- Los colegios católicos vascos darán Educación para la Ciudadanía pese a la presión del Episcopado
- Los centros «adaptarán» la nueva asignatura a sus respectivos idearios. La Iglesia de Euskadi no comparte la postura oficial de los obispos
- El Diario Vasco, 2007-07-02 # M. José Tomé · DV · Bilbao
La inclusión de la asignatura Educación para la Ciudadanía en el nuevo plan de estudios de la LOE ha desatado un enfrentamiento sin precedentes entre la Iglesia y el PP, por un lado, y el Gobierno socialista, por otro, que no ha salpicado a Euskadi. Tanto las autoridades eclesiásticas vascas como los colegios católicos respaldan sin ambages la enseñanza de esta materia puesto que «cada centro podrá adaptar los contenidos curriculares a su ideario cristiano». Tampoco las asociaciones de padres de centros concertados vascos comparten la postura especialmente beligerante de la CONCAPA, pese a estar integrados en esta confederación católica. «Respetamos su postura, pero esperamos que respeten también la nuestra», apuntan.
La tensión entre la Iglesia -que ha anunciado una batalla sin tregua contra esta asignatura- y el Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero ha subido varios grados esta semana a raíz de las contundentes declaraciones de varios destacados representantes de los obispos españoles. Una de las más radicales fue la del 'número dos' de la Conferencia Episcopal, Antonio Cañizares, que llegó a advertir a los colegios católicos que si impartían esta asignatura se prestaban a «colaborar con el mal».
«No tengo conciencia alguna de estar haciendo tal cosa», replica Goyo Ponce de León, delegado de enseñanza del Obispado de Bilbao. Los 15 centros que dependen de la diócesis vizcaína no tienen duda alguna de que incluirán la asignatura en sus planes de estudios. «Somos fieles a unos principios y a un proyecto educativo y vamos a seguir siéndolo. Los contenidos se adaptarán a nuestros valores. Por ejemplo, si se aborda el tema 'familia y sociedad', evidentemente, hablaremos del modelo de familia que consideramos oportuno», aclara. «Por tanto, no creo que estemos haciendo ningún mal, sino ejercitando un tipo de educación y un aprendizaje correcto», insiste.
En la misma línea disidente, el obispo emérito de San Sebastián, José María Setién, rechazó el sábado las afirmaciones de la jerarquía eclesiástica. «No se puede decir que el Estado no pueda imponer obligaciones morales y esto mismo -resaltó- lo he dicho en el seno de la Conferencia Episcopal».
«Absoluta libertad»
Fuentes del Departamento de Educación del Gobierno Vasco confirmaron que los centros tendrán «absoluta libertad» para adaptar los contenidos de esta asignatura a su ideario, elegir los manuales de texto -ya existe variedad en las editoriales- y al profesor que impartirá la materia. «Desde este punto de vista, la polémica que se ha creado es completamente estéril», opina un portavoz del Ejecutivo. «En el nuevo currículum escolar, la autonomía de los centros es lo principal», confirma el responsable de Innovación Educativa, Juanjo Agirrezabala. La materia, dirigida a alumnos de tercer ciclo de Primaria y los tres primeros cursos de ESO, se empezará a impartir en algunos centros de Euskadi a partir del próximo curso, pero no será hasta el siguiente cuando se generalice.
Educación en valores
Kristau Eskola, organización que agrupa a la mayoría de los centros concertados religiosos de Euskadi, admite que «nunca nos ha parecido adecuada la inclusión de una asignatura específica y obligatoria dedicada a los valores cívicos». Entre otras cosas, «porque supone el reconocimiento de que la escuela no está educando en esos valores», apunta su presidente, Aitor Bilbao. Sin embargo, las negociaciones mantenidas con el Ministerio de Educación para matizar los contenidos originales de recuperación derivaron «en una mejora importante» de los mínimos establecidos para la asignatura «en comparación con los borradores iniciales». Los colegios englobados en Kristau Eskola, por tanto, impartirán Educación para la Ciudadanía «con unos contenidos curriculares acordes con el ideario y el proyecto educativo de los centros». «En nuestro caso, la objeción de conciencia carece de sentido».
Sin embargo, colectivos como Profesionales por la Ética -que considera que esta asignatura «incita a la homosexualidad»- o el Foro Español de la Familia han promovido una campaña para que las familias se nieguen a que sus hijos «sean adoctrinados». Una actitud más simbólica que otra cosa porque, según ha advertido la propia ministra Mercedes Cabrera, se trata de una materia «obligatoria por ley». En cualquier caso, en la Federación Alavesa de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Centros Concertados (Fapacne) tienen preparados los documentos necesarios por si algún padre pretende «ejercer este derecho». Nadie, de momento, lo ha hecho en Euskadi, según confirmaron fuentes del Departamento de Educación y de las propias APAS.
«Estamos un poco inquietos por que se están transmitiendo posiciones antagónicas en nuestro entorno», sostiene el presidente de Fapacne, en referencia a los mensajes lanzados por un lado por la Conferencia Episcopal y, por otro, por la Federación Española de Religiosos de Enseñanza (FERE) o la propia Kristau Eskola. «Como padres, tenemos todo el derecho a elegir la educación que queremos mejor para nuestros hijos y confiamos en que los colegios impartan la asignatura conforme a nuestro ideario de humanismo cristiano», señala su presidente, Santos Escudero. «Nos han asegurado que no vamos a tener ningún problema y estamos tranquilos», tercia el responsable de la Federación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos de Vizcaya, Javier del Campo. Tampoco en este territorio han detectado ningún movimiento a favor de la objeción, aunque «respetaremos la opción de los padres que así lo elijan».
La asignatura Educación para la Ciudadanía formará parte de las materias obligatorias y evaluables para el alumnado, es decir, contará a la hora de hacer la nota media del curso. Se deberá impartir en uno de los cursos del tercer ciclo de Educación Primaria (5º ó 6º), así como en uno de los tres primeros la ESO. Tan sólo ocupara a los escolares una hora a la semana.
Su introducción en la Ley Orgánica de Educación (LOE) se debe a una recomendación del Consejo de Europa que, hace cinco años, aconsejó a todos los estados miembros que hicieran de esta materia un «objetivo prioritario» de su política educativa, con el fin de preparar a las personas para «la ciudadanía activa». A grandes rasgos, su objetivo es «favorecer el desarrollo de personas libres e íntegras a través de la consolidación de la autoestima, la dignidad personal, la libertad y la responsabilidad». Entonces, ¿por qué tanta polémica? La asignatura también abordará cuestiones espinosas para los sectores más tradicionales como la dimensión humana de la sexualidad, las opciones laicas o religiosas de los individuos, el pluralismo moral, los prejuicios homófobos o los distintos modelos de familia.
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