2007/02/25

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  • La mitad de los clubes sevillanos discriminan a las parejas de hecho
  • Diario de Sevilla, 2007-02-25 # Ana Sánchez Ameneiro · Sevilla

El Club Pineda no es el único de Sevilla que impide que las parejas de hecho tengan, a la hora de ejercer su condición de socios, las mismas rebajas económicas que disfrutan los que son legalmente matrimonios, ya sean éstos civiles o eclesiásticos. Según ha podido comprobar este periódico, la misma discriminación se produce en la mitad de los clubes sociales de Sevilla. Concretamente, en los más antiguos: Pineda, Labradores y Náutico, al contrario de lo que sucede en los tres restantes, mucho más jóvenes -Mercantil, Zaudín Golf y Real Club de Golf de Sevilla-, que no hacen distingo alguno sobre el estado civil de sus socios y simplemente se atienen a lo que marca la legislación.


En la práctica, esta preferencia por las parejas casadas no se refleja de forma explícita en los estatutos de funcionamiento de los tres clubes citados, cuyo contenido puede consultarse en sus respectivas páginas en internet en el caso del Náutico y el Labradores. Al hablar de la admisión de socios, la exclusión de las parejas de hecho se desprende de la interpretación del apartado que regula la rebaja de las cuotas de entrada a la mitad sólo para los "cónyuges" y "matrimonios".


Los estatutos del Club Náutico, por ejemplo, rezan que "los cónyuges de los socios de pleno derecho y aspirantes disfrutarán de una reducción del 50 por ciento del importe de la cuota de entrada establecida para su ingreso como socios siempre que la fecha del matrimonio sea posterior a la del ingreso en el club del consorte miembro".


Una redacción similar aparece en los estatutos del Círculo de Labradores: "La cuota se reducirá en un 50 por ciento cuando el solicitante sea cónyuge de un socio" o "haya sido cónyuge de un socio en los dos años inmediatamente anteriores a la petición, cualquiera que sea la causa por la que se haya disuelto su matrimonio".


Los clubes más reacios a adaptarse a la ley argumentan en su defensa que es la asamblea de socios la que debe proponer la inclusión de las parejas de hecho entre los beneficiarios de la rebaja de las cuotas, con vistas a que los estatutos puedan reformarse en esta dirección. El Náutico y el Labradores admiten además que a sus oficinas no dejan de llegar las quejas de socios que sufren esta discriminación, y advierten que si no se ha producido una reforma de los estatutos es porque las quejas no han tenido "el peso suficiente".


La dirección del Labradores, sin ir más lejos, ha asegurado a este periódico que todavía no ha estudiado la posibilidad de admitir a las parejas de hecho, ni aún cuando demuestren estar inscritas en un registro oficial, pero que supone que el club "no tardará mucho tiempo" en incorporar con plenos derechos a este tipo de familias que prefieren no pasar por el altar o por el juzgado.


Ninguno declara abiertamente que existan motivos morales para aplicar este rechazo, aunque en la práctica éste sería el único argumento que podrían esgrimir, ya que desde el punto de vista legal ambos modelos de familia están equiparados en derechos.


Es posible que la demanda judicial que ha interpuesto este mes en Sevilla un socio de Pineda por este hecho tenga consecuencias positivas en caso de que la Justicia acabe por dar la razón al demandante en su deseo de que el club reconozca a su compañera, con la que convive desde hace seis años, como cónyuge con los mismos derechos que un matrimonio, como así lo estipula la ley de diciembre de 2002. El demandante, Juan José Medina López de Haro, está dispuesto incluso a llegar hasta el Tribunal Constitucional.


En el lado contrario, el Mercantil no hace distinción entre parejas de hecho o casadas, pero el club aclara que ahora las listas de admisión están cerradas por exceso de socios, como sucede en el Náutico. El Club Zaudín, en el Aljarafe, tampoco marca diferencias, pero insiste en que se pide la documentación del registro de parejas de hecho antes de aplicar la rebaja de la cuota. Lo mismo sucede con el Club de Golf de Sevilla, en Montequinto, que no exige condiciones familiares, costumbre que sus directivos explican por la reciente creación del club, en 1992.

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