- Las hostilidades a los gays porteños hace 150 años
- Infobae, 2007-01-25 # Andrea Sambuccetti
Una de las primeras notas periodísticas históricas sobre homosexualidad reflejó la queja de mujeres que denunciaron que "este nuevo sexo" robaba a sus hombres. Desembocó en una ordenanza que establecía penalidades.
Un artículo publicado un 21 de noviembre de 1862, en el periódico
La nota, titulada “Los Maricones”, constituye un verdadero hallazgo ya que es una de las referencias a homosexuales más antiguas encontradas hasta ahora en publicaciones locales.
El artículo, refleja la preocupación de un grupo de señoras que indican que “si los vagos son castigados por
También indica que “de algún tiempo a esta parte se ve cruzar por nuestras calles un gran número de niñas de nuevo sexo columpiándose como muchachas coquetas, perfumados a almizcle, estirándose los puños con la punta de los dedos (…) girando su cabeza de derecha a izquierda como las palomas francesas cuando se detienen sobre las paredes (…).
Sigue: "(...) hablando de mozos como las mujeres después de una fiesta, entrando a
Estas mujeres indicaron en la nota que “hay diferentes modos de alterar el orden” y que “estos entes escandalizan a la sociedad” por lo que debía hacerse algo tal como se hacía con los perturbadores del orden o los dementes: “¿por qué no hacer otro tanto con los que esprofeso toman hábitos de mujer y alteran el orden en los Templos, con sus ridículos modales”, decían estas señoras.
Al otro día, exactamente, el mismo medio publica una serie de determinaciones a aplicarse: “Hemos recibido la siguiente Ordenanza que proponen varias señoras a la adopción de
El primer artículo indica que se declaren “usurpadores a los que perteneciendo al otro sexo hacen alarde de tener nuestra voz y modales”. Luego, el segundo artículo dice que “La policía enviará a Martín García a trabajar en las canteras a los que, amonestados por ella continuasen ejerciendo nuestros hábitos”.
El tercer artículo, referido a los “recaídos” en la homosexualidad después de reprendidos, indica como penalidad que “serán condenados a lavar los atrios de las iglesias, a barrer las vías públicas o a servir en hospitales” y como cuarta medida que “antes de aplicárseles cualquiera de las penas anteriores recibirán en la plaza una ovación infantil”.
La quinta y sexta disposición refiere al cambio de nombre cuya pena es que “se le paseará por las calles vestido de mujer” y que “se echarán suertes sobre los que prendiere la autoridad para sacar de entre ellos hasta el número de seis destinados a bailar en la cuerda floja”.
Por último, la propuesta de Ordenanza indica: “Comuníquese la presente disposición a los Señores maricones (sic)”.
Avances históricos
Según Marcelo Suntheim, secretario de
Por eso, el experto destacó que el artículo de 1862 “no es común”, “no había leyes de control ya que no era considerado una enfermedad como lo fue años más adelante”, indicó.
“Fue Sigmund Freud quien a fines de siglo XIX pone a la homosexualidad en el lugar de la enfermedad y a partir de ahí empieza la problematización y las leyes y el control. ¿Por qué se convierte en problema de Estado? Porque era enfermedad y la gente lo pedía, que hubiera instituciones que se ocuparan del tema. Y esas instituciones de poder fueron la jerarquía política y eclesial”.
Para Suntheim una nota como la de 1862 “resulta 100% bizarra”. “La nota refleja el modelo de la ‘loca y el chongo’ ya que las descripciones apuntan a las ‘mariquitas’ o ‘loquitas’”, dijo y aseguró que es muy interesante para analizar “que estas mujeres hablen de usurpación de género, ya que lo que les molesta es que estos hombres adquieran la identidad que creen que les pertenece sólo a ellas”.
Por último, Suntheim destacó el “alto contraste” de los contenidos de este artículo con lo que hoy ocurre; “donde más que la homosexualidad, lo que se problematiza es la homofobia”.
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