- El juez, el fútbol y los homosexuales
- El magistrado Junqueira Filho ha hecho de árbitro en una querella entre el director administrativo del Palmeiras y el jugador del Sao Paulo Richarlyson y ha sentenciado textualmente que el balompié "es un juego viril, varonil, no homosexual".
- Deia, 2007-08-05
La historia comenzó cuando José Cyrillo Jr., director administrativo del Palmeiras, equipo de Primera División harto conocido en todo el mundo del balompié, dio a entender en un programa de televisión que el centrocampista Richarlyson, del Sao Paulo, era homosexual. Al jugador paulista, que siempre ha tenido un aspecto físico peculiar, no le sentó nada bien la insinuación e inició hace un mes una demanda judicial contra Cyrillo por injurias. Ese partido lo arbitraría Junqueira Filho, quien el viernes decidió archivar el caso alegando que la queja no puede proseguir en terrenos judiciales.
El juez, en un principio, se atuvo a la cordura y sentenció que no ve ningún ataque en las palabras de Cyrillo porque en ningún momento Richarlyson fue señalado como homosexual, pero a medida que entró en calor fue complicando su dictamen como cualquier trencilla nervioso en pleno concierto de pito. El señor togado, muy señor él, sentencia que a Richarlyson le bastaría con comparecer ante el programa de televisión para "declararse heterosexual y punto final". Y continúa: "Si fuese homosexual tendría que admitirlo o hasta omitirlo o guardar silencio al respecto. En esa hipótesis, sin embargo, sería mejor que abandonase las canchas".
En el proceso, el querellante presentó un manifiesto del Grupo Gay de Bahía además de un artículo de prensa que defiende la apertura de las canchas a atletas con otra opción sexual, pero el magistrado Junqueira Filho no pasó por eso: "Ya que fue señalado, este juicio responde: el fútbol es un juego viril, varonil, no homosexual", sentencia el magistrado al señalar que hay hasta himnos que consagran esa condición y antes de afirmar que quien recuerda
El juez recela además de que si se aceptan atletas homosexuales y "si la moda pega", pronto habría un "sistema de cuotas" y recalca en su veredicto que no se deben aceptar homosexuales en el fútbol brasileño porque ello "perjudicaría la uniformidad de pensamiento del equipo" y causaría incomodidad a los hinchas y a sus hijos.
Mientras tanto, Richarlyson permanece recluido en el centro de entrenamientos de su equipo para evitar el asedio de la prensa. Uno de sus abogados, Renato Salge, ha anunciado, sin embargo, que el futbolista va a demandar también al juez por haber archivado el proceso "fundamentado en su propio pensamiento esdrújulo y homofóbico".
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