2007/11/08

> Elkarrizketa: Fernando Vallespín > "UN 67% DE LA POBLACION ESTA A FAVOR DE RECONOCER LOS MISMOS DERECHOS A LOS HOMOSEXUALES"

  • Fernando Vallespín · Presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)
  • «España es una sociedad feliz y no se percibe crispación»
  • «Somos el país europeo donde menos interesa la política», indica el politólogo, que ayer habló en Cajamurcia de los últimos cambios sociales
  • La Verdad, 2007-11-08 # Antonio Arco

Fernando Vallespín, desde mayo de 2004 presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), lo tiene claro: «No se vive nada mal en España». Maneja información abundante y continuada del sentir de la calle, del pulso de la ciudadanía, de las preocupaciones y anhelos de los españoles -del Rey al último sin papeles que ha dejado de serlo-, y ayer estuvo en el Aula de Cultura de Cajamurcia para hablar de Los cambios sociales en España.


-¿Cuáles son hoy las preocupaciones de los españoles?

-Siempre suelen estar arriba, aunque no necesariamente por este orden: paro, terrorismo, vivienda e inmigración.


-¿Qué dicen las últimas encuestas que manejan en el CIS?
-Últimamente parece que la preocupación por la inmigración está bajando, al igual que por el terrorismo y por el paro.


-O sea, la vivienda en cabeza.

-Sí, se ha convertido ya en el primer problema, según el último barómetro de septiembre. La preocupación por el terrorismo y la inmigración oscila en función de que haya o no atentados, en el primer caso, y del espectáculo de las pateras o de algún conflicto muy específico, en el segundo.


-¿Cómo anda nuestro nivel de aceptación de los inmigrantes en nuestra vida cotidiana?
-Lo que se percibe es una preocupación palpable por que vengan más inmigrantes de los que podemos acoger; pero, en cuanto a los que ya están aquí, digamos que la aceptación es considerablemente superior a la que encontramos en otros países de nuestro entorno.


-Vaya, alivia saberlo.
-Sí, en España hay, incluso, una mayoría favorable a que voten, no sólo en las elecciones locales, sino también en las generales. Eso no se da en ningún otro país europeo. Y también se pide para ellos el otorgamiento de derechos de ciudadanía en general.


-¿A qué obedece esto?

-Creo que, en gran medida, a la cantidad de problemas que nos resuelven. Casi todos tenemos a algún familiar al que cuida una señora de Ecuador o de otro país, por ejemplo. Nos cuidan a los niños, nos limpian la casa, les resuelven problemas a muchos empresarios que no encuentran mano de obra española...; somos muy conscientes de su importante contribución.


-¿No se perciben signos de xenofobia?

-No, salvo algún caso muy aislado. En España estamos muy lejos de la realidad que se está viendo en Italia, por ejemplo.


-¿Qué inmigrantes son los que menos simpatías despiertan?
-Bueno, los rumanos que no se integran. Son gitanos rumanos. Por lo que hemos visto en nuestras encuestas, hay mayor rechazo hacia los gitanos que hacia los inmigrantes. Y claro, cuando los gitanos además son extranjeros, la mezcla puede ser explosiva. Por ahí podemos llevarnos alguna sorpresa, pero en general podemos decir que los inmigrantes están asentados, tienen su trabajo estable y conviven con nosotros en nuestros barrios con normalidad.


-¿Maduramos como sociedad a buen ritmo?

-Somos menos raros o especiales de lo que nos creemos. En general, estamos muy en la línea de integración de valores del resto de las sociedades europeas. Quizá con una única excepción: estamos menos politizados, nos interesa menos la política. España es el país europeo donde menos interesa la política; y eso está muy claro.


-Curioso, porque muchas veces parece tenerse la percepción de que nos pasamos el día hablando de política, más en concreto de PP y PSOE y de Rajoy Y ZP.

-Pues no. Piensas que todo el mundo está completamente crispado y pendiente de los políticos, y resulta que la realidad es que la gente hace su vida normal y se siente feliz. España es una sociedad feliz, por lo que se detecta en las encuestas, y no se percibe crispación. El ruido que aparece en los medios de comunicación no se traslada después a la vida social.


-¿Usted no diría que la sociedad española está crispada?
-No lo diría, no, para nada. Se habla poco de política en el espacio laboral y familiar, interesa muy poco. Le interesa mucho a una minoría, pero no es algo de lo que la gente hable habitualmente. Esto hace que esa crispación que hay en el espacio público mediático no acabe de penetrar en la sociedad. La política cotidiana no es algo que esté en la calle.


-¿Tiene ya datos sobre cómo ha calado la sentencia del 11-M?

-No. Incluso la última encuesta sobre intención de voto la cerramos poco antes de que saliera la sentencia, con lo cual no estará afectada por ella.


-¿Cuál es el tema último que está en la calle?
-Marruecos y la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla. Los temas se suceden con mucha rapidez.

-La Monarquía en este país puede respirar tranquila, ¿no es así?
-Absolutamente. Ese tema está muy claro. Los españoles la valoran muy positivamente.


-¿Sigue teniendo mucho peso el catolicismo en la sociedad española?
-Desciende la cifra de ciudadanos que se declaran católicos. Lo que se percibe clarísimamente es una disminución de la práctica religiosa. Yo diría que la española es una sociedad católica pero no religiosa. Somos los quintos menos religiosos de toda Europa.

-¿Qué nota le damos los españoles a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado?
-La máxima, es la institución mejor valorada.


-¿Y la peor?
-Los partidos políticos.


-¿Y qué pasa con la Justicia?
-También está muy mal valorada como institución. Es verdad que la nota tan baja que se le da se monta también sobre prejuicios. La gente que ha tenido una relación directa con el sistema judicial no lo valora tan negativamente como quienes no la han tenido.


-¿Nos preocupa realmente la violencia de género?
-Sí, y la Ley Integral contra la Violencia de Género y la Ley de Igualdad han tenido una gran aceptación. En este país ha habido dos grandes revoluciones sociales silenciosas: la primera es la inmigración, que ha roto la homogeneidad que caracterizaba a la sociedad española, y la segunda es el papel de la mujer, que ha adquirido un gran protagonismo. El 60% de los estudiantes son mujeres, y hay más más licenciadas que licenciados. A cambio, el coste ha sido el descenso de la natalidad. En España se accede al primer hijo mucho más tarde que la media europea.


-¿Peligra el sentimiento de orgullo por ser españoles?

-Hay una gran mayoría que, claramente, se siente orgullosa de ser española. Lo que ocurre es que se distribuye de formas muy distintas ese sentimiento de lealtad a España con el sentimiento de lealtad a la propia comunidad autónoma. Donde hay menos españolidad en el País Vasco; pero, por ejemplo, en Cataluña es sorprendente que un 40%, que es mucho, se sienta tan español como catalán. Esos datos normalmente los ignoran los nacionalistas periféricos.


-¿Qué le ha sorprendido de la sociedad española en el tiempo que está al frente del CIS?
-Hay tal nivel de tolerancia en España que parecemos Suecia. Por ejemplo, un 67% de la población está a favor de reconocer los mismo derechos a homosexuales y heterosexuales. Está a favor del matrimonio homosexual más gente en España que en Francia. Vivimos en una sociedad mucho más tolerante de lo que nos habíamos imaginado. En España valoramos mucho nuestras tradiciones, y las seguimos manteniendo, pero a la vez hacemos un uso de ellas muy reflexivo, imponiendo nuestras propias condiciones. Digamos que hacemos nuestro propio menú de tradiciones.

-¿En qué invertimos nuestro tiempo libre?
-En la familia y en los amigos, fundamentalmente. Son los dos grandes ejes sobre los que se sostiene el país. Tenemos un amor extremado a la familia y los amigos.

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