- La historia de un gen desconocido
- El Mundo, 2007-10-17
Asesorados por el doctor Timothy F. Murphy, de
En el siglo XIX, algunos investigadores apuntaban a que algunas personas "nacían homosexuales mientras que otras adquirían esta cualidad con el tiempo, por razones psicológicas y sociales". Ninguna de estas ideas se apoyaba en evidencias científicas.
En 1950, un científico estadounidense dio las primeras pinceladas sobre una posible base genética de la homosexualidad al mostrar que los gemelos idénticos (monocigóticos, que comparten el mismo ADN) compartían la orientación homosexual a niveles más altos que otros hermanos. Pero otros expertos indicaron que podían influir otros factores, ya que estos hermanos crecen en un mismo ambiente y comparten vivencias que pueden tener que ver en su orientación sexual.
En la década de los 70, algunos biólogos señalaron una posible contradicción de las teorías genéticas de la homosexualidad. "Si es algo de los genes ¿cómo se transmite de una generación a otra? Al fin y al cabo los actos sexuales entre hombres no producen descendencia", se preguntaron.
Hacia 1990 la cuestión volvió a cobrar importancia y varios equipos mostraron su interés en los aspectos genéticos de la orientación sexual. Un estudio encontró que si un varón era homosexual, su hermano gemelo idéntico tenía un 52% de posibilidades de ser también gay mientras que las de otro hermano no gemelo eran del 22%. Para los autores, estos porcentajes indicaban una cierta contribución genética a la homosexualidad.
En 1993, una investigación financiada por los NIH y coordinada por el doctor Dean H. Hamer analizó a 40 parejas de hermanos gays y llegó a la conclusión de que estos varones presentaban en mayor medida una región genética particular del cromosoma X (Xq28) que los hermanos heterosexuales. No obstante, este trabajo no halló ningún 'gen gay'.
El mismo equipo del Dr. Hamer realizó en 2005 un escáner genómico e identificó otras áreas que podrían estar involucradas en la homosexualidad masculina. Su trabajo implicaba al cromosoma 7q36, pero no le concedía un papel significativo.
Hasta el momento, el rol de los genes en la orientación sexual no está claro. El nuevo estudio que lleva a cabo Alan Sanders pretende arrojar un poco de luz sobre el tema.
No comments:
Post a Comment