- Religioso está acusado de homosexual
- Feligresía lamenta suspensión de sacerdote en Salto del Guairá
- La feligresía católica de Salto del Guairá lamentó la suspensión del padre Juan Manuel Martínez, resuelta por el obispado de la diócesis del Alto Paraná y Canindeyú, supuestamente por haber reincidido en hechos de acoso homosexual. Sin embargo, en la comunidad solo se habla de su gran calidad como pastor y de los trabajos que estaba desarrollando en pos del bienestar de las familias.
- ABC [Paraguay], 2007-03-18 # Rosendo Duarte · Salto de Guaira
La conclusión a la que se llegó en el encuentro es que el sacerdote fue “condenado” por su supuesto comportamiento homosexual en el pasado, cuando trabajaba en la zona de Ciudad del Este, porque en esta comunidad tuvo un comportamiento excepcional, según opinó la mayoría.
El sacerdote fue suspendido en el 2005 por la diócesis del Alto Paraná y Canindeyú, al ser denunciado por acosar a tres jóvenes en la capital alto paranaense.
Pero luego de seguir un tratamiento en el Brasil, se le dio una nueva oportunidad para continuar en el sacerdocio, bajo el título de vicario cooperador de la parroquia San Miguel Arcángel de esta comunidad.
Sin embargo, el pasado 1 de este mes, el obispo de Ciudad del Este, Mons. Rogelio Livieres, volvió a suspenderlo porque supuestamente reincidió en su comportamiento anterior.
La decisión se había basado en un informe del padre Isidoro Cabral, cura párroco de la comunidad.
Para un gran sector de la feligresía local, sin embargo, la última determinación del obispo Livieres estaría basada en celos pastorales dentro de la iglesia local.
La feligresía local pediría al obispo Livieres que dé a conocer la acusación o el informe en el que se basó para alejar al admirado sacerdote.
El párroco local, padre Cabral, dijo que es muy dolorosa la situación por la que está atravesando la iglesia local, pero aseguró que el único responsable de la ida del padre Juan Manuel Martínez de la comunidad es él mismo.
Aseguró que, efectivamente, su colega reincidió en su debilidad.
“El padre Juan Manuel debe reconocer su problema, para no confundir ni culpar a nadie. Reconoció, no obstante, que hubo desentendimiento entre ambos porque su colega estaba interfiriendo en una línea pastoral que él había definido.
Fuertes acusaciones
Por su parte, el padre Juan Manuel Martínez, a través de una carta, acusó al párroco local de graves hechos de comportamiento indecoroso. “¿Quién me juzga y me condena? Un hombre de larga trayectoria de abuso y acoso sexual, cuyo problema está latente y nunca se enfrentó porque el dolor y la vergüenza natural de las mujeres jamás permitió dar a conocer los casos concretos. ¿Cómo se puede explicar que se hayan sucedido en tan poco tiempo de tres años tantas secretarias y cocineras?”, dice una parte del escrito. Pero, según la diócesis, el padre Cabral no tiene ninguna acusación firmada.
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