2007/10/01

> Berria: Argitalpenak > "ETICA MARICA" DE PACO VIDARTE: ¡NOS ESTAMOS AMARICONANDOOOOOOOO!

  • ¡Nos estamos amariconandoooooooo!
  • Revista Cultural Librería Berkana, 2007-10-01

«Esto no es un libro —admite Paco Vidarte nada más empezar—. Es un interruptor. Un dispositivo que corta la corriente. Y que a la vez permite que algo se ponga en marcha, que algo se encienda. Me gustaría que la lectura de este libro supusiera un “clic”, un chispazo que interrumpiera una cadencia de mierda, una bajada de tensión en el movimiento LGTBQ que debe terminar cuanto antes. Y que se encendiera otra forma de hacer las cosas y de comportarnos como maricas, lesbianas y trans frente a la sociedad y las propias tendencias involucionistas que anidan entre nosotros. Si esto no pasa, este libro no habrá funcionado. Habrá que encontrar otro interruptor que sí funcione y lleve a cabo su cometido correctamente poniendo en marcha nuevas sensibilidades y actitudes, otras formas de hacer política y de comprometernos solidariamente en la lucha contra la homofobia y contra los homófobos.»


Escribe Vidarte en primera persona, «desde una situación subjetiva y de discurso bastante problemática, múltiple, contradictoria, singular, sin hacerme portavoz de nadie. Como marica me resulta muy difícil hablar en nombre de otros maricas, mucho más aún en nombre de las lesbianas, de los transexuales, porque estoy convencido de que no se nos puede meter a todos en un mismo saco, ya que nuestras situaciones de opresión y discriminación social son muy diferentes. Hasta el último momento he dudado en bautizar este libro como Ética LGTBQ, pero finalmente he respetado mi impulso inicial de escribir una Ética Marica, dejando LGTBQ en el subtítulo. Retomo así unos apuntes míos que llevaban cogiendo polvo en el disco duro del ordenador más de diez años, cuando los abandoné para embarcarme en el proyecto de Homografías».


El autor recalca que no es su intención usurpar la voz de nadie «en nombre de una ética de corte universalista, ni anular los rasgos diferenciales de la dominación y la injuria que cada cual soporta y que le llevan a actuar como mejor le parece en un marco de opresión jerarquizado, en el que es mucho más jodido ser trans que marica, incluso sigue siendo mucho más jodido ser lesbiana que maricón». Se mueve «siguiendo las pautas de una solidaridad LGTBQ con la que intento ajustar cuentas en el último capítulo y que, desde luego, necesita ser depurada de cualquier rastro de machismo, heterosexismo, lesbofobia, misoginia o transfobia que pueda seguir albergando».


Vidarte escribe un libro que es un panfleto radical, un fanzine libertario fruto de un vómito. «En ocasiones creo que estas líneas son demasiado privadas, que no pasan de un cabreo mío, de un desahogo ante la que está cayendo sin el mayor interés teórico, como no sea la necesidad que pueda haber en el movimiento LGTBQ de compartir frustraciones, iras, odios, la necesidad de hacer algo urgentemente, la sensación de agotamiento de nuestros colectivos, de los dirigentes y de las tesis oficialistas, el convencimiento de que llevamos mucho tiempo tocando fondo y de que los cambios legales que se han producido en nuestro país van a sepultar, paralizar y dejar en dique seco nuestra lucha en vez de potenciarla y reactivarla».


“Ética Marica” puede ser entendido también como un S.O.S. «No tengo nada que ofrecer, no tengo nada que proponer, estoy vacío. No veo a nadie, a ningún grupo dentro del movimiento LGTBQ capaz de “salvarnos”, en quien podamos depositar alguna esperanza, en quien delegar la gestión e invención de un futuro para las maricas. Tampoco es que necesitemos redentores ni iluminados para llevar a cabo una tarea que sólo puede ser colectiva. Pero, es patente que la supuesta intelligentzia marica no tiene nada que enseñarnos, ni menos aún puede guiar a nadie. Que nadie se lea estas páginas buscando un plan rector, una hoja de ruta. Soy incapaz. Tan sólo me gustaría que sirviera para movilizar a la gente, removerla del sofá, hacerle cambiar de postura, aunque sea cruzar la pierna, toser, ahuecar los cojines, algo, un mínimo movimiento capaz de sacarnos de la inercia o hacernos conscientes de ella.»


Que nadie busque en estas páginas un tratado farragoso, ilegible, académico: no es éste un libro de teoría queer para especialistas. «Hablo como me sale del coño, digo lo que me da la gana, lo que se me ocurre, no me paro a tachar nada, no borro nada, no me releo. Ya me arrepentiré.»


Quizá… quienes no se arrepentirán serán quienes lo lean. Porque hay que despertarse, ¡que nos estamos amariconandoooo!

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