2007/02/26

> Erreportajea: Hiesa > GAO YAOJIE, LA DAMA ANTISIDA DE CHINA

  • La dama antisida de China
  • La ginecóloga que desveló el contagio del VIH en pueblos chinos podrá por fin viajar para recoger un premio, gracias a las gestiones de Hillary Clinton
  • El Diario Vasco, 2007-02-26 # Marga Zambrana

La ginecóloga jubilada Gao Yaojie, de 80 años, fue la primera en desvelar el contagio masivo del VIH entre campesinos por la venta de sangre en la provincia de Henan en los noventa, un escándalo todavía silenciado por Pekín.


Tras retenerla tres semanas, el poder por fin ha cedido y Gao irá a Washington a recoger el premio de Vital Voices Global Women's Leadership de Derechos Humanos, después de que la senadora Hillary Clinton, presidenta de honor de esta asociación, enviara una carta al presidente chino, Hu Jintao, y a la viceprimer ministra Wu Yi.


Se trata de la tercera vez que el Gobierno impedía a Gao viajar al extranjero, después de que en 2001 le prohibieran ir a recoger el premio Jonathan Mann de Sanidad y Derechos Humanos del Consejo Global de Sanidad en la sede de la ONU en Nueva York.


En 2003 repitieron la operación con el galardón Ramon Magsaysay de Servicios Públicos en Filipinas. De viajar a Washington, será la primera vez que Gao salga de China. «No es que sea valiente, ya tengo 80 años y no puedo mentir al mundo entero. A mi edad poco importa», dijo en su hotel antes de partir a EE UU todavía inquieta: «El sida ha matado más gente en China que la II Guerra Mundial», asegura.


La diminuta anciana se expresa con lucidez y emotividad -conmovida al recordar las presiones que ha sufrido su familia- con una voz grave y un difícil acento de Henan, donde reside. Su temperamento se acentúa por el contraste entre los pálidos, múltiples pliegues de su rostro, su atuendo negro y sus enormes gafas de pasta oscura.


La prestigiosa ginecóloga Gao Yaojie nació el 19 de diciembre de 1927 en la provincia oriental de Shandong, en una época en la que todavía se vendaba los pies a las niñas, un suplicio que ella misma sufrió entre los 5 y los 11 años. Su notoriedad como médico le valió en los años de la Revolución Cultural (1966-76) la purga del Partido Comunista y un intento de suicidio. Gao basa su valentía y franqueza en su educación tradicional y comunista, ya que considera que tiene que «salvar vidas» y dar voz a los desprotegidos, y expresa su preocupación por el egoísmo de las nuevas generaciones chinas.


Su hallazgo del contagio de sida en Henan (centro de China) se produjo por casualidad en 1996, cuando viajó a las zonas rurales para hacer chequeos de venéreas a los campesinos. Reconoce en su libro que antes de esto su idea del VIH era la oficial en China: «Pensaba que estaba reservado a quienes tenían una vida sexual disoluta y a los drogadictos».


Al encontrar a los infectados «que vendían su sangre a causa de la pobreza» comprendió «que se trataba de una catástrofe nacional», explica en su libro Diez mil cartas (2004), una compilación de cartas de los afectados, que «mueren de forma injusta». Gao dedicó desde entonces todos sus esfuerzos a ayudar a los enfermos con sus propios ahorros y pensión (se jubiló en 1990), que destinaba a campañas informativas, ya que los propios campesinos no sabían de qué estaban muriendo y la enfermedad seguía propagándose, y a encontrar hogar para huérfanos del sida.


En abril de 2006 murió su marido. «He viajado muchas veces a las zonas rurales de toda China para verificaciones, pero desde que murió mi marido no salgo mucho».

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