- Gao Yaojie, una voz contra el sida en medio del secretismo de China
- La figura de la lucha contra el VIH en China ha recibido un premio de Derechos Humanos
- A sus 80 años gasta el dinero de su pensión en comprar medicinas a los seropositivos
- Espera tener tiempo para escribir dos nuevos libros sobre la enfermedad
- El Mundo, 2007-03-19 # Isabel F. Lantigua · Madrid
Su diminuto aspecto contrasta con su gran entereza y fortaleza física. Gao Yaojie, una de las primeras activistas del sida en China, ha tenido que soportar durante mucho tiempo todo tipo de presiones e insultos por su defensa de los seropositivos y por hacer público la pasividad del gobierno de su país ante el VIH. Este mes, a los 80 años, ha visto reconocida su labor con el premio Vital Voices Global Women´s Leadership de Derechos Humanos, otorgado en Washington (EEUU) por una organización que preside la senadora Hillary Clinton.
Yaojie, ginecóloga, fue la primera persona que destapó el escándalo de las transfusiones ilegales que se realizaron en la provincia china de Henan y que propagaron el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y de la hepatitis B entre la población durante los primeros años de la década de los 90. Este suceso ha vuelto de nuevo a la actualidad gracias a un cortometraje premiado en los Oscar que cuenta la historia.
La primera vez que Gao vio a una paciente con VIH fue en 1996. "Se trataba de una señora de 42 años, con buena apariencia y que no se prostituía", ha explicado estos días. Después vio otros casos similares y empezó a atar cabos, hasta descubrir que la compraventa ilegal de sangre era la responsable de que el virus se hubiera expandido tanto.
Durante 1990 y 1996, centros clínicos itinerantes pagaban a los granjeros por extraer su plasma y, una vez extraído, les devolvían otra vez su sangre mediante una transfusión. El problema es que las sangres se mezclaban durante el proceso, las jeringuillas no estaban esterilizadas y esto, junto con las malas condiciones higiénicas de las clínicas favoreció la propagación del VIH. Hoy día, en la provincia de Henan, se calcula que casi cada familia tiene al menos una persona con el virus.
Sin embargo, en lugar de recibir felicitaciones por su descubrimiento y por su denuncia, Gao Yaojie fue perseguida y ridiculizada por las autoridades de Henan, que pretendían hacerla callar, algo que no consiguieron. "Los muertos a causa del sida puedo decir, sin exagerar, que superan en número a los fallecidos durante
Arresto domiciliario
La actitud del gobierno chino ante el sida ha cambiado en los últimos años. En 2001, las autoridades reconocieron por primera vez la existencia de una epidemia de VIH en la provincia de Henan y han puesto en marcha programas para distribuir antirretrovirales y preservativos entre la población.
Gao ha confirmado que "la situación ha mejorado relación con el pasado, ya que antes se negaba la existencia del sida en China y ahora el gobierno lo admite", pero matiza que "sólo en algunos casos localizados, cuando en realidad la epidemia existe por todo el país, en el norte y oeste la situación es muy grave. Es imposible que ustedes puedan saber la verdad".
La activista afirma que los enfermos de sida son discriminados, silenciados, acosados y mueren solos al no tener acceso a tratamientos ni dinero para acudir a un hospital. "La presión que sufro yo no es importante, lo que importa es que mucha gente ha perdido la vida y sólo se vive una vez".
También ha variado el gobierno chino, ante la celebración de los próximos Juegos Olímpicos de Pekín 2008, su actitud ante la prensa extranjera. Ahora, los periodistas extranjeros podrán moverse libremente por el país sin necesidad de pedir permiso y tendrán más libertad para realizar sus entrevistas. Pero en el caso de Gao, las autoridades siguen teniendo miedo a lo que pueda contar.
Por este motivo, oficiales chinos pusieron a Gao Yaojie bajo arresto domiciliario a principios de febrero, con la intención de que no pudiera viajar a recoger el premio a Washington. Sólo las presiones internacionales consiguieron que la dejaran salir del país.
Una lúcida Gao ha explicado el calvario de estos días: "Me han traído mucho dolor, más que cuando trabajaba como médico. Esa presión era sólo mía, no tenía miedo. Pero ahora, no deberían seguir presionando a mis familiares, sobre todo a mi hijo, que hasta se ha arrodillado ante mí para disuadirme de viajar".
Nuevos proyectos
Desde mediados de los 90, Gao ha dedicado todos sus esfuerzos a poner los medios para frenar la expansión del sida y ha denunciado la complicidad de las autoridades chinas en el caso de Henan. A pesar de que gasta dinero de su propia pensión en comprar medicinas a los seropositivos y que diversos organismos han reconocido que su labor ha salvado un millón de vidas, esta diminuta mujer siente que podía haber hecho más.
"Constantemente pienso que he fallado porque he intentado durante más de 10 años combatir el sida, pero el VIH se sigue propagando sin freno", ha declarado durante una entrevista a Reuters con motivo del premio.
Gao Yaojie espera tener tiempo para escribir dos libros más sobre el sida, uno contando su trabajo desde 1996 y otro en el que tengan la voz los pacientes. "Quiero que mis lectores conozcan la verdad sobre el VIH y los pacientes seropositivos".
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