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• IV Conferencia Internacional del Sida
• El sida, en el microscopio
• Más de 6.000 expertos destacan la necesidad de mejorar las estrategias de prevención. Los especialistas y ONG coinciden en que los avances científicos no llegan a todos
• El Mundo, 2007-07-25 # Isabel F. Lantigua · Sydney

Niños, mayores y mujeres. Europa, Asia, América, África y Oceanía. Científicos, activistas y ONG. Todos han tenido representación en la IV Conferencia Internacional sobre sida que se clausura hoy en Australia después de tres días. "Con lo que hemos oído parece claro que lo mejor que hemos hecho hasta ahora en la lucha contra el VIH ha estado en el campo de la ciencia. Por el contrario, lo que hemos hecho y estamos haciendo mal es no llegar a los más necesitados", resume a elmundo.es el codirector de la Conferencia, el argentino Pedro Cahn.

El análisis en profundidad de la epidemia de sida que han realizado los 6.000 asistentes al Congreso "ha revelado que esta enfermedad es uno de los mayores y más complejos retos científicos a los que nos enfrentamos actualmente", según David Cooper, director del Centro Nacional de Epidemiología del VIH de la Universidad de Nueva Gales del Sur. Estos retos están, según Cahn, "tanto en la investigación como en la prevención".

Para impulsar la investigación se ha lanzado la Declaración de Sydney, que han firmado ya 1.550 personas y reclama que el 10% de los fondos contra el sida se destinen a la misma. "Así podremos tener pronto excitantes hallazgos como los presentados aquí, entre los que sobresalen los nuevos fármacos y los trabajos sobre los mecanismos de interferencia genética", indica este especialista.

Sin embargo, en el campo preventivo las cosas no han salido tan bien como en el investigador. "En el lado bueno tenemos la circuncisión, que ha demostrado su eficacia y se va a convertir ya en una de las estrategias más importantes para evitar un gran número de infecciones, pero en la cara negativa tenemos el hecho de que el diafragma, que podía ser una alternativa para las mujeres africanas, no funciona como método de prevención", reconoce Pedro Cahn.

Un capítulo aparte han merecido los microbicidas o geles vaginales, que son la esperanza de muchos científicos para proteger a las mujeres del VIH. Tras la decepción sufrida a principios de 2007, cuando dos estudios con estos productos fueron suspendidos porque no sólo no prevenían la infección sino que incrementaban el riesgo de contraerla, los científicos piensan "que no hay que tirar la toalla". Según ha destacado el doctor Robert Bailey, de la Universidad de Illinois (Chicago), "las mujeres necesitan estos productos y por eso hay que seguir investigando sobre ellos". En la actualidad, hay en marcha varios ensayos de microbicidas que utilizan distintos compuestos.

Otra medida de prevención que se está estudiando y que se ha expuesto en la Conferencia ha sido la profilaxis preexposición, que consiste en administrar antirretrovirales a determinados grupos de riesgo antes de que contraigan el virus. "Se trata del método de prevención más esperanzador que estamos evaluando, pero aún hay que determinar cómo se puede aplicar y en qué personas", afirma la doctora Nancy Padian, directora de Programas Internacionales de la Universidad de California.

El hombre contra el hombre
Uno de los aspectos por el que se han mostrado preocupados los científicos ha sido por la propagación del VIH en los hombres homosexuales y, especialmente, por la discriminación que sufren en algunos países. Globalmente, menos de uno de cada 20 varones que tienen relaciones con otros hombres tiene acceso a los servicios de prevención y tratamiento del VIH. Para concienciar del problema, la Fundación para la Investigación del Sida amfAR ha aprovechado la cita de Sydney para lanzar su iniciativa MSM (hombres que tienen sexo con hombres).

En ella informan de que en 85 países del mundo las relaciones homosexuales están prohibidas y los programas antisida dirigidos a esta población raramente se benefician del dinero aportado por el Fondo Global de la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, porque se distribuyen a través de los gobiernos locales y éstos no tienen en cuenta a los homosexuales.

Según amfAR, "la incapacidad de los hombres para prevenir la propagación del virus entre la población gay es uno de los grandes fallos en la lucha contra el sida". Por eso, pretende con su iniciativa aumentar el apoyo y la financiación hacia este colectivo, crear conciencia social sobre el problema de esta población e implementar programas específicos para ellos.