2007/10/22

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  • Denuncia contra la homofobia oficial en Uganda
  • Afrol News, 2007-10-22

La creciente homofobia de los representantes oficiales de Uganda y los medios de comunicación contra los derechos de la población de las lesbianas, los gays, los bisexuales y los transexuales (LGBT) está socavando la prevención del VIH en el país del África Oriental.


Ante este orden de cosas, Human Rights Watch (HRW) ha hecho un llamamiento al gobierno de EEUU para que condene estas amenazas y deje claro que no apoya el uso de su financiación contra el VIH/Sida para promover la homofobia.


"Cuando EEUU financia programas de solo-abstinencia en Uganda, trasmite a la gente el mensaje de que la sexualidad de la población LGBT es peligrosa y debe ser rechazada", declaró Scott Long, director de HRW para el programa de derechos de Lesbianas, Gays, Bisexuales, y Transexuales.


"Apoyar los prejuicios con dinero es un enfoque con letales consecuencias para todos".


Se estima que la comunidad gay y lesbiana de Uganda asciende a 500.000 personas.


El 16 de agosto, una coalición de grupos LGBT en Uganda convocó una conferencia de prensa para lanzar la campaña "Déjennos vivir en paz", pero esta iniciativa provocó un mes de reacción violenta en el país, con un tabloide, ‘Red Pepper’ publicando una lista de nombres de pila, lugares de trabajo y demás información identificativa de 39 supuestos homosexuales el 9 de septiembre.


Titulado "Homo Terror," el artículo del periódico prometía "nombrar y avergonzar a los principales gays en la ciudad".


El pastor Martin Ssempa, un prominente activista contra el uso del condón y la homosexualidad, había hecho previamente una lista de nombres de activista de derechos LGBT en una página web, incluyendo fotos e información de contactos y llamándoles "promotores homosexuales". Ssempa dirigió a cientos de manifestantes el 21 de agosto en Kampala, exigiendo que el gobierno castigara a la población LGBT, calificando la conducta homosexual como "un acto criminal contra las leyes de la naturaleza".


Como un colaborador en 2004 del Plan de Emergencia Presidencial para el Alivio del Sida (PEPFAR, en sus siglas inglesas), la Iglesia de la Comunidad Makerere de Ssempa recibió financiación estadounidense. Este programa de 15.000 millones de dólares americanos destina un tercio de sus gastos a la prevención de la transmisión sexual del VIH a "programas de abstinencia y fidelidad", algunos de los cuales están basados en los denominados programas de sólo abstinencia desarrollados en EEUU.


En su informe de marzo de 2005, HRW documentó como los programas de solo-abstinencia en Uganda suprimía información esencial para salvar vidas respecto al uso de condones y al sexo seguro, y defendía que la sexualidad de la población LGBT era inmoral y que no había una forma "más segura" para ellos de tener relaciones sexuales.


Ssempa fue invitado por el Comité de Relaciones Internacionales del Congreso de EEUU en 2005 para testificar como experto en la lucha contra el VIH/Sida en África.


"Los políticos estadounidenses y sus carteras subvencionan el odio en Uganda", declara Long. "EEUU no tienen ningún motivo para conceder un aura de respetabilidad a políticas que socavan los derechos humanos y la salud pública".


Los grupos de derechos humanos se preguntaban por qué los representantes ugandeses seguían amenazando con nuevas persecuciones contra la población LGBT, haciendo referencia a las noticias radiofónicas del 21 de agosto que citaban al fiscal general adjunto del país, Fred Ruhindi, haciendo un llamamiento a favor de la persecución de lesbianas y gays en el país.


El ministro de Información y portavoz del gobierno, Nsaba Buturo, declaró al ‘Sunday Vision’ que estaban "considerando cambiar las leyes para que la promoción [de la conducta homosexual] en sí misma fuera un delito" y tener "catálogos de personas que pensamos están involucradas en la perpetuación del vicio de la homosexualidad".


Buturo añadió que la "homosexualidad es totalmente insalubre". Las leyes ugandeses castigan la conducta homosexual con la cárcel, llegando incluso a la condena de cadena perpetua.


La comunidad LGBT declaró que había sido censurada por el gobierno de hablar en su propio nombre.


Esto se hizo evidente por la suspensión el pasado agosto de Gaetano Kaggwa, un presentador de ‘Capital FM’, por parte del Consejo de Retransmisión de Uganda (UBC, en sus siglas inglesas) por entrevistar a una activista lesbiana. El consejo aludió a una supuesta violación de los “parámetros mínimos de radiodifusión" porque la activista de derechos sexuales usó supuestamente un "lenguaje inaceptable".


También en octubre de 2004, el UBC multó a una emisora de radio con más de 1.000 dólares por invitar a una lesbiana y dos gays en un “talk show”, donde protestaron contra la discriminación e hicieron un llamamiento para la anulación de las leyes de sodomía.


‘Red Pepper’ publicó una lista de 45 supuestos homosexuales en 2006, amenazando la vida de estos hombres. Cinco años antes, el periódico publicó una historia y fotografías de una supuesta boda entre dos mujeres. La historia provocó el arresto de las mujeres por parte de la policía de Kampala.


Aunque fueron liberadas cuando un fiscal intervino, de nuevo se las encarceló por varios días, supuestamente por su propia seguridad, después de que una turba las amenazara. Un pastor ugandés que las había aconsejado fue obligado posteriormente a abandonar el país.

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