- Un transexual vizcaíno podrá cambiar sus datos del DNI aunque no esté operado
- Un juez de Barakaldo cree suficientes «la actitud y el aspecto» para considerarlo varón a todos los efectos
- El Correo, 2007-03-02
Donde hasta ahora aparecía 'Elena, sexo F', de femenino, ahora pondrá 'Javier, sexo M', masculino. Los nombres son ficticios, pero la esencia del asunto es real. Un juzgado de la localidad vizcaína de Barakaldo ha autorizado a un transexual a cambiar su nombre y género en la partida de nacimiento y, a partir de ahí, en todos los documentos de identificación que posea.
Y podrá hacerlo pese a no haber completado la operación genital. Es decir, la demandante, diagnosticada de transexualismo desde hace once años, no ha necesitado someterse a una faloplastia para ser considerada varón a todos los efectos. «La ausencia de pene no debe privarla de ser un hombre cuando su comportamiento, actitud y signos externos demuestran lo contrario», recoge el fallo.
Apoyo unánime
La sentencia hecha firme ayer se ha adelantado a la aprobación en el Congreso de los Diputados de
El fallo emitido por una juez de Barakaldo es el segundo de estas características que se da en Euskadi. Pero no es una novedad en la doctrina española. A Isabel Torres, la primera transexual candidata a reina del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria en 2005, se le reconoció en el año 1996, hace más de una década, el pleno derecho a ser inscrita como mujer en el Registro Civil. El magistrado que dictó sentencia matizó que, «ante la inexistencia de una norma de rango legal que regule la situación de los transexuales, la laguna debe resolverse mediante la aplicación por analogía del artículo 10 de
El año pasado también se dictó un fallo favorable en Guipúzcoa. Como en el caso de Vizcaya, fue una mujer la que acudió a Berdindu, el Servicio de Atención a Homosexuales y Transexuales del Gobierno Vasco, abierto hace ahora cuatro años y medio, dispuesta a llevar su situación a los tribunales. Con
Todos ellos presentaban una problemática similar al demandante que ahora ha recibido sentencia, donde la jueza no duda en extenderse a la hora de dar argumentaciones: «Porque son los factores psíquicos los más nobles e importantes de la persona y los que determinan su diferencia esencial con las especies de grado inferior, y también porque en los factores anímicos anida el centro del desarrollo de la personalidad».
Ese ha sido siempre el sentir de Elena, ahora Javier -el demandante no quiere dar a conocer su nombre real, y nada más allá de su «satisfacción» por el fallo-. Según se desprende de la documentación aportada durante el proceso judicial, todo comenzó en la adolescencia, cuando adoptaba «de modo invariable» el rol de varón. «No se sentía niña, sino niño», citan los informes médicos. Con más edad, se planteó la posibilidad de someterse a un tratamiento hormonal que modifique su cuerpo.
El diagnóstico llegó finalmente: transexualismo. Pasó por el quirófano y le extirparon útero y ovarios. En su entorno ya era tratado como hombre. Se descartó la enfermedad mental -«las operaciones se realizaron de forma reflexiva», dice la sentencia-. La faloplastia se desechó más adelante por haber serio riesgo para su salud. Cada vez que necesitaba presentar el DNI para cumplir algún trámite bancario, por ejemplo, veía cómo el mundo se le caía a los pies. Ya no.
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