2007/10/13

> Iritzia: Atzelari > EZ ZARETE PASATU - NO PASASTEIS

Euskal Herrian ez da izango ezta manifestazio faxista bat ere ez. Ez, Herri bat garelako. Ez, antifaxistak garelako. Ez, langileak garelako. Ez, gazteak garelako. Herriak ez du barkatuko, Zuek egindakoa Herriari ez zaigu ahazten. Sua, bai, sua faxismoari.


No voy a entrar en consideraciones sobre lo oportuno o lo condenable de lo sucedido ayer en Donostia, si le sirve a los más sensiblones ni Iratzarri, ni Aralar, ni EHGAM participaron de las acciones violentas, aunque llamaron a movilizarse en el Festival Antifascista y fueron parte activa del mismo.


Quedando esto claro, constato que los autores del genocidio del 36 no pudieron manifestarse. Que quienes sometieron a tantos pueblos ibéricos al yugo y las flechas, quienes torturaron impunemente durante 40 años y que aún hoy en día, para escándalo de la razón humana y de la Humanidad, permanecen legales con el mismo nombre y el mismo odio de siempre, que aquellos y aquellas que en pleno 2007 no han respondido por sus crímenes, que esa calaña ayer no pudo rebuznar ni escupir sangre sobre el boulevard donostiarra.


Que miles de antifascistas se dieron cita para impedirlo, que aunque la Ertzaintza y la Justicia española pretendían permitir semejante humillación, el pueblo decidió decir que NO PASARÍAN. Y no pasaron.


Las pequeñas victorias, es cierto, no van más allá de su reducido tamaño. Pero las victorias, victorias son.

> Erreportajea: Oroitzapena > LOS MARTIRES DE LA DESMEMORIA

  • Los mártires de la desmemoria
  • En octubre de 1936 el bando sublevado asesinó a 16 religiosos vascos. Ninguno de ellos figura en la lista de los 498 mártires de la guerra
  • Público, 2007-10-13 # Miguel Angel Marfull · Madrid

La historia edulcorada por la actual jerarquía católica ante la próxima beatificación de los llamados 498 "mártires españoles del sigloXX" se salta siempre la misma página. Dieciséis curas y religiosos vascos fueron asesinados por las tropas franquistas en Euskadi sin renunciar tampoco a su fe.


"Todos los asesinatos son condenables, pero no todos los asesinados son mártires", señaló el pasado martes el portavoz de los obispos, Juan Antonio Martínez Camino, preguntado por esta causa olvidada.


Entre los 498 nuevos beatos de la Guerra Civil hay elementos comunes. Todos murieron de manera trágica en el umbral del conflicto o avanzado el verano de 1936. Todos han sido desde entonces ensalzados por la Iglesia del poder nacional católico. Todos han ocupado un lugar en su recuerdo y en sus oraciones. Pero ninguno murió por orden del bando franquista. Eso les diferencia y les garantiza un lugar en la memoria de la Iglesia, que ha resultado ser tan coincidente en lo temporal con la agenda del Gobierno, como selectiva en cuanto a su rigor histórico.


Durante la presentación de los actos que coronarán esta causa de beatificación masiva el próximo 28 de octubre en la plaza de San Pedro del Vaticano, Juan Antonio Martínez Camino negó cualquier discriminación hacia los religiosos asesinados por orden del bando sublevado. Casualidad o no, ninguno ha sido elevado aún a la gloria del Vaticano.


Martínez Camino lavó sus manos y las del episcopado. Se excusó señalando que las causas sobre la posible santidad de una persona no las inician los obispos, sino los fieles. "La conciencia del pueblo de Dios es donde está depositada la fama de santidad o de martirio", concretó. Cuando se presenta una causa "no hay prejuicio previo que cierre el camino a nadie", dijo el portavoz de los obispos.

Sacerdotes depurados
Pero nadie ha iniciado causa alguna a favor de sacerdotes o religiosos asesinados por las balas del bando fascista. Su memoria sigue viva sólo en los archivos de historia.
El golpe de Estado de Franco fracasó inicialmente en Guipúzcoa. La columna del general Mola entró en San Sebastián el 3 de septiembre de 1936. Como en el resto de España, ocupación se convirtió en sinónimo de depuración. Republicanos y nacionalistas vascos fueron el primer objetivo. La sotana no fue, en esta ocasión, un salvoconducto. Dos curas de Rentería, Gervasio de Albizu y Martín de Lekuona fueron los primeros. El 8 de octubre de 1936 eran fusilados sin renunciar a sus convicciones religiosas ni a sus ideas nacionalistas.


Durante las tres semanas siguientes serían ejecutados por el bando rebelde 14 religiosos más, entre ellos el cura y escritor José de Ariztimuño, un teórico del nacionalismo.


No fueron hechos aislados. En un territorio en el que el nacionalismo está fuertemente ligado al fenómeno religioso, el asesinato de sacerdotes era algo más que un simple aviso.


Franco obedece al cardenal
"Tenga Su Eminencia la seguridad de que esto queda cortado inmediatamente", respondió Franco al primado de los obispos españoles, el cardenal Isidro Gomá, cuando éste se quejó ante el general tras tener conocimiento de las ejecuciones de religiosos vascos.


Cuenta también el historiador Julián Casanova que a los 16 curas asesinados "se les tomó declaración en juicio sumarísimo antes de la ejecución. Los fusilaron vestidos de seglar, de noche, para evitar publicidad, avisados poco antes para evitarles sufrimientos morales". Dos jesuitas estuvieron con ellos en un improvisado confesionario, en el interior de un automóvil.


Gomá detuvo los asesinatos. La jerarquía de la Iglesia, "identificada y fusionada con las armas franquistas, hablaba con quien tenía que hablar y presionaba a quien tenía que presionar. Ése era el método. Y lo podían haber utilizado para truncar bruscamente los asesinatos de muchas más personas, de miles de ellas. Pero no eran sacerdotes, sino ‘rojos' y ‘canalla marxista' por los que no valía la pena incordiar al Generalísimo", escribe Casanova en La Iglesia de Franco, un manual de referencia sobre este episodio de la historia.


La represión de Franco contra el clero vasco, no se detuvo ahí. Decenas de curas y religiosos fueron encarcelados. El obispo de Vitoria, Mateo Múgica, favorable a la sublevación, acabaría siendo una excepción dentro de la complaciente jerarquía católica.


El obispo exiliado
Múgica protestó por los abusos del bando sublevado contra clérigos y creyentes en su diócesis. Se quejó y acabó por convertirse en un exiliado. Instalado en Roma desde mediados de octubre de 1936, Múgica no regresó a España hasta diez años después. Fue condenado al ostracismo hasta su muerte. Su pecado fue de omisión. No firmó la "Carta colectiva del Episcopado español a los obispos del mundo entero", encargada por Franco al cardenal Gomá. Un pacto firmado en julio de 1937 que uniría para siempre a la dictadura con la jerarquía de la Iglesia.

> Berria: Salaketak > DONOSTIA: LA ERTZAINTZA CARGA CONTRA ABERTZALES ANTES DE UN ACTO DE FALANGE

  • Los agentes impiden la quema de un autobús
  • La Ertzaintza carga contra 'abertzales' antes de un acto de Falange en San Sebastián
  • Detenidas dos personas por los incidentes registrados durante la tarde
  • El Mundo, 2007-10-13 # Ramón Sanmartín · San Sebastián

La Ertzaintza ha procedido a dispersar con cargas policiales a miembros de la izquierda 'abertzale' que se encontraban realizando un "festival antifascista" en el Boulevard donostiarra, donde a las 17.00 horas estaba prevista una manifestación de Falange para celebrar el día de la hispanidad, acto que finalmente no ha tenido lugar.

Los enfrentamientos entre simpatizantes de la izquierda 'abertzale' proseguían pasadas las 18.00 horas en el centro de la ciudad, que permanece totalmente cortado al tráfico. Dos personas fueron detenidas por su participación en los incidentes, según informó a Europa Press un portavoz del Departamento vasco de Interior.

Sobre las 16.15 horas, los agentes comenzaron a dispersar con pelotas de goma al cerca de medio millar de 'abertzales' que presenciaban un concierto en el Boulevard donostiarra, en el que se vieron pancartas con lemas como 'Fuera fascistas, si queréis guerra la tendréis'.

Tras la actuación de los agentes, los radicales se dispersaron por el centro de la ciudad y la Ertzaintza procedió a acordonar el Boulevard.

Grupos de los concentrados, algunos de ellos encapuchados, volcaron en la avenida Libertad un autobús y prendieron fuego a uno de los asientos, aunque los agentes de la Policía vasca apagaron el incedio y evitaron la quema del vehículo, según el Departamento vasco de Interior.

Además, los radicales reventaron la puerta y quemaron una sucursal de la Caja de Ahorros del Mediterráneo en la calle Idiakez; cruzaron contenedores y coches en otras calles adyacentes, como en la calle Hernani, y quemaron una bandera española. Los concentrados arrojaron a los agentes pelotas de golf y cohetes.

Falange tenía previsto manifestarse a partir de las cinco en ese lugar, en concreto, en la Alameda del Boulevard, esquina con la calle Oquendo, y finalizar el acto con un discurso de su Jefe Nacional, Manuel Andrino.

Por su parte, la izquierda abertzale había convocado con anterioridad, a las tres de la tarde, en ese mismo sitio "un festival contra el fascismo" bajo el lema 'Porque somos un pueblo, los fascistas fuera de Euskal Herria'.

Entre los agentes que se adhirieron a esta convocatoria se encuentran el colectivo de gays y lesbianas EHGAM, el sindicato LAB, CNT, Gazte Komunistak, Batasuna, ANV y asociaciones extranjeras como la Red Latina Sin Fronteras (Argentina), informa Europa Press.