2007/01/23

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  • Rosa María Sardá: “Soy una rara”
  • Zinegoak entrega el premio honorífico a una comedianta que ha prescindido de la televisión actual: «No sé hacerla, no sé andar por la cuerda floja»
  • El Correo, 2007-01-23 # Oskar L. Belategui

-¿Nunca se quita las gafas de sol?
-Me veo más mona y me siento cómoda. Son mi vestuario, me las pongo antes que las bragas. Este es el físico que me ha tocado y el que me ha dado de comer, pero no es del todo de mi agrado. Además, tengo los ojos bastante delicados: muchos años recibiendo kilovatios de luz.


Rosa María Sardá (Barcelona, 1941) blinda de sarcasmo sus respuestas y se mantiene en guardia, por si el entrevistador sólo la conociera de su etapa televisiva, cuando martirizaba al pobre Honorato. El Festival Internacional de Cine Gay/lesbo/trans de Bilbao, Zinegoak, arrancó ayer su cuarta edición entregándole su premio honorífico, por algo causaba un cataclismo familiar al revelar su lesbianismo en 'A mi madre le gustan las mujeres'.


La actriz, que sigue con la cabeza afeitada al llevar meses representando a una enferma terminal de cáncer en 'Wit', realiza un diagnóstico demoledor de la profesión. Levantar una película «es un acto heróico»; apenas ha visto cine español -«estaba de gira»- y prescinde de la televisión actual -«no sé hacerla, no sé andar por la cuerda floja»-. Sardá ruega permiso para fumar -«estoy histérica»- e ironiza sobre la sempiterna falta de papeles para actrices maduras. «Nosotras nos hacemos viejas y los hombres interesantes. Yo no me quejo, porque nada esperaba. Pero cuando me llaman para un papel siempre pienso en quién se habrá muerto».



-No se deja ver mucho. ¿Por qué ha aceptado venir a este festival?
-Me parece halagador que se acuerden de ti personas con iniciativas buenas para el cine, sería muy poco delicado por mi parte no aceptar su invitación. Lo que no hago es ir a fiestas, a actos mundanos.


-¿Le aburren?
-Nunca he ido a saraos. Más de cinco personas reunidas me producen desazón, no sé qué hacer. Estar de pie con una copa en la mano no es lo mío.


-Cae bien a la comunidad gay.
-Pues no soy una persona muy sociable. Supongo que les caigo bien porque les veo en mis estrenos y me han dado premios en la revista 'Shangay'. Yo espero caer bien en general a través de mi trabajo. Lo que haga o sea fuera de él no le importa a nadie.


-¿Se ve a sí misma graciosa?
-No. Utilizo un poco la ironía y la mala leche. Saber reírse de uno mismo es síntoma de buena salud. Siempre digo la verdad cuando me entrevistan, la que sienta y crea en ese momento.


-Aunque ofenda.
-No es mi intención herir nunca a nadie, aunque hoy se manipula mucho la semántica, la palabra oída y la escrita son distintas. Un 'lapsus lingüae' puede ser motivo de escándalo.


-¿Su sarcasmo es una defensa?
-Es innato. Prefiero ser irónica que sarcástica.


-Fuera de Cataluña se la sigue viendo como actriz cómica.
-Sólo un sector, el televisivo, se queda con las risas, pero no me importa. Me cuesta más hacer reír que llorar. Con un melodrama puedes hacer llorar rápidamente, por mal que lo hagas. Pero sacar una risa inteligente y sutil es muy difícil.


-En marzo rueda con Nuria Espert. ¿Se enfadaría si le dieran a ella un camerino más grande que el suyo?
-No. Un camerino no significa nada: esa connotación de poder, de ser estrella Yo casi no necesito camerino, sólo un reducto donde cambiarme lo más cerca posible del set. Los cómicos de mi época estamos acostumbrados a cambiarnos en cualquier sitio.


-¿Verá los Goya este domingo?
-No lo sé. El domingo a la noche estaré en casa, porque es el día más triste de la semana; como no voy a misa, tengo suerte de dedicarlo a leer la prensa. No veo mucho la televisión, ni los Goya cuando los he presentado. Soy una rara. Una antigua que lee cosas raras, hace teatro y no ve las series. Un dinosaurio.


-No es peloteo. Las tres ediciones que presentó usted son las más redondas hasta la fecha.
-Gracias. A mí también me lo parece. Espero que este año Corbacho lo haga muy bien, talento no le falta. Pero los Goya son un toro muy difícil de lidiar.


-¿Sabe que la gala se ha cambiado al domingo para no coincidir con la final de 'Operación Triunfo'?
-No lo sabía. ¿Tú crees que son los mismos clientes? ¿Que la gente que va al cine son los mismos que se pasan el día viendo televisión?


-Sí.
-Pues habrán hecho bien en cambiarla. Yo me di de baja de la Academia porque había una serie de cosas relacionadas con los Goya con las que no estaba de acuerdo. Y cómo yo sola no voy a cambiar nada Yo paso por los sitios dejando algo de impronta, pero si no puedo cambiarlos


Empezar a jubilarse

-¿Qué pasó?
-Bueno, creo que he cumplido con la Academia. Gané un Goya como actriz de reparto en la primera edición que presenté. Automáticamente pasé a ser académica, pagando mi cuota, por supuesto. Trabajé muchísimo para ellos durante unos años. No sé, a lo mejor es que me he jubilado y he empezado por ahí.


-¿Tiene todavía vocación de actriz?
-Una cosa es la vocación y otra el interés por esta forma de contar historias susceptibles de gustar a personas interesadas en escucharlas. Esto no lo voy a perder, pero el sentido de la exhibición, el salir para que vean qué bien lo hago lo perdí pronto. A estas alturas, me da lo mismo participar desde otro ángulo. Me gusta saber leer un texto hasta lo más profundo de sus palabras y después que lo interprete otro. Estoy un poco cansada de hacer churros a diario, prefiero hacer la masa.


-No le he preguntado por su hermano Xavier .
-Tengo muchos hermanos. Todos están bien, gracias. Y Xavier, estupendo. Es una de las varias personas inteligentes que conozco y es un placer compartir la vida con él.


-Tuvo otro hermano que murió de sida en los albores de la enfermedad.
-Era homosexual. Fue terrible para todos. Cuando tuvimos contacto con la enfermedad casi nadie sabía de qué iba el sida. Joan fue pionero en todo, una persona que vivió la vida intensamente, y quizá eso acortó su vida. Tuvo la vida que eligió, como todos elegimos nuestro propio destino. Y fue una sacudida porque era el más pequeño. Tomamos conciencia de la marginación que comportaba el sida, ya no sólo por ser él distinto a los demás, sino por tener encima el agravante de contraer esta tremenda enfermedad.


-Tiene un hijo de treinta años. ¿Le echaría de casa por vago, como su personaje en 'Vete de mí'?
-Pobre. Nunca. Está precioso, me gustaría que fuera un bebé todavía. A veces le digo 'mi bebé' y el hombre se pone furioso e intenta amordazarme. Es un muchacho estupendo.

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