- La transexual despedida, ante el juez por agredir a un médico
- El ataque es el primero que se tramita como atentado a una autoridad sanitaria
- El Periódico de Catalunya, 2007-03-22 # Barcelona
Gina Serra, la mujer que demandó a la empresa Euroresidencias por despedirla, presuntamente, por su condición de transexual, volvió ayer a los tribunales. Pero en esta ocasión no fue como demandante, en el juzgado número 18 de lo social, como sucedió el lunes pasado, sino en calidad de imputada, en el también número 18 de instrucción. Se le acusa de un delito de atentado a la autoridad por agredir a un médico que se negó a prorrogar la baja por ansiedad de su pareja.
Este es el primer caso en que un juez de Barcelona abre diligencias por un delito de atentado tras una presunta agresión a un médico, después de que el exfiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), José María Mena, ordenara a los fiscales del TSJC que persigan como atentado los casos de agresiones a profesionales de la enseñanza y la sanidad públicas relacionadas con el ejercicio de su trabajo. Esta medida, tomada después de varias agresiones a profesores y facultativos, fue aplicada ya el pasado 11 de octubre después de la agresión a unos enseñantes en el CEIP Eduard Marquina de Barcelona.
Según relataron fuentes jurídicas, Serra agarró por el cuello el pasado 21 de febrero a un médico del Institut Català d'Avaluacions Mèdiques (ICAM), encargado de controlar las bajas laborales, cuando este se negó a prorrogar una baja por ansiedad de seis meses a su compañera sentimental, Joana López.
Las mismas fuentes indican que López, también transexual, se puso muy nerviosa y se negó a abandonar la consulta hasta que el médico le ampliara la baja, por lo que este llamó a un vigilante de seguridad, momento en el que Serra, al ver que su novia no salía, entró en la consulta y agarró por el cuello al doctor.
Trato humillante
López explicó que cuando el médico le negó la prórroga se sintió "completamente humillada". También aseguró que, aunque el vigilante de seguridad no la tocó, sí que la trató "de forma intimidatoria", ya que le habló "en masculino", cuando ella es "una mujer", y la llamó "payaso".
Según López, su pareja "perdió los nervios" al ver que se la trataba "de forma tan grosera" y actuó "fruto de la indignación", pero solo agarró el cuello del médico "dos segundos y con una mano".
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