2007/02/04

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  • La sociedad española, y en especial la vasca, es la que mejor acepta en Europa a las madres solteras
  • El Correo, 2007-02-04 # César Coca · Bilbao

Del estigma a la aceptación absoluta. En la España de hoy, el 26,6% de los niños nace de una madre soltera, lo que es admitido sin reparo alguno por la sociedad. En 1975, el año de la muerte de Franco, sólo eran dos de cada cien. Ahora, en este aspecto como en tantos otros, España converge con Europa, que a su vez se acerca a buen ritmo hacia un reparto paritario de los hijos matrimoniales y extramatrimoniales, algo impensable hace bien poco: en varios países, sobre todo escandinavos y bálticos, además de Francia, la mitad de los recién nacidos tiene una madre soltera. La modernidad ha llegado también al Registro Civil.


El crecimiento del número de hijos extramatrimoniales es un fenómeno sostenido desde hace tres décadas. Ni en uno sólo de los ejercicios transcurridos ha habido un retroceso. Sin embargo, es en los últimos diez años cuando se produce una aceleración singular: desde 1996, la tasa de hijos extramatrimoniales crece a un ritmo de punto y medio por año y no hay indicios de que se vaya a moderar.


Por supuesto, la realidad no es homogénea en toda España. Entre el 15,4% de hijos de madres solteras de Jaén y el 48,3% de Las Palmas hay un enorme abanico en el que pueden verse líneas de evolución claras: las islas y algunas zonas de la costa mediterránea presentan las cifras más altas; un puñado de provincias de la España interior, las más bajas. Euskadi está ligeramente por debajo de la media (23,9%), pero crece a mayor velocidad.


Lo que se da en todos los lugares es una aceptación completa de esa manera diferente de abordar la maternidad. Hace treinta años, las madres que daban a luz sin haber pasado por la vicaría sufrían un castigo social: eran objeto de desdén, cuando no de rechazo frontal, en determinados ambientes. De ahí que fueran tan frecuentes las bodas apresuradas con las que se daba 'normalidad' a un embarazo, aunque no conseguían impedir comentarios maliciosos sobre el tiempo transcurrido entre el enlace matrimonial y el parto. Eran también tiempos de abundantes nacimientos prematuros -que ninguna estadística hospitalaria confirmaba-, otra explicación ingenua con la que las abuelas pretendían ocultar que sus nietos habían sido concebidos antes del matrimonio.


Reforma legal
Las cosas empezaron a cambiar en 1981, explica Inés Alberdi, catedrática de Sociología de la Universidad Complutense y autora de varios estudios sobre la familia española. Ese año, un cambio en la legislación civil hizo iguales a los nacidos dentro y fuera del matrimonio, que desde entonces son titulares de idénticos derechos. Pero esa ley no tuvo el mismo efecto de brusca aceleración que la reforma del divorcio de hace año y medio. El proceso de aceptación social fue en sus inicios más lento. De ahí que todavía durante los ochenta fuesen pocas las mujeres solteras que decidían tener un hijo.


Hay que esperar hasta mediados de los noventa para que las cifras empiecen a incrementarse de manera notable. El fenómeno coincide con el final del proceso de secularización acelerada vivido por la sociedad española, una de cuyas consecuencias, comenta María Silvestre, decana de la Facultad de Sociología de la Universidad de Deusto, ha sido la aceptación de diferentes formas de articular una familia. Quizá no haya relación alguna, pero los años de mayor crecimiento de la tasa de hijos nacidos de madres solteras coinciden exactamente con los ocho años de Gobierno del Partido Popular.


Que uno de cada cuatro niños nazca en España fuera del matrimonio no significa que sus padres no se casen en algún momento. Pero sí refleja un importante cambio de mentalidad. «Hasta hace unos años, cuando una pareja de hecho decidía tener un hijo lo más frecuente era que se casara», sostiene Inés Alberdi. «Ahora hay muchas que esperan hasta después del nacimiento y otras simplemente no se casan». De hecho, de los 124.000 niños que en 2005 nacieron de madre soltera, sólo 83.000 eran primogénitos. Dicho de otra manera, 41.000 niños con madre soltera tenían ya uno o más hermanos mayores. Cabe pensar que, en su mayoría, esas madres no piensan contraer matrimonio en ningún momento.


Tendencia a aumentar
«La pareja de hecho estable y duradera es vista hoy, al compararla con otras experiencias comunes, casi como una forma conservadora de familia», dice María Silvestre a modo de explicación de por qué muchas de ellas no se casan ni siquiera después de tener más de un hijo. En realidad, su convivencia es a todos los efectos muy similar a un matrimonio. «A mí me choca que la gente desconfíe aún del matrimonio, pero lo cierto es que son muchos quienes consideran que los divorcios son caros y lentos, pese a la última reforma. Por eso, una pareja estable termina por tener casi todas las ventajas del matrimonio y pocas desventajas». Inés Alberdi argumenta de esa forma el crecimiento del número de estas uniones, que tiene como consecuencia más visible el aumento del número de hijos extramatrimoniales.


No hay datos concretos, porque el Instituto Nacional de Estadística habla sólo de hijos de madres solteras, sin especificar si están emparejadas o no. Sin embargo, es evidente que el número de mujeres sin pareja que tienen un hijo es aún bajo. El último Censo de Población, realizado hace cinco años, recogía la existencia de 400.000 parejas de hecho formadas por un hombre y una mujer, frente a 9,5 millones de matrimonios. Muchos de esos matrimonios ya no están en edad de tener hijos, pero aunque sólo lo estén 2,5 millones (se casan cada año 200.000 parejas, con una edad media de 30 años), podría obtenerse la conclusión, que debería ser avalada por estudios específicos, de que las parejas de hecho tienen hoy más hijos proporcionalmente que los matrimonios.


Lo que sí es seguro es que el número de hijos extramatrimoniales irá en aumento. En ningún otro país de la UE se acepta mejor a las madres solteras que en España, y dentro de España, en Euskadi es donde reina la mayor tolerancia. María Silvestre está convencida de que el apoyo legal a las parejas homosexuales ha beneficiado también en cuanto a aceptación social a las parejas de hecho heterosexuales, y a sus hijos.


Y, si los afectados viven en zonas donde puede existir algún rechazo, la legislación española no obliga en ningún momento a los padres de un pequeño (ni para inscribirle en la escuela o en la Seguridad Social, por ejemplo) a declarar su estado civil. Eso también ayuda. Por todo ello, los especialistas creen que la tasa de hijos de madres solteras se situará pronto entre el 35 y el 40%, que es donde está la mayoría de los países europeos. Los tiempos de la madre soltera como pecadora que debía ser condenada al ostracismo social están ya sepultados por el olvido.

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