- La deriva del PP
- El Plural, 2007-02-28 # Marc Vidal
Ser del PP y demócrata en los tiempos que corren debe ser un drama. Militar en el partido conservador que abarca todo el arco ideológico de la derecha española y que sufre la convivencia entre los coqueteos centristas del alcalde de Madrid y los achuchones obscenos con el lepenismo español, tiene que ser de paranoia cotidiana.
Ciertamente, ver la incoherencia y la contradicción de los populares es divertido en ocasiones, pero resulta patético, sin embargo, atender a los esfuerzos de moderación ideológica de Alberto Ruiz Gallardón oficiando la boda de dos homosexuales peperos a la vez que su partido se posiciona junto al siniestro Foro de
La digestión de los legionarios de Cristo y los miembros del Opus Dei que disfrutan del mando en plaza dentro del PP, debe ser dura, pesada y difícil estos días. Siglos de evolución soplan a favor de la humanidad y la ayudan a desprenderse de las esposas medievales que la religión y las ideas fascistas han hecho llegar a nuestros días. Algunos aun esperan el retroceso, la involución y la vuelta atrás. Espero que esa familia poderosa del principal partido de la oposición española no represente la idea general de su militancia y menos aun de su estrato electoral. Deseo que diez millones de personas en España no estén en contra de la conquista social que supone el matrimonio gay.
La perversa deriva del PP lo muestra como un partido antisistema en muchas ocasiones. Esa desorientación la exponen manifestándose en contra de las decisiones judiciales, presionando al gobierno hasta la apnea en el proceso de paz, advirtiendo irresponsablemente de una hipotética balcanización de España por culpa de un nuevo Estatut catalán, a la vez que acepta y adopta su mellizo andaluz, recurriendo al Constitucional la decisión mayoritaria de todos los catalanes y ahora sumándose a una Iniciativa Popular contraria a una ley que ellos serán incapaces de derogar cuando, por oxigenación del sistema, vuelvan a gobernar.
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