas de estos intentos de acabar con todo: "Llegan en situaciones graves, con fuertes depresiones y conductas lesivas con ellos mismos", señala.


El apoyo de los padres es fundamental, apuntan los expertos. "Deben aceptar al hijo y seguir su mismo proceso de autoaceptación; tienen que pensar que el hijo también esperaba ser heterosexual, como ellos", aconseja Morell. Para los maestros que quieran ayudar a sus alumnos homosexuales existen materiales y guías en las páginas web de Xega y Cogam. Álex se siente mejor ahora. Ya no teme "ir solo por la calle".


  • La historia de un chico gay durante el franquismo
  • Público, 2007-12-16

Antonio Ruiz, 49 años, aún no había cumplido los 18 cuando la dictadura intentó reeducarle por maricón, como diría sin empacho cualquier funcionario del franquismo. Y ha pasado una vida que nada ha tenido que ver con la situación actual de los homosexuales adolescentes.


El hoy presidente de la Asociación de Ex Presos Sociales no pudo acudir a su escuela en busca de ayuda cuando se descubrió diferente en los setenta: "No es que no se hablara de homosexualidad en los colegios, es que ni siquiera se hablaba de sexualidad".


Su familia no supo qué hacer y le remitió a la Iglesia. Pero acabó en tres penales, Valencia, Carabanchel (en Madrid) y Badajoz. En vez de "reeducación", sea lo que fuere el palabro, lo que recibieron estos chicos fueron "palizas y violaciones, de tal modo que muchos no sobrevivieron y se suicidaron", recuerda.


Aquellos jóvenes a los que se aplicó la Ley de Vagos y Maleantes -"todo eso nos hizo agresivos, deprimidos, nos tuvimos que apañar como pudimos; era una vida bastante horrorosa"- están de enhorabuena. Resulta que esa España atrasada es en 2008 alumna aventajada en la reivindicación de la homosexualidad. Y no sólo porque desde 2005 Pepe se puede casar con Juan y María con Carmen, sino también porque en breve se redimirán culpas con ellos, al menos en lo material.


En los Presupuestos de 2008 se aprobará una partida de 200 millones para indemnizar a los homosexuales represaliados por el franquismo. La iniciativa partió de IU-ICV. El portavoz de ICV en el Congreso, Joan Herrera, asegura que "se trata de compensar a aquellos que no fueron compensados. Era una deuda pendiente de la democracia hacer justicia con los que pasaron años de su vida en la cárcel sólo por su orientación sexual. Hoy parece absurdo pero era una realidad durante la dictadura de Franco".

  • Joaquín Álvarez, profesor e impulsor de la primera tutoría para alumnos lgbt en el IES Duque de Rivas
  • «Estos chicos son el flanco más débil de la sociedad»
  • Público, 2007-12-16


Este profesor homosexual habla con un cariño inmenso de su profesión. Y de los alumnos que peor lo llevan en los colegios, los lgbt (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) a los que atiende en una tutoría pionera en España específica para ellos. Creada en 2005, la tutoría ha recibido unas 3.000 consultas por Internet. En la sensibilización afectivo-sexual de su instituto, el Duque de Rivas de Rivas Vaciamadrid (Madrid), se han implicado 25 profesores.


¿En qué consiste la tutoría?

Hacemos sentir al alumnado lgbt que no están solos, que podemos ayudarles. Que sientan la cercanía del tutor, de alguien que se significa como homosexual. El hecho de ser gay me obliga a estar pendiente de aquellos que por su orientación están en riesgo. Además, a través de Internet, la tutoría recibe a adolescentes de toda España y de Iberoamérica.


¿Qué preguntas plantean?
Cómo socializar con sus iguales; cómo salir del armario ante sus familiares y en su colegio; y cómo aceptar ellos mismos el hecho homosexual. Nos llegan historias de acoso y de la angustia que genera tener una orientación sexual que siempre se pone en negativo. El insulto que más se escucha en todas partes, pero sobre todo en el ámbito educativo, es maricón. Eso les recuerda el estigma.


¿Cómo reaccionan los alumnos?

En este instituto hemos apostado por la igualdad, y esto es un trabajo que se consolida cada día con el respeto hacia las mujeres, los inmigrantes, homosexuales y transexuales. Cuanto más jóvenes son los chavales, menos prejuicios tienen y mejor aceptan estas iniciativas.


¿Cómo se trabaja con el alumnado en general?
El eje del mal es una parte de un sector heterosexual que es víctima también de la construcción homofóbica, de los roles de género y de una construcción la identidad que no deja espacio para la sensibilidad. Por eso planteamos jornadas de sensibilización educativa para hablar sobre orientación sexual e identidad de género. Ésto es importante porque los y las transexuales están en la base de la pirámide de la discriminación, son muy incomprendidos. También hacemos unas jornadas culturales anuales de sensibilización.


¿Ha mejorado la situación de los homosexuales en el centro?

Cada vez se acepta mejor que se hable de este tipo de temas. Cada vez oigo menos la palabra maricón. Y no conozco casos específicos de homofobia en el centro escolar.


¿Cómo reaccionan los padres ante la tutoría?
Aceptan bien el hecho de que los chavales vengan a la tutoría. Tenemos el apoyo firme del APA.


¿Hay docentes homófobos?

Hay un sector del profesorado que se ha educado en el franquismo y que no ha tenido ocasión de familiarizarse con el hecho homosexual. Pero tanto la Constitución como las leyes educativas señalan que tenemos que trabajar la diversidad afectivo-sexual. Es triste que estos temas no se toquen por miedo o por prejuicios. Hay que dar información: rompe con las cadenas del miedo, del heterosexismo, de la homofobia...


¿Cómo se siente un alumno que llega con este problema?
Es terrible. Algo tan importante en la vida como es querer a alguien no lo puede decir ni a su familia ni a sus amigos. Éstos le van a poner de maricón y en casa corre el riesgo de que lo echen o no le acepten. Estos chicos viven un auténtico secuestro emocional. La presión exterior les impide ser ellos mismos. Eso les genera un gran sufrimiento.


¿Cómo se expresa la homofobia?

La educación se plantea siempre desde la heterosexualidad. Estos chicos carecen de referentes y muchas se veces se sienten extraterrestres. Además está el prejuicio social, que puede llegar a ser muy sutil, y la familia donde, a veces, tener un hijo homosexual es motivo de desgracia. Recordemos el "antes muerto que maricón". Hay un sector
conservador recalcitrante que hace mucho daño.


¿Cuál es el límite de aguante?
Hace unos días, en Italia, un chaval se suicidó por razones de orientación sexual. Aquí también pasa, pero estos suicidios se suelen enmascarar. La familia es la primera que lo oculta a menudo. Muchos gays sentimos que hemos perdido la adolescencia porque hemos crecido sin referentes. Es terrible que los derechos humanos se vulneren en entornos que proclaman el desarrollo integral del niño como ideario.


¿Hay algo peor en un centroque ser gay?

Es el problema más grave de todos. Un chaval negro o gitano que sufre racismo tendrá el apoyo de su familia. Un 10% de nuestros alumnos está en riesgo. El silencio y la ignorancia provocan daños irreversibles. Los adolescentes lgbt representan el flanco más débil de la sociedad.

> Erreportajea: Aktibismoa > LA LUCHA DEL COLECTIVO GAY, NO SOLO CUESTION DE LEYES

  • La lucha del colectivo gay, no sólo cuestión de leyes
  • La violencia homófoba y la falta de aceptación personal en la adolescencia siguen a la orden del día. La mayoría ha padecido graves conflictos en su juventud derivados del modelo de educación, "que nos hace sentir sucios"
  • La Opinión de Málaga, 2007-12-16 # Lucas Martín · Málaga

Pocos años han resultado tan esforzados y controvertidos para la población homosexual como el que está a punto de expirar. A la regulación del matrimonio entre parejas del mismo sexo, se han unido la sanción de otros derechos de carácter universal que, hasta ahora, se escatimaban sistemáticamente. La aprobación del Estatuto de Andalucía, que incita a las instituciones a combatir la homofobia, o la reciente inclusión de las operaciones de transexuales en el sistema sanitario público han sabido remendar algunas de las carencias legales. Pero no todo el balance se antoja positivo.


Junto al reconocimiento del ordenamiento jurídico, se han alzado sectores en contra de la equiparación de derechos. La asignatura Educación para la Ciudadanía, que recoge entre sus contenidos el respeto a la diversidad sexual, derivó en un enfrentamiento dialéctico y altoparlante con algunas organizaciones. A la luz de polémicas y sucesos, parecería que existe recelo hacia los homosexuales, pero las encuestas dicen lo contrario. ¿Es Málaga una provincia homófoba? Probablemente, la respuesta es negativa. Pero eso no exime de capítulos de discriminación y desprecio.


En la sede del Colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (Colega) de Málaga, conocen la crudeza de una sociedad que cataloga conductas y codifica lo que está bien y lo que está mal. Casi todos sus asociados han sobrevivido a un proceso paralelo. Falta de aceptación personal, burlas de amigos y compañeros, culpabilidad y miedo, mucho miedo.


Regina Burgos, bisexual de 25 años, es un caso felizmente atípico. Ni su familia ni sus amigos se extrañaron porque saliera con mujeres, aunque tuvo que soportar visiones que se agarraban al tópico y la tildaban de "viciosa". "Como si fuera un capricho, yo me enamoro de la persona y no miro si es hombre o mujer", explica.


Regina, ´Gina´ para los amigos, asevera que no entiende la existencia de reservas morales hacia algo que, en definitiva, está en consonancia con los postulados básicos de la mayoría de los credos del mundo. "No sé cómo puede haber gente que se oponga a que una se enamore", dice.


La incomprensión también está presente en la vida de Laura García, aunque, en este caso, como un recuerdo acerbo e indigesto. A pesar del apoyo brindado por su familia, reconoce que su infancia y adolescencia estuvo marcada por una confusión de valores que casi siempre se atoraba muy adentro. Desde niña se fijaba en las mujeres, pero tenía miedo a admitirlo. Las visitas a la Iglesia, la percepción de que sus deseos no se ajustaban a la convención y el miedo a que descubrieran sus inclinaciones. "Me sentía sucia, creía que iba a perder a mis padres, que era muy malo sentir aquello".


La cosa no mejoró con el ingreso en el instituto, donde fue víctima de todo tipo de escarnios e insultos. En la universidad, se decidió a confesarlo, no sin antes recurrir a un psicólogo. "Me faltaba información, no sabía cómo era el sexo entre mujeres, si se contagiaba el sida o no", rememora.


Laura, que imparte charlas en centros escolares, considera que la educación es esencial para evitar años de comezón y sufrimiento. "Si a mí me hubieran dicho que no pasa nada y que existen diversas opciones, no habría pasado por un dolor que casi acaba conmigo", señala.


La experiencia de García es compartida por David Cedeño, presidente de la asociación, que apela a la estadística y dice que nueve de cada diez homosexuales no se atreven a reconocer su orientación en la adolescencia. Lo que para él, es sinónimo de sufrimiento. "Al final descubres que te han cercenado una parte de tu vida", asegura.


El actual responsable de la federación no extrae sus conclusiones de postulados filosóficos, sino de sus propias vivencias. Hasta que se decidió a acudir a la asociación, su vida estaba jalonada por una suerte de pánico que se filtraba en todas las facetas. Lo único que conocía de los homosexuales era la caricatura grotesca que campea en los recodos más negros del imaginario colectivo. Evidentemente, no quería parecerse a ella. En su caso, fue la cultura la que vino en su auxilio, especialmente Luis Cernuda y su poemario ´Los placeres prohibidos´. "Me di cuenta de que no había una forma de ser gay, sino tantas como de ser heterosexual".
Cedeño explica que uno de los mayores problemas del colectivo radica en la falta de visibilidad.


Los modelos que se reproducen y salen a la luz participan de visiones adocenadas. "Ni tenemos por qué ser artistas, ni tener más sensibilidad. Hay personas de todo tipo", comenta.


La noción de visibilidad que expone el presidente de Colega no tiene nada que ver con fiestas e histrionismos del día del orgullo gay. "Eso está bien, pero es una fiesta, carece de carácter reivindicativo", reseña. En su opinión, se trata de normalización, una asignatura aún pendiente en la sociedad. Sobre todo para plantarle cara a la homofobia, un problema social que no se percibe con la consideración que merece. "Tú mismo parece como si te acostumbrases a cierta violencia. La mayoría de las víctimas no denuncia por miedo a que su familia sepa el motivo". Todavía queda mucho trabajo por hacer.


La exclusión laboral entre los transexuales

Colega instará a los partidos políticos a incluir en sus programas electorales una serie de medidas para paliar la exclusión laboral de los transexuales, un segmento de la población que padece altas cotas de desempleo y marginación. Según el presidente de la asociación en Málaga, David Cedeño, buena parte del colectivo se ve abocado a ejercer la prostitución, oficio que, junto al espectáculo, constituye la salida más recurrente entre los transexuales. "Al ser visibles los cambios, tienen muchas dificultades de encontrar trabajo en otros sectores profesionales". De acuerdo con Cedeño, la población también adolece de falta de cualificación, una consecuencia derivada del desencanto y la frustración de la niñez y la adolescencia. "La incomprensión y los problemas de aceptación casi siempre deriva en fracaso escolar", comenta.