2007/09/30

> Berria: Homofobia > ESTADOS UNIDOS > POLICIA HOMOSEXUAL DE NUEVA YORK DEMANDA AL DEPARTAMENTO POR DISCRIMINACION

  • Policía homosexual de Nueva York demanda al departamento por discriminación
  • El Nuevo Diario (República Dominicana), 2007-09-30

Michael Harrington, un agente homosexual ha demandado al Departamento de Policía y a la ciudad de Nueva York, alegando discriminación en su contra por su preferencia y denunció que ha sido víctima de lenguaje obsceno, insultos verbales, tratado con violencia y maltratado por sus supervisores.


La demanda del oficial fue interpuesta esta semana a través de su abogado George D. Rosenbaum, quien dijo que el demandante está viviendo un infierno que hace estallar su corazón.


Aunque el jurista rehusó revelar el monto de la demanda, medios locales divulgaron que se trata de un reclamo millonario, dado que probablemente se evidencie violación de los derechos civiles y constitucionales del quejoso.


El portavoz de la oficina legal del Departamento de Policía Connie Pankratz dijo que la ciudad no había enviado la copia de la demanda a la oficialidad y que por ello no podía hacer comentarios acerca de la situación.


Harrington, se convirtió en policía en el año 2002 y cuenta con 30 años de edad. Trabaja en el precinto 75 de Brooklyn, uno de los cuarteles más conflictivos de los cinco condados.


En febrero del año 2003 se declaró homosexual y desde entonces viene confrontando serios problemas con sus compañeros de trabajo. En el expediente sostiene que con frecuencia otros oficiales le llaman “marica” (faggot) de manera despectiva y que debido a la situación ha pedido el traslado del cuartel 75 a otro precinto. Aunque ha llenado la aplicación de traslado en varias oportunidades, sus superiores siempre le dicen que los papeles “se extraviaron” o “se perdieron”.


También denuncia que otros policías escriben mensajes y hacen dibujos obscenos en su contra en pedazos de papel que pegan en las paredes del cuartel.


La última vez que solicitó el traslado, su jefe le dijo burlonamente que lo ayudaría a irse al cuartel 6 situado en el Village, una zona poblada por cientos de homosexuales y lesbianas. “Para que puedas estar entre tu gente”, le refirió el superior.


En diciembre del 2006, uno de sus compañeros de cuartel le advirtió que “todos los maricas, podrían recibir disparos”. También sostiene que sus jefes le han negado ayuda para adoptar un niño.


Entre los trabajos que se le asignan para humillarlo están los de recoger prisioneros en los cuarteles y llevarlos al registro central de la cárcel municipal o patrullar en las calzadas.


“Me humillan y me dan labores propias de reclutas”, está denunciando el policía homosexual. En los papeles que ha sometido a la corte con la demanda, Harrington indica que en el 2007, comenzó a sufrir de dolores estomacales, vómitos y nauseas como resultado de los altos niveles de estrés que sufre por el ambiente hostil que le han creado en su trabajo.


La demanda fue entregada por el abogado del oficial en la Corte Suprema del Estado de Nueva York el pasado miércoles.

> Erreportajea: Homofobia > IRAN: SER HOMOSEXUAL EN EL PAIS DE AHMADINEYAD

  • Ser homosexual en el país de Ahmadineyad
  • Gays iraníes relatan la dureza de vivir en un régimen que niega su existencia y que mantiene la pena de muerte para los 'desviados'
  • El País, 2007-09-30 # Angeles Espinosa · Teherán

"Entonces, ¿yo no existo?", exclama incrédulo M., un gay acomodado de Teherán ante la afirmación de que "en Irán no tenemos homosexuales" pronunciada por el presidente, Mahmud Ahmadineyad, en la Universidad de Columbia el pasado lunes. "Lo que debiera hacer es informarse antes de hablar para no meter la pata como con el Holocausto", añade Taha, de los pocos gays iraníes que ha aceptado hablar con este diario. La discreción es la norma de supervivencia en un Estado cuyo código penal establece la pena de muerte para quien mantiene relaciones homosexuales. Algo que también ocurre en países aliados de EE UU como Pakistán, Arabia Saudí o Yemen.


"Ahmadineyad sólo tiene que darse una vuelta cualquier tarde-noche por el parque Daneshju para descubrir que en su país sí que hay homosexuales", sugiere un estudiante universitario. El Daneshju es uno de los típicos lugares de encuentro gay de Teherán. Quizá el más democrático. A diferencia del centro comercial Jam-e Jam, donde el ambiente pijo hace que sus camisetas ceñidas y sus cejas arregladas pasen desapercibidas, en el parque confluyen chicos tanto del norte rico como del sur más modesto. A menos que alguno se muestre extremadamente cariñoso, la policía no suele intervenir.


Como en el caso de los heterosexuales, la República islámica considera inmoral cualquier muestra pública de afecto. De acuerdo con la moral que institucionalizó la revolución islámica de 1979, toda relación fuera del matrimonio heterosexual es ilícita y punible.


"En tanto que homosexuales no tenemos muchos problemas con las autoridades", asegura Taha (nombre supuesto). Este joven de 21 años, que da clases en una academia en Arak, la populosa ciudad industrial en la que Irán está construyendo un reactor nuclear, se refiere a problemas distintos de los del resto de los iraníes.


"Incluso a veces es una ventaja", bromea en referencia a que no tienen que justificar estar junto con su pareja como en el caso de los heterosexuales. También cuando celebran fiestas: "Como no hay mujeres, la policía no se mete tanto con nosotros, a no ser que sean multitudinarias", admite. "Si nos reunimos más de 100 temen que se pueda difundir la enfermedad".


Curiosamente, aunque esa relación se ha practicado tradicionalmente, en persa no ha existido una palabra para definir la homosexualidad hasta el siglo XX.


A Taha no le gusta el término hamjensbaz, que empleó su presidente. "Es despectivo", dice en referencia al neologismo que literalmente significa "jugar con el mismo sexo". Él se refiere a sí mismo como gerá, apócope de hamjensgerá (inclinación por el mismo sexo).


El desprecio es algo a lo que los homosexuales iraníes están acostumbrados. Desprecio, indiferencia, o mirar hacia otro lado como ha hecho Ahmadineyad. "Los iraníes son cerrados respecto a este tema. No se puede hablar libremente", señala Taha. Ni siquiera con la familia más cercana.


"El 80% no lo acepta", asegura este joven. "Yo tengo una familia educada, pero aún no se lo he dicho a mi padre porque incluso la minoría que llega a aceptarlo, lo considera un castigo. Creo que en dos o tres generaciones se habrá superado. De hecho, entre la gente de mi edad no hay problema".


Por ahora, sin embargo, impera la idea de que la homosexualidad es una enfermedad. De hecho, previo certificado médico, quienes se declaran gays quedan exentos del servicio militar. "Es cierto que puedes librarte de la mili, pero ni yo ni la mayoría de mis amigos lo hemos hecho porque luego en la cartilla marca como causa el artículo 29 y todo el mundo sabe de qué se trata", explica Taha. "Eso hace imposible encontrar empleo".


De momento, Taha ha decidido vivir sin pareja. "Me gustaría llegar a ser diputado del Parlamento, pero quiero empezar desde la política local", confía convencido de que sólo desde adentro se pueden cambiar las cosas. Ello le obliga a ser exquisitamente cuidadoso en su comportamiento. Debe evitar verse implicado en incidentes como el que la pasada primavera terminó con Farsad y Farnam, dos jóvenes que celebraban con un grupo de amigos su decisión de irse a vivir juntos, en comisaría.


La policía irrumpió en la fiesta y todos los asistentes terminaron bajo el látigo del verdugo. Su historia y las huellas de los 80 azotes por "relación impropia" que recibieron pueden verse en la página web de la Organización Gay Iraní (www.irqo.net), que tiene su sede en Estados Unidos. Hoy los dos amigos han salido de Irán a la espera de encontrar un país de acogida. Pero su calvario no fue muy distinto del que sufren los jóvenes heterosexuales cuando son descubiertos bailando o bebiendo alcohol en alguna fiesta privada.


Como en el caso de las ejecuciones a homosexuales que periódicamente denuncian las organizaciones internacionales de derechos humanos, resulta difícil probar que a Farsad y Farnam les azotaron por ser gays. "No ejecutan a homosexuales sino a violadores, y yo estoy de acuerdo", defiende Taha.


"Hay que tomar con cierta distancia los informes de Amnistía Internacional y Human Rights Watch [sobre la homosexualidad en Irán]", advierte un diplomático europeo que acaba de elaborar un escrito sobre el asunto para su Gobierno. La reciente actualización del documento de la UE sobre derechos humanos en Irán concluye que "no hay persecución de homosexuales, aunque sigue siendo un tabú social", la ley prevé las máximas penas y el presidente ni siquiera acepta que existan.


Un delito difícil de probar
La homosexualidad no se castiga en Irán... si se autorreprime. "Es la práctica lo que se castiga", explica un observador que ha estudiado la jurisprudencia al respecto. De acuerdo con las leyes iraníes, si no hay relación, no hay pena. Pero incluso cuando la hay, no es fácil probarlo. El Código Penal, basado en la sharia (ley islámica), exige que los implicados -adultos, en pleno uso de sus facultades y que hayan consentido en el acto- "confiesen cuatro veces ante el juez" o, en su defecto, exista el testimonio de "al menos cuatro hombres justos que lo hayan observado"."Desde el advenimiento de la revolución islámica, no recuerdo ninguna ejecución de homosexuales debida sólo a un acto sexual consentido; ha habido ejecuciones, pero atribuidas a violaciones anales", declaró el año pasado alguien tan poco sospechosa de connivencia con el régimen como la premio Nobel Shirín Ebadi. Tampoco desde entonces se han registrado ejecuciones de homosexuales.¿Y los dos jóvenes colgados de una grúa en el verano de 2005? Sus imágenes dieron la vuelta al mundo ante la movilización de las organizaciones internacionales de derechos humanos. Más allá de la repulsa que merezca la pena de muerte y de la gravedad añadida de que uno de ellos fuera menor cuando sucedieron los hechos que se le imputaron, Mahmud Asgari y Ayaz Marhoni fueron condenados por violar a un niño de 13 años.Un repaso a las ejecuciones de homosexuales denunciadas en los últimos años revela que en todos los casos los reos estaban acusados de otros delitos (violación, asesinato, narcotráfico).

> Berria: Kirolak > MUNDIAL IGLFA: DOGOS, DE ARGENTINA, EQUIPO CAMPEON

  • Los albicelestes vencieron 1-0 a Stonewall, del Reino Unido
  • Dogos, de Argentina, campeón del Mundial Gay de futbol
  • Los participantes desplegaron una pancarta por la unión civil nacional
  • La Jornada, 2007-09-30 # Buenos Aires

El equipo Los Dogos, de Argentina, se coronó campeón del Mundial Gay, al derrotar 1-0 al monarca defensor Stonewall, del Reino Unido, en un torneo que por primera vez se realizó en un país de América Latina y culminó hoy en Buenos Aires, mientras la edición 17 será efectuada el próximo año en Londres.


Ante más de 2 mil aficionados en el estadio del club Defensores de Belgrano, el entrenador Néstor Gammilla afirmó estar feliz por el título logrado por sus jugadores, que vencieron a los campeones del mundo.


Los dos finalistas fueron los mejores entre 28 equipos de todo el orbe, entre ellos México, que participaron desde el lunes pasado. Medio millar de aficionados jugaron contra la homofobia y la discriminación.


Gammilla reveló que “en el plantel hay tres o cuatro futbolistas heterosexuales, pero casi nadie sabe quiénes son”.


Para reafirmar su causa, los participantes desplegaron este sábado una pancarta de unos 10 metros reclamando la “unión civil nacional”, que es una de las reivindicaciones de la comunidad homosexual argentina.


La entrega de premios y ceremonia de clausura se realizó en el estadio Defensores de Belgrano, con la presencia de autoridades de la Asociación Internacional de Futbol de Gays y Lesbianas, la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), la Asociación del Futbol Argentino (AFA) y el gobierno de la ciudad.


El titular de la CHA, César Cigliutti, expresó su satisfacción por los resultados del torneo, y anunció que en el contexto de esta lucha y aprovechando el éxito del Mundial Gay mediará con Julio Grondona, presidente de la AFA, para que haya un reconocimiento oficial al futbol practicado por homosexuales.


La competencia, que se realiza anualmente y es dominada principalmente por ingleses y alemanes, contó con dos divisiones, por lo que en la segunda se proclamó campeón el combinado West Hollywood, de Estados Unidos, sobre London Titans, de Inglaterra.


El Mundial contó con el apoyo de la Secretaría de Deportes porteña y fue declarado de interés para Buenos Aires por la Legislatura, a raíz de una iniciativa de su comisión de Derechos Humanos, Garantías y Antidiscriminación.

> Iritzia: El País > ABORTOS ADOLESCENTES

  • Abortos adolescentes
  • EL País, 2007-09-30 # Editorial

El número de embarazos adolescentes sigue creciendo y en consecuencia también el de abortos. De las 91.600 mujeres que abortaron en España en 2005, 5.504 tenían menos de 18 años y 1.421 ya habían pasado una vez por esa traumática experiencia. El número de embarazos adolescentes creció ese año un 8% respecto al anterior, hasta alcanzar la cifra de 9.600, de los cuales más de la mitad terminó en aborto.


El problema del embarazo adolescente es que muy pocas veces es deseado y, cuando se produce, ninguna de las salidas es ya satisfactoria. El aborto no es nunca una buena experiencia, ni siquiera para ese porcentaje cada vez mayor de chicas que por falta de madurez o de formación incurre con facilidad en relaciones de riesgo pensando que siempre tendrá la píldora de emergencia o el aborto como forma extrema de anticoncepción. Y continuar el embarazo supone con frecuencia asumir una maternidad para la que muchas jóvenes no están preparadas, ni física y psicológicamente.


Vivimos en la sociedad de la información y la educación sexual forma parte del currículo educativo, y sin embargo diferentes estudios han puesto de manifiesto que persisten entre las adolescentes ideas erróneas e incluso absurdas acerca de la sexualidad. Lo cual indica que no todas las jóvenes tienen acceso a una información de calidad. Pero incluso cuando la hay, no es seguro que se traduzca en una conducta adecuada. Porque la información es una condición indispensable pero no suficiente. Informar no es lo mismo que formar, y eso es especialmente importante en un tiempo en que los jóvenes tienen la oportunidad de ejercer, a edades muy tempranas, una libertad para la que a veces no están emocionalmente maduros. La edad media de la primera relación sexual está en los 16 años. Descartada, por inútil, la vana pretensión de recurrir a los viejos modelos represivos para protegerles, habrá que buscar la forma de llegar a ellos de una manera educativamente más eficiente.


No hay suficientes centros de planificación específicos para jóvenes; muchas escuelas han caído en un planteamiento rutinario y obsoleto de educación sexual y muchos padres han dimitido de esta difícil responsabilidad con la excusa de que los jóvenes ya tienen hoy múltiples oportunidades de informarse por su cuenta. El resultado es que la percepción de riesgo ha disminuido y muchos adolescentes tienen relaciones sexuales sin protección. Para poder interiorizar esos riesgos y vivir la libertad de una forma responsable hace falta una buena educación emocional desde la infancia.

> Iritzia: Héctor Anabitarte Rivas > SIDA: EL REGISTRO DE LOS INFECTADOS

  • Sida: el registro de los infectados
  • EL País, 2007-09-30 # Héctor Anabitarte Rivas · Aranjuez

Es necesario que las autoridades sanitarias y la sociedad en general sepan qué pasa con la pandemia del VIH/sida. Hoy no lo sabemos. Puntualizamos:


1. Hacer seguimiento de la pandemia no debe incluir que los datos personales de los damnificados trasciendan, esos datos sólo deben conocerlos el médico que atiende habitualmente al enfermo.


2. El seguimiento epidemiológico necesita saber el origen de la infección, cuál fue la práctica de riesgo, en qué población o comunidad reside, la edad, pero ni el nombre y el apellido ni la dirección agregan nada de interés.


3. Saber qué está pasando debe incluir cuántas personas están infectadas, en total, cuáles son consideradas casos de sida, cuáles están en tratamiento y no son consideradas casos de sida, cuántas han muerto en estos últimos 25 años y especialmente en los últimos años (en los años ochenta era erróneo lo de sida igual a muerte, pero el sida sigue matando en 2007 y no sólo en África). Hay que tener en cuenta que todo infectado debe ser considerado un enfermo, tanto psicológica como médicamente.


4. Que toda esta información debe ser remitida al Plan Nacional del Sida por parte de las comunidades autónomas de manera habitual y que se haga pública, pero no sólo los nuevos casos, definición obsoleta. En el Reino Unido se sabe cuántas personas se han infectado en el último año, el origen de la infección, y se compara con los datos del año anterior, es decir, saben con precisión cómo se propaga el virus permitiendo establecer estrategias adecuadas. En España hace años que decimos que son unas 3.000 personas todos los años, pero se trata de una estimación "a ojo", nunca aumenta ni disminuye. Nos movemos con los ojos cerrados. Hoy el VIH/sida “no está de moda”, pero los infectados siguen viviendo en la clandestinidad, no se respetan sus derechos, factor que contribuye a que el virus se propague.

> Artikulua: Marcos Ana > CUANDO EL PRIMER AMOR LLEGA A LOS 41 AÑOS

  • Cuando el primer amor llega a los 41 años
  • El poeta Marcos Ana relata su difícil adaptación a la vida en libertad tras pasar más de media vida en cárceles franquistas
  • El País, 2008-09-30 # Marcos Ana

Al recobrar la libertad, mi choque con la vida fue lo más tremendo. Muchas veces, hasta hoy mismo, la gente me pregunta qué fue lo más duro para mí: los veintitrés años de prisión, la condena a muerte, la tortura, la separación de la familia... Yo respondía y respondo siempre con lo más inesperado: "Lo más difícil fue la libertad".


Cuando salí tuve que iniciar un duro periodo de adaptación a la vida. Me sentía como parachutado en un planeta extraño. Devolvía los alimentos, me mareaba en los vehículos, mis ojos enrojecieron, quemados por la luz; me aturdían los espacios abiertos, acostumbrado a las dimensiones cortas y verticales. Nacía a la vida, una vida que tenía que ir descubriendo, casi a tientas, como un recién nacido.


En Alcalá de Henares había discurrido mi vida política durante la guerra y no era lo más prudente quedarme allí recién salido de la cárcel y expuesto a posibles provocaciones. Decidimos que era más seguro irme a Madrid, a la casa de mi hermano Fabri. Mi hermano estaba casado y con cuatro hijos, a los que tomé enseguida gran cariño. Tenía una gran ansia de familia, incluso me gustaba ir por las tardes a esperar y recoger a la niña más pequeña, Ana Mari, de cinco o seis años, a la puerta de su colegio.


La primera persona que vi, a excepción de mi familia, fue al poeta Félix Grande, muy amigo de José Luis Gallego, quien le advirtió de mi salida. Fue muy atento conmigo, me llevó a visitar el Museo del Prado y paseamos por Madrid como viejos amigos, aunque acabábamos de conocernos. Esos fluidos positivos que algunas veces unen a las personas. No le volví a ver hasta mi regreso del exilio. No por falta de deseo, sino porque, dada mi situación tan especial, esperando mi salida de España, no quería crearle ningún problema. Hemos comentado muchas veces ese encuentro.


Madrid, el Madrid de los sesenta, me causó un gran impacto. No era aquella ciudad bombardeada y oscura que había dejado veintitrés años antes. Lo que estaba ante mis ojos era una ciudad llena de luz y de vida. Naturalmente, mi conciencia política y mis informaciones sobre la situación me permitían comprender que lo que veía era sólo la piel reluciente de la ciudad y que debajo de ella hervían graves problemas humanos y sociales. Un día visité Vallecas, en cuyos arrabales, en esa época, había una concentración de emigrantes, trabajadores que venían huyendo de la pobreza y el hambre de todas partes de España y se hacinaban en centenares de chabolas miserables con improvisados techos de uralita. Era la otra cara del nuevo Madrid que estaba descubriendo. En todos los países que después visitaría en mi gira por el mundo, incluso en los más desarrollados, siempre descubría el rostro desesperado de la pobreza más extrema, bolsas inmensas de miseria, el contraste brutal entre una riqueza insultante y la depauperación y el hambre más indignantes.


(...) En medio de tanto asombro y deslumbramiento, las mujeres eran lo que más fascinación me producía, pero a la vez lo que más me intimidaba. Veía pasar una muchacha, me gustaba, y me iba tras ella como un niño tras una golosina, pero no me atrevía a dirigirle la palabra. Era un placer contemplarlas, oír sus voces, observar el ritmo excitante al andar de sus caderas. Las seguía de cerca hasta que desaparecían en un portal o por la boca de un metro. Mi timidez y mi inseguridad no me permitían pasar de ahí.


Me comportaba como un adolescente. Los tres años antes de ser encarcelado fueron años de guerra, y anormales, por tanto, para mí. El amor lo conocía de oídas solamente. Pasé de la adolescencia a la madurez, de los 16 a los 41 años de golpe, y en ese campo estaba lleno de inhibiciones y complejos.


Mi primer amor
Una tarde, casi al anochecer, me encontré con un amigo de la infancia, hombre de negocios que, sin participar de mis ideas, me visitó alguna vez en la cárcel de Porlier. Me invitó a dar una vuelta por Madrid y me llevó a conocer algunos cabarés que él seguramente frecuentaba. Yo aparentaba cierta indiferencia, pues salía un poco chapado a la antigua y me parecía que no era demasiado responsable visitar esos lugares. Pero miraba a hurtadillas y se me saltaban los ojos viendo a aquellas mujeres excitantes que deambulaban de un lado a otro provocativamente.


En un momento, mi amigo miró su reloj y me dijo: "Debo marcharme, tengo invitados en casa y se me está haciendo tarde. Dame tu teléfono y nos vemos otro día con más calma". Le di un número falso, pues dada mi situación, pendiente de mi salida clandestina de España, no era prudente establecer ninguna relación.


-Espérame un minuto -me dijo antes de marcharse.


Se perdió en el fondo del salón y volvió con una muchacha preciosa, a la que llamó Isabel. Sin presentármela siquiera, le dio un billete de quinientas pesetas y le dijo: "Toma, para que pases la noche con este amigo".


Era una muchacha delgada y morena, con ojos azules y tan excesivamente joven que en su rostro no había ni la más leve huella de su profesión. Me es muy difícil describir ahora cómo pasé aquel momento, pero lo cierto es que cuando me quedé a solas con aquella mujer hubiera deseado que me tragase la tierra. No sabía cómo comportarme. Ella me dijo con tono indiferente: "Bueno, vámonos". Y yo, confuso y con voz entrecortada, le pregunté: "¿Adónde?". "Pues... al hotel".


-Pero así, ¿sin apenas conocernos? Me gustaría pasear un poco, saber algo más de nosotros...


Era un lenguaje inusual para una prostituta y me miró sorprendida. Y al ver que yo no acertaba a hablar, que me temblaba el cigarrillo en la mano mientras fumaba nervioso, pensó que estaba borracho y me devolvió el dinero. Yo, en lugar de retirar el billete, tomé con mis dos manos la suya: "No, no, si yo quiero ir contigo, me gustas y lo deseo, pero es que para mí todo esto es muy difícil...".


Y balbuceando las palabras, tartamudeando, le conté que acababa de salir de la prisión, que era un preso político, que me habían tenido veintitrés años fuera de la vida, que nunca había estado con una mujer...


Entonces, aquella muchacha, un poco extrañada, dulcificó su rostro, sus ojos me miraron de pronto con afecto, o con piedad, no sé, y me dio una lección de humanidad, con una ternura y comprensión inesperadas.


-Bueno, mira, yo creí que estabas borracho. Ahora cambia todo, y voy a perder hoy contigo unos cuantos servicios esta noche.


Me invitó a cenar, creo que fue en la Torre de Madrid o en un edificio alto de la plaza de España, y viví, entre temblores, las escenas más hermosas e increíbles. Después de cenar seguimos un rato charlando hasta que ella me dijo: "¿Nos vamos ya al hotel?". El problema para mí seguía siendo el mismo; era como cruzar un río desconocido, sin saber nadar, lleno aún de inseguridades. Pero ella, riéndose, me decía: "No te hagas problemas, tú no tienes que preocuparte de nada, lo voy a hacer yo todo".


Y nos fuimos al hotel, donde ella vivía en una habitación alquilada. Todo resultó más fácil de lo que yo temía. El mérito fue de ella. Superé mis inhibiciones, y aquella muchacha, con la mayor sensibilidad y ternura, consiguió que, por primera vez, conociera el amor en una noche inesperada. Después, en vez de dar "la sesión" por terminada, me pidió que me quedase a dormir con ella. Lo dudé un poco: la preocupación de la familia si no volvía a casa, los policías si notaban mi ausencia... Pero era muy difícil renunciar, me quedé y seguimos charlando hasta altas horas de la madrugada.


Por la mañana me despertó con un beso. Traía una bandeja en sus manos. Había bajado a la calle a por churros y chocolate, se sentó en el borde de la cama y desayunamos juntos. Al despedirnos la estreché con la mayor ternura entre mis brazos, con el corazón en la garganta, sabiendo que no la iba a ver nunca más.


Al llegar a casa encontré a mi hermano disgustado por no haberles avisado de que iba a pasar la noche fuera. Mi cuñada, Lola, que había tomado mi chaqueta para cepillarla, sacó de uno de los bolsillos un papel liado como un cigarrillo y me preguntó: "¿Qué tienes aquí, Fernando?".


Un majestuoso ramo de flores
Tomé el papel, en el que venía enrollado el billete que le dio mi amigo y una pequeña nota que decía: "Para que vuelvas esta noche". Al leer aquellas palabras, que me parecía oírlas de su propia voz, volvió a mí la fuerza de la sangre y, estremecido por el deseo, me eché a la calle sin quedarme a comer, aun sabiendo que el local no lo abrirían hasta las ocho o nueve de la noche. Estaba exaltado, nervioso, deseando vivir un nuevo encuentro.


Pero mientras paseaba esperando una hora prudencial para ir al cabaret, me asaltó un pensamiento molesto, que fue tomando cuerpo y que me llenó de confusión y contrariedad: la idea de que iba a romper el encanto de mi primera noche con Isabel. Que al volver y "comprar su cuerpo" con aquel dinero, que además era suyo, sería como tomar conciencia de que era una prostituta y que yo la iba a prostituir aún más, como un cliente cualquiera, y a ensuciar y hacer trizas un hermoso recuerdo que quería y debía conservar con toda su pureza y su ternura.


Pero otra vez me abrasaba el deseo y mi imaginación se encendía recordando la noche que pasamos juntos. Y cuando estaba dudando con esos pensamientos enfrentados pasé por delante de una floristería y casi sin pensarlo, con un impulso instintivo, entré y le dije a la vendedora: "Póngame quinientas pesetas de flores".


La mujer me miró sorprendida: "¿Quinientas pesetas?".


-Sí, sí, quinientas pesetas, escójame las mejores flores.


Empezamos a elegir y formamos un ramo majestuoso, donde se mezclaban las orquídeas con las magnolias y las rosas.


Me parecía inadecuado, ridículo sobre todo, llevárselo al cabaret donde ella trabajaba y ofrecérselo en aquel ambiente. Tomé un taxi, me dirigí al hotel donde pasamos la noche, en la calle Echegaray, y dejé en la recepción el ramo de flores y una sencilla nota que decía: "Para Isabel, mi primer amor".


Decidme cómo es un árbol
Umbriel-Tabla Rasa
Marcos Ana ha reflejado en este libro los recuerdos de su vida. La niñez en su pueblo natal, el compromiso político, la guerra, la estancia en los penales franquistas por los que pasó, los viajes durante su largo exilio hasta el regreso a España. En estas páginas se recoge su salida de la cárcel y su primera experiencia amorosa, a los 41 años. También se ofrece el prólogo de José Saramago.


Marcos Ana

Fernando Macarro Castillo (éste es el verdadero nombre del poeta) nació en Alconada (Salamanca) en 1920, pero eligió los nombres de sus progenitores, un matrimonio humilde de jornaleros del campo, para firmar sus libros. Desde la adolescencia, en plena Guerra Civil, se entregó al ideal comunista, lo que le costó pasar toda su juventud en las cárceles franquistas, hasta que salió, en 1961.

> Erreportajea: Indarkeria > HOMOSEXUALES EN IRAN, REPRESALIADOS INVISIBLES

  • Homosexuales en Irán, represaliados invisibles
  • Mahmud Ahmadineyad niega su existencia al tiempo que su régimen los ejecuta y encarcela con el visto bueno de la sociedad iraní y la insuficiente condena de la comunidad internacional
  • ADN Mundo, 2007-09-30 # Antonio Pérez · Madrid

Cuando el pasado lunes estudiantes de la Universidad de Columbia preguntaron al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad sobre la situación de la homosexualidad en su país éste contestó: "nosotros no tenemos homosexuales. No tenemos ese fenómeno".


Tras oír las palabras de Ahmadineyad, Arsham Parsi, director ejecutivo de la Iranian Queer Organization (IRQO) -ONG radicada en Canadá y que es, desde el exilio, la voz de la comunidad 'gay' iraní-, interpeló retóricamente al presidente de su país de la siguiente forma: "¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo si nosotros no tenemos homosexuales en Irán?"


Las palabras del mandatario iraní negando la mayor provocaron risas generalizadas en su auditorio universitario neoyorquino. Sin embargo, en Irán se ejecutan y encarcelan personas por su condición sexual. El tema no es para tomárselo a broma.


Números de un "genocidio"
El pasado mes de julio 20 iraníes fueron condenados a la pena capital, en su mayoría por violación, adulterio y homosexualidad. Según la revista gay francesa TETU, 28 iraníes fueron ejecutados en agosto y otros 24 en septiembre, ajusticiados oficialmente como "maleantes".


"Nos consta que, actualmente, hay alrededor de 120 personas detenidas en Irán por inmoralidad -adulterio y homosexualidad-, después de los últimos arrestos practicados en este país, englobados en un plan que tiene como objetivo limpiar las calles de criminales y malvados, categorías en las que se sitúa en Irán a los hombres y mujeres gay", afirma Antonio Poveda, presidente de la ONG española Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB).


Poveda no duda en calificar de "genocidio" lo que sucede en el país con la comunidad homosexual.


Son sólo las últimas cifras que manejan las organizaciones de derechos humanos, siempre difíciles de obtener, siempre con dudas a cerca de su fiabilidad. Ni tan sólo en este último año, cuando el régimen iraní publicita y exhibe sus castigos a modo de disuasión y escarmiento, los datos son claros. De cualquier manera, se habla de más de 4.000 homosexuales ejecutados en el país desde 1979, fecha en la triunfó la revolución islámica del ayatolá Jomeini y la homosexualidad pasó a ser delito capital.


Cuestión cultural
Para Jordi Petit, ex Secretario General de la ILGA (principal organismo muncial encargado de la defensa de Gays y Lesbianas), más allá de los llamativos números de gays encarcelados o ejecutados se halla el hecho en sí de la represión que sufre en Irán una determinada cantidad de personas por su orientación sexual.


Petit asegura que un Estado homófobo no es lo único que coarta la libertad individual de los gays iranís, sino que el rechazo que éstos provocan es cultural y, por lo tanto, generalizado.


"Es el resultado de años de islamismo integrista en la sociedad, que ve como algo depravado la sodomía (tanto homo como hetero), que es lo que está penado por las leyes del país, y la homosexualidad, generalmente asimilada con la violación de menores."


"Ese factor cultural y el aislamiento informativo introducen un factor adicional que pesa sobre los homosexuales iranís, la autopresión y la culpabilización por ser lo que son. Muchos de ellos ni siquiera saben que son gays porque no han oído hablar de ello", asegura el ex Secretario de la ILGA.


Sobre las palabras pronunciadas por Ahmadineyad en Nueva York, Petit afirma que, obviamente, "no hay en Irán grupos o asociaciones homosexuales, como no los había en la España franquista. Lo que sí que hay son personas condenadas a la invisibilidad a causa de su condición sexual y bajo riesgo de su propia vida".


Un reportaje
, realizado a principios de este año por la televisión canadiense CBC, aborda la dificultad que tienen homosexuales y transexuales para vivir en el país y pone cara a algunos de los que para el mandatario iraní no existen.


Ejecuciones electoralistas
Respecto a las ejecuciones de homosexuales, Jordi Petit cree que se trata de una medida más electoralista (habrá elecciones parlamentarias en 2008) que homófoba por parte del régimen de Ahmadineyad: "en Irán están bien vistos estos castigos y, como he dicho anteriormente, el odio hacia los gays ha sido promovido por los ayatolás y se ha convertido en algo cultural"


A la vez que refuerzan la autoridad del Estado, las ejecuciones públicas juegan el papel fundamental para el Ejecutivo iraní de distraer a la opinión pública del grave problema al que se enfrenta el país: las sanciones con las que la comunidad internacional lo amenaza a causa del plan nuclear del actual régimen.


El 'hándicap' de la política internacional
Frente a la situación de la comunidad gay en Irán la presión diplomática internacional ha fracasado, puesto que ni ejecuciones ni represión se han detenido.


El hecho de que Ahmadineyad utilice cada denuncia de violación de derechos humanos en su país como un ataque imperialista y pro estadounidense a la soberanía de su pueblo no ayuda a la causa homosexual, cuya defensa pasa por lograr separar esta cuestión de la política internacional.


Las ONG's presionan a los distintos gobiernos para que la comunidad internacional emita una condena unánime a la violación de los Derechos Humanos que se produce en Irán, sin embargo, la tensión que se respira en la región juega en contra de este propósito.