2007/07/10

> Iritzia: María Maizkurrena > EDUCACION, CIUDADANIA

  • Educación, ciudadanía
  • El Correo, 2007-07-10 # María Maizkurrena

El 'optimismo legislativo' del Gobierno Zapatero puede hacernos sonreír algunas veces. Generalmente, no porque estén mal los proyectos de ley que lleva al Parlamento. Lo que despierta la ironía, o simplemente la crítica, es la idea que parecen vendernos esas campañas de marketing con las que se acompañan las leyes de igualdad, de dependencia o de memoria histórica: la idea implícita, a veces casi explícita, de que hecha la ley, solucionado el problema. La triunfal alegría con que el presidente o el ministro de turno expone las consecuencias de las leyes aprobadas, como si la discriminación por raza o por sexo, la violencia de género y hasta el tabaquismo se fueran a erradicar pulsando el interruptor de una norma salvífica. Por eso, deberíamos ver con satisfacción la ley para la educación ciudadana, en la que el Estado asume su parte de responsabilidad en la educación política y moral de los alumnos, siguiendo una directiva de la Unión Europea y una tradición arraigada en países de larga trayectoria democrática, como EE UU (allí se imparte como 'Educación del carácter' o 'Educación para la democracia'). En muchos lugares de Europa también existe como asignatura independiente (por ejemplo, en Inglaterra, Irlanda, Italia, Suecia o Francia). Con esta asignatura el Estado abre una línea de trabajo más profunda en la lucha contra la discriminación y la violencia, mediante la cual se pretende difundir entre los estudiantes el conocimiento de los principios éticos de la democracia y se les brinda la oportunidad de adquirir valores y herramientas para convivir. Se trata de formar sus conciencias, sí, pero sólo en cuanto a sus derechos y deberes como ciudadanos. Ciudadanos de un Estado democrático y también de una Europa que debe construirse sobre principios comunes. El vicepresidente del Consejo Escolar del Estado, Patricio de Blas, ha dicho que la asignatura contribuirá a reducir la violencia en las propias aulas. Debería hacerlo, pues responde a un objetivo fijado por el Consejo de Europa según el cual cada individuo desarrollaría idealmente unas «competencias interpersonales» que le capacitarían para participar de forma eficiente y constructiva en la vida social y resolver conflictos. Tanto las autoridades eclesiásticas vascas como los colegios católicos de la comunidad respaldan la materia. Cada centro adaptará «los contenidos curriculares a su ideario cristiano». Lo que es difícil de entender son las cosas fantásticas que dicen algunos obispos. Que dar esta asignatura es colaborar con el Mal, por ejemplo (Cañizares dixit). A lo que habría que colaborar es a un amplio consenso en los contenidos y siempre al necesario debate. Pero en esa oposición beligerante y completa podría verse también algo maligno. Da miedo.

No comments: