2007/01/09

> Elkarrizketak: JOSE BELLO > "LA FAMILIA SE HA APROVECHADO BIEN DE LA OBRA DE FEDERICO GARCIA LORCA"

  • «La familia se ha aprovechado bien de la obra de Federico García Lorca»
  • El único superviviente del grupo de la Residencia de Estudiantes narra desde sus 102 años sus recuerdos de personajes como Dalí, Buñuel y Lorca
  • Ideal Digital, 2007-01-09 # Juan Luis Tapia · Granada
José Bello (Huesca, 1904), conocido en su juventud como Pepín Bello es el único superviviente a sus 102 años de la Generación del 27 y de aquellos jóvenes que poblaron la Residencia de Estudiantes, entre los que se encontraban Dalí, Buñuel y García Lorca. «Llámame José Bello, porque lo de Pepín era en mi juventud y ya soy centenario», dice el artista, que es como él desea que se le clasifique. En su apartamento del barrio madrileño de Esperanza se mantiene al margen de la actualidad rodeado de recuerdos, de testimonios de papel que hablan de uno de los tiempos de mayor esplendor cultural en España. Vive solo, pero en su juventud compartió habitación con Federico García Lorca. Recibe la visita de Francisco Vaquero, de la Asociación Tertulias Lorquianas de Valderrubio, «a quienes les tengo un gran aprecio», dice el artista aragonés.

-¿Cómo llegó a compartir habitación con García Lorca en la Residencia de Estudiantes?
-Hubo un par de ocasiones en que Federico se retrasó en el papeleo y se quedó sin habitación. Don Alberto Jiménez Fraud, el director, me llamó para decirme si no me importaba compartirla con él. No me gustaba la idea, pero tratándose de Federico Éramos muy amigos, así que no había problemas. Lorca era muy celoso de la amistad. Cuando Buñuel y yo nos íbamos por ahí de noche, siempre nos preguntaba dónde. Si le decíamos que vendrían chicas ponía cualquier excusa para retirarse. Él era homosexual, pero no hacía alarde de ello. No le gustaban esos mariquitas que iban exagerando. A mí tampoco. Si llega a ser amanerado no habría aceptado que fuera mi compañero de habitación.

-¿Cómo conoció la noticia de la muerte de García Lorca?
-Su muerte fue algo inesperado. A algunos nos costó creer lo que pasó. Los diarios de Madrid dieron la noticia, pero como mentían tanto A mí me lo confirmó La Argentinita desde París. Para evitar problemas decidimos utilizar una consigna. Si era cierta la noticia debía escribir: 'Se han vendido todos los solares'. A los veinte días de que marchara a París me llegó una carta suya. En ella decía: 'Efectivamente, se han vendido todos los solares'. No había duda de que lo habían matado.

-¿Qué ideología política tenía García Lorca?
-No era nada político y le aburría soberanamente la política. No era de izquierdas, pero tampoco de derechas, porque todos procedíamos de la Institución Libre de Enseñanza, donde no se profesaba la religión católica, pero era de corte liberal y no se metía nada en política. La izquierda política se ha apropiado de García Lorca porque le ha dado la gana, aunque lo podría haber usado la derecha, pero es más tonta.

-¿Qué opina sobre el proyecto de exhumar los restos del autor de 'Yerma'?
-No me agrada lo más mínimo y no estoy en absoluto de acuerdo. No me gusta nada que se desentierre tanto horror y crueldad, una época de la vida que fue horrorosa. Me parece un disparate.

-¿Cómo valora la gestión del legado lorquiano por parte de la familia del poeta?
-Bien, bien... La familia se ha aprovechado bien de la obra de García Lorca y le ha sacado un buen rendimiento. Yo conocí a toda la familia de García Lorca, desde la madre, Doña Vicenta, a las dos chicas, Concha e Isabel, y a su hermano Paco.

-¿Quién cree que estuvo tras el asesinato del poeta granadino?
-No lo sé, porque es un crimen tan horroroso y espantoso... He visto en las investigaciones que existen que hay dos o tres nombres que se repiten, pero no se lo que pasó. El caso es que lo mataron. Me gusta muy poco manosear ese tema del asesinato.

-¿Usted, que participó en las vanguardias históricas, cómo ve el panorama de la creación en la actualidad?
-Mi actividad artística concluyó con la Generación del 27 y después de aquello no me he ocupado de lo que ocurría en el mundo del arte. No se nada de los movimientos artísticos actuales.

-¿Por qué no existen en la actualidad figuras tan geniales como en su generación?
-Todo en este mundo es casual, porque quién me iba a decir que un joven de Huesca e hijo de un ingeniero de Caminos iba a intimar con un poeta tan genial como Federico García Lorca, un granadino hijo de un terrateniente de la tierra, o con el hijo de un notario como Salvador Dalí, o con Luis Buñuel.

-Usted colaboró en el proyecto de Lorca y Dalí sobre 'Los putrefactos'. ¿Quiénes serían en la actualidad estos 'putrefactos'?
-No estoy al tanto de la actualidad, pero putrefactos hay siempre, como la cursilería, la ignorancia o la elegancia, que siempre existe tanto para bien como para mal.

-Usted posee una importante colección de cartas y obras de personajes como Dalí, Buñuel y García Lorca. ¿Qué ha pensado hacer con todos esos fondos?
-Se los dejaré a mis herederos, que son mis sobrinos porque no tuve hijos. No obstante, mi correspondencia con Dalí, Lorca, Buñuel y otros personajes se entregó a la Fundación García Lorca, a la Residencia de Estudiantes y a Agustín Sánchez Vidal. Tenía un poema inédito de García Lorca, pero ya se ha publicado.

-¿Cómo vivió la aproximación de Dalí al régimen de Franco?
-Desconozco el odio a Franco, pero no fui franquista ni falangista. Cuando estaba en Madrid deseaba la entrada de Franco, porque aquello era la muerte. Uno de mis hermanos estaba desaparecido y el otro estuvo nueve meses en una checa; y yo varias veces, así que no veía a Franco como a un enemigo sino como a un salvador. Por otra parte, tanto Dalí como Buñuel no tenían ningún peso político. Además, era la época de farsantería de Dalí, que le fue muy bien para ganar dinero. Buñuel era comunista, pero como Picasso tuvo mucho cuidado de no pisar Rusia.

-¿Conoce a Francisco Ayala? ¿Qué opina de su figura?
-Es amigo mío y me parece una persona normal y corriente. No es que sea un genio, pero lo estimo mucho. No recuerdo cuando lo conocí, pero la última vez que lo vi fue en un homenaje al poeta Rafael Alberti en el año 1990, que se celebró en el Puerto de Santa María.

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