- Sin bajar la guardia
- El Diario Vasco, 2007-06-03 # Editorial
Los indicadores más recientes sobre la evolución del sida en Gipuzkoa arrojan datos muy esperanzadores, justo en el año en que Donostia se dispone a coger la décima edición del Congreso Nacional del Sida. El balance de la incidencia de esta enfermedad, con cifras referidas al año pasado, pone de manifiesto la existencia de un descenso muy apreciable en el número de nuevas infecciones, algo más de un 30% en relación con 2005, tras registrarse 32 nuevos casos. Esta disminución posibilita al mismo tiempo un descenso en el número de personas que han desarrollado la enfermedad, 27 frente a las 30 del año anterior. No obstante, los diagnósticos del virus del sida coinciden con el desarrollo de la enfermedad en uno de cada cuatro afectados, lo que representa un problema de dimensión todavía inquietante y que exige, en consecuencia, un considerable esfuerzo preventivo sumado a las campañas informativas que se promueven periódicamente. Con todo, el dato más negativo del balance correspondiente al año pasado es el aumento del número de fallecidos, (13 frente a los 8 del 2005), que en un elevado porcentaje, o bien son consecuencia de otras enfermedades asociadas al sida o se producen debido a que no se detectó a tiempo el virus.
Este cuadro de cifras respecto a la incidencia del sida acredita que los avances significativos que se han venido produciendo a lo largo de estos últimos años en el tratamiento de la enfermedad han propiciado al mismo tiempo un cierto relajamiento en lo concerniente a su prevención. Una situación que, siendo previsible, no cabe darla por buena, porque el combate contra el sida exige la misma intensidad en la búsqueda de soluciones terapeúticas para los enfermos, que un alto nivel de concienciación social para evitar el contagio, sobre todo en un contexto en el que el fenómeno de la inmigración contribuye a elevar los factores de riesgo.
Los datos disponibles evidencian que de sida se muere muy poca gente, pero también ponen de manifiesto que están surgiendo otras causas de muerte asociadas a esta enfermedad, que ilustran sobre la necesidad de evitar la pereza o la desidia a la hora de realizar pruebas de detección o cuando resulta indispensable seguir tratamientos terapeúticos. Una comprometida conducta social de eficaz lucha contra el sida exige por encima de todo la generalización de una conciencia colectiva convencida de la necesidad de no bajar la guardia en la prevención y tratamiento. Es el único camino que puede permitir seguir avanzando en la buena dirección.
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